Escribe Antonio Piñero
Pregunta:
Mi duda le parecerá demasiado simple, pero llevo tiempo con la misma. Querría leer la Biblia, en especial una versión que contenga la traducción tal y como siempre la he oído. Así, por ejemplo, no encuentro entre las múltiples versiones que veo en las librerías, ninguna con la literalidad \"Hágase la luz y la luz se hizo\", o \"Levántate y anda\", sino que encuentro \"que haya luz y hubo luz\" y \"camina hacia la luz\". Supongo que estas versiones son más precisas pero me gustaría acercarme a la Biblia mediante las expresiones que conocemos en el saber popular. ¿Puede orientarme, por favor? Atte,
Respuesta:
Ninguna de las traducciones modernas que se basan sin duda en el mismo texto griego o hebreo, va a satisfacerle, porque Usted está acostumbrado a un tipo de lenguaje sagrado que ha oído desde pequeño. Pero sí le puedo asegurar que cada vez se parecen más las traducciones porque se controlan unas a otras. Hay además una traducción interconfesional.
Y sobre mi recomendación sobre cuál Biblia Utilizar, vea por favor en mi Blog (utilice Google) y verá que existe un índice completo de “preguntas y respuestas”. Busque la palabra “Biblia” y encontrará diversos comentarios.
Pregunta:
¿Cómo ve la voluntad de Jesús en arriesgar su vida predicando hasta los últimos días en tiempo de la pascua? ¿Realmente fue tan voluntario?
Respuesta:
Es una pregunta aparentemente simple, pero difícil de responder. La teología cristiana, comenzando por el Cuarto Evangelio –que elimina de la tradición sinóptica, es decir, la que está detrás de Mt, Mc y Lc, todo lo que sea apariencia de debilidad, falta de soberanía y grandeza en Jesús—afirma rotundamente que Jesús aceptó voluntariamente su muerte y que tuvo consciencia plena de su libertad para rechazarlo y asumió su sacrificio con entera disposición de obedecer el designio divino.
Pero no todo está tan claro, después de un análisis de los Evangelios.
Puntos oscuros, o que hacen reflexionar son los siguientes:
• Jesús no fue a Jerusalén voluntariamente para morir. De lo contrario no se explican la entrada triunfal y la acción purificatoria del Templo unidas a su creencia absoluta de la inminencia de la llegada del reino de Dios.
• Jesús tuvo un claro desánimo y dudas que están detrás de la tradición de su oración en el huerto de Getsemaní
• El grito de desesperación de Mc 15,34, “Dios mío Dios mío por qué me has abandonado”, refleja una esperanza frustrada. Tanto él como sus discípulos y las mujeres que le siguieron desde Galilea a Jerusalén esperaban que gracias a la predicación, acciones y al ministerio de Jesús en Jerusalén, Dios “se decidiría” finalmente a intervenir e instaurar el Reino que todos esperaban… en vida. Pero Jesús debió de tener consciencia del fracaso, porque eso no sucedió.
Por tanto, respondo: hay indicios en los evangelios críticamente considerados de que la realidad fue distinta de la teología y de que Jesús jamás pretendió morir. Tuvo sospechas de que iba a acabar como otros profetas, y lo debió de aceptar. Pero no se puede hablar de él como si tuviera la voluntad decidida del mártir.
Pregunta:
Quería consultarle algo sobre Gálatas 3:11
La traducción de Reina Valera dice
Vs 10 todos los que dependen de LAS OBRAS DE LA LEY
Vs 11 que por LA LEY ninguno se justifica ante Dios.
¿Don Antonio, en el original, aparece el artículo La, en los dos versículos?
¿O es una añadidura de los traductores?
Esto cambia el sentido del pasaje.
Ley puede implicar un sentido general, mientras que La Ley, sería más específicamente, la Ley de Moisés.
Además, casi seguro no es la Ley de Moisés, porque entra en contradicción con Romanos, NO SON LOS JUSTOS ANTE DIOS LOS OIDORES DE LA LEY SINÓ LOS HACEDORES DE LA LEY SERÁN JUSTIFICADOS. (Creo casi 100% que Pablo habla de 2 conceptos diferentes).
Respuesta:
En el “original” (con comillas, puesto que es el texto de Pablo de finales del siglo II y editado desde hacía quizás cien años antes por un desconocido editor; sin embargo, la inmensísima mayoría de los intérpretes no cree que el editor modificara el tenor del texto; esto lo sabemos por análisis de vocabulario y de estilo por medio de ordenadores que dicen que las siete cartas auténticas salieron todas de una misma mano) los vv. 10 y 11 NO tienen artículo. Pero el v. 12 SÍ.
Sin embargo, se trata –por el contexto y el pensamiento general de Pablo-- de la misma Ley, la de Moisés. Aunque sea extraño, Pablo sostiene que la ley de Moisés (pero hay qué entender qué parte) es la norma o código por el que los gentiles serán juzgados en el Juicio Final. Léase con cuidado Romano 2,12-16.
Esto parece algo disparatado, pues la inmensísima y casi absoluta mayoría de los gentiles no puede conocer la ley de Moisés… y sin embargo se les juzgará por ella. La clave reside en que la Ley se divide en eterna, obligatoria para todos sin excepción, y temporal/específica, obligatoria solo para los hijos naturales de la Alianza.
Otra cosa: no se puede uno fiar de Pablo en el uso de los artículos, porque debido a su utilización de la Biblia hebrea y griega emplea los artículos en griego, a veces como los hebreo/arameo paralantes, y no según la norma clásica.
Todo esto lo explico muy detenidamente en la “Guía para entender a Pablo. Una interpretación del pensamiento paulino”, de Edit. Trotta, Madrid, que salió en junio de 2015.
Pregunta:
Mi pregunta tiene que ver con la peculiar denominación de Jesús como "lucifer" o "lucero del Alba" que aparece en 2Pe 1-19:
"Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones;"
Y en Apocalipsis 22:16: "Yo, Jesús, [...] soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana."
Incluso podemos encontrar una referencia a esta denominación en el El Exultet o pregón pascual datado al parecer en el siglo IV d.e.c
"Flammas eius lucifer matutinus inveniat:
Ille, inquam, lucifer, qui nescit occasum:
Christus Filius tuus,"
Me gustaría saber su opinión al respecto, ya que estará de acuerdo conmigo en que resulta cuanto menos curioso que la propia biblia nombre a Jesús como Lucifer, y más teniendo en cuenta que Isaías 14:12
"¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones.".
Usa el mismo título para referirse al demonio, al ángel rebelde desterrado del cielo según la tradición cristiana.
Espero haber sido lo suficientemente claro en la formulación.
Respuesta :
Los textos citados por usted son ciertos, y su pregunta tiene sentido… solo si se mira desde el siglo XXI sin distinguir época y significados
Primero: Hoy sabemos que el texto de Isaías, muy antiguo, hacia el 734 a.C., está dirigido contra un rey asirio – que no sabemos exactamente quién es—o contra el babilonio Tiglatpileser III. El rey es un representante de la divinidad (la luz) y puede llamarse “lucero de la mañana” (portador de la luz), aunque en ese caso ciertamente caerá (no el lucero, sino el rey). Pero ese empleo de “lucero de la mañana” no quiere decir por el momento nada en contra del tal sintagma en otros momentos
Segundo: cuando los autores cristianos de finales del siglo I (Apocalipsis) o del primer cuarto del siglo II (2 Pedro) emplean “lucero de la mañana” aún no se ha asociado ese sintagma con el Diablo/Belial.
Tercero: la asociación del texto de Isaías 14,12 con el de Lucas 10,17-18 --“Regresaron los 72 alegres, diciendo: «Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre.» Él (Jesús) les dijo: «Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo”, se hace sólo en el siglo IV d.C. no sé por qué Padre de la Iglesia exactamente, quizás uno de los Capadocios. Y entonces, solo entonces, se asocia Satanás con un rayo y se recuerda el texto profético de Isaías, como si éste no se refiriera en realidad a un rey asirio desconocido, sino a la visión del propio Jesús.
Y en esos momentos se asocia el “rayo” de Jesús con el “lucero” porque los dos caen del cielo. Y nada más.
Por tanto, no hay el menor motivo de asombro o de desdoro al leer esos textos cristianos, porque los autores del Nuevo Testamento jamás comparaban el lucero de la mañana con Lucifer/Diablo, que el fin y al cabo sólo significa el “portador de la luz”. Y a esta confusión ayuda un texto de Pablo de Tarso, en el que afirma que el Diablo se disfraza de “ángel de luz” (2 Corintios 11,4), cuyo transfondo es el mismo que el de Qumrán: la lucha del “ángel de la luz” = Gabriel y el “ángel de las tinieblas”, Belial /Satanás. Y se juega con las ideas de luz (falsa) y caída final del Diablo.
Saludos cordiales de Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com
Pregunta:
Mi duda le parecerá demasiado simple, pero llevo tiempo con la misma. Querría leer la Biblia, en especial una versión que contenga la traducción tal y como siempre la he oído. Así, por ejemplo, no encuentro entre las múltiples versiones que veo en las librerías, ninguna con la literalidad \"Hágase la luz y la luz se hizo\", o \"Levántate y anda\", sino que encuentro \"que haya luz y hubo luz\" y \"camina hacia la luz\". Supongo que estas versiones son más precisas pero me gustaría acercarme a la Biblia mediante las expresiones que conocemos en el saber popular. ¿Puede orientarme, por favor? Atte,
Respuesta:
Ninguna de las traducciones modernas que se basan sin duda en el mismo texto griego o hebreo, va a satisfacerle, porque Usted está acostumbrado a un tipo de lenguaje sagrado que ha oído desde pequeño. Pero sí le puedo asegurar que cada vez se parecen más las traducciones porque se controlan unas a otras. Hay además una traducción interconfesional.
Y sobre mi recomendación sobre cuál Biblia Utilizar, vea por favor en mi Blog (utilice Google) y verá que existe un índice completo de “preguntas y respuestas”. Busque la palabra “Biblia” y encontrará diversos comentarios.
Pregunta:
¿Cómo ve la voluntad de Jesús en arriesgar su vida predicando hasta los últimos días en tiempo de la pascua? ¿Realmente fue tan voluntario?
Respuesta:
Es una pregunta aparentemente simple, pero difícil de responder. La teología cristiana, comenzando por el Cuarto Evangelio –que elimina de la tradición sinóptica, es decir, la que está detrás de Mt, Mc y Lc, todo lo que sea apariencia de debilidad, falta de soberanía y grandeza en Jesús—afirma rotundamente que Jesús aceptó voluntariamente su muerte y que tuvo consciencia plena de su libertad para rechazarlo y asumió su sacrificio con entera disposición de obedecer el designio divino.
Pero no todo está tan claro, después de un análisis de los Evangelios.
Puntos oscuros, o que hacen reflexionar son los siguientes:
• Jesús no fue a Jerusalén voluntariamente para morir. De lo contrario no se explican la entrada triunfal y la acción purificatoria del Templo unidas a su creencia absoluta de la inminencia de la llegada del reino de Dios.
• Jesús tuvo un claro desánimo y dudas que están detrás de la tradición de su oración en el huerto de Getsemaní
• El grito de desesperación de Mc 15,34, “Dios mío Dios mío por qué me has abandonado”, refleja una esperanza frustrada. Tanto él como sus discípulos y las mujeres que le siguieron desde Galilea a Jerusalén esperaban que gracias a la predicación, acciones y al ministerio de Jesús en Jerusalén, Dios “se decidiría” finalmente a intervenir e instaurar el Reino que todos esperaban… en vida. Pero Jesús debió de tener consciencia del fracaso, porque eso no sucedió.
Por tanto, respondo: hay indicios en los evangelios críticamente considerados de que la realidad fue distinta de la teología y de que Jesús jamás pretendió morir. Tuvo sospechas de que iba a acabar como otros profetas, y lo debió de aceptar. Pero no se puede hablar de él como si tuviera la voluntad decidida del mártir.
Pregunta:
Quería consultarle algo sobre Gálatas 3:11
La traducción de Reina Valera dice
Vs 10 todos los que dependen de LAS OBRAS DE LA LEY
Vs 11 que por LA LEY ninguno se justifica ante Dios.
¿Don Antonio, en el original, aparece el artículo La, en los dos versículos?
¿O es una añadidura de los traductores?
Esto cambia el sentido del pasaje.
Ley puede implicar un sentido general, mientras que La Ley, sería más específicamente, la Ley de Moisés.
Además, casi seguro no es la Ley de Moisés, porque entra en contradicción con Romanos, NO SON LOS JUSTOS ANTE DIOS LOS OIDORES DE LA LEY SINÓ LOS HACEDORES DE LA LEY SERÁN JUSTIFICADOS. (Creo casi 100% que Pablo habla de 2 conceptos diferentes).
Respuesta:
En el “original” (con comillas, puesto que es el texto de Pablo de finales del siglo II y editado desde hacía quizás cien años antes por un desconocido editor; sin embargo, la inmensísima mayoría de los intérpretes no cree que el editor modificara el tenor del texto; esto lo sabemos por análisis de vocabulario y de estilo por medio de ordenadores que dicen que las siete cartas auténticas salieron todas de una misma mano) los vv. 10 y 11 NO tienen artículo. Pero el v. 12 SÍ.
Sin embargo, se trata –por el contexto y el pensamiento general de Pablo-- de la misma Ley, la de Moisés. Aunque sea extraño, Pablo sostiene que la ley de Moisés (pero hay qué entender qué parte) es la norma o código por el que los gentiles serán juzgados en el Juicio Final. Léase con cuidado Romano 2,12-16.
Esto parece algo disparatado, pues la inmensísima y casi absoluta mayoría de los gentiles no puede conocer la ley de Moisés… y sin embargo se les juzgará por ella. La clave reside en que la Ley se divide en eterna, obligatoria para todos sin excepción, y temporal/específica, obligatoria solo para los hijos naturales de la Alianza.
Otra cosa: no se puede uno fiar de Pablo en el uso de los artículos, porque debido a su utilización de la Biblia hebrea y griega emplea los artículos en griego, a veces como los hebreo/arameo paralantes, y no según la norma clásica.
Todo esto lo explico muy detenidamente en la “Guía para entender a Pablo. Una interpretación del pensamiento paulino”, de Edit. Trotta, Madrid, que salió en junio de 2015.
Pregunta:
Mi pregunta tiene que ver con la peculiar denominación de Jesús como "lucifer" o "lucero del Alba" que aparece en 2Pe 1-19:
"Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones;"
Y en Apocalipsis 22:16: "Yo, Jesús, [...] soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana."
Incluso podemos encontrar una referencia a esta denominación en el El Exultet o pregón pascual datado al parecer en el siglo IV d.e.c
"Flammas eius lucifer matutinus inveniat:
Ille, inquam, lucifer, qui nescit occasum:
Christus Filius tuus,"
Me gustaría saber su opinión al respecto, ya que estará de acuerdo conmigo en que resulta cuanto menos curioso que la propia biblia nombre a Jesús como Lucifer, y más teniendo en cuenta que Isaías 14:12
"¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones.".
Usa el mismo título para referirse al demonio, al ángel rebelde desterrado del cielo según la tradición cristiana.
Espero haber sido lo suficientemente claro en la formulación.
Respuesta :
Los textos citados por usted son ciertos, y su pregunta tiene sentido… solo si se mira desde el siglo XXI sin distinguir época y significados
Primero: Hoy sabemos que el texto de Isaías, muy antiguo, hacia el 734 a.C., está dirigido contra un rey asirio – que no sabemos exactamente quién es—o contra el babilonio Tiglatpileser III. El rey es un representante de la divinidad (la luz) y puede llamarse “lucero de la mañana” (portador de la luz), aunque en ese caso ciertamente caerá (no el lucero, sino el rey). Pero ese empleo de “lucero de la mañana” no quiere decir por el momento nada en contra del tal sintagma en otros momentos
Segundo: cuando los autores cristianos de finales del siglo I (Apocalipsis) o del primer cuarto del siglo II (2 Pedro) emplean “lucero de la mañana” aún no se ha asociado ese sintagma con el Diablo/Belial.
Tercero: la asociación del texto de Isaías 14,12 con el de Lucas 10,17-18 --“Regresaron los 72 alegres, diciendo: «Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre.» Él (Jesús) les dijo: «Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo”, se hace sólo en el siglo IV d.C. no sé por qué Padre de la Iglesia exactamente, quizás uno de los Capadocios. Y entonces, solo entonces, se asocia Satanás con un rayo y se recuerda el texto profético de Isaías, como si éste no se refiriera en realidad a un rey asirio desconocido, sino a la visión del propio Jesús.
Y en esos momentos se asocia el “rayo” de Jesús con el “lucero” porque los dos caen del cielo. Y nada más.
Por tanto, no hay el menor motivo de asombro o de desdoro al leer esos textos cristianos, porque los autores del Nuevo Testamento jamás comparaban el lucero de la mañana con Lucifer/Diablo, que el fin y al cabo sólo significa el “portador de la luz”. Y a esta confusión ayuda un texto de Pablo de Tarso, en el que afirma que el Diablo se disfraza de “ángel de luz” (2 Corintios 11,4), cuyo transfondo es el mismo que el de Qumrán: la lucha del “ángel de la luz” = Gabriel y el “ángel de las tinieblas”, Belial /Satanás. Y se juega con las ideas de luz (falsa) y caída final del Diablo.
Saludos cordiales de Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com