Hoy escribe Gonzalo del Cerro
El autor de los HchAp (II)
Otro problema, debatido por los expertos, es el carácter de colección que podrían tener los Hechos Apócrifos de los Apóstoles. La afirmación de Focio es categórica. Trata de un libro denominado Los viajes (períodoi) de los apóstoles, en el que están contenidos los cinco Hechos más antiguos. En el mismo sentido podría interpretarse el testimonio de Orígenes recogido por Eusebio de Cesarea (H. E. III 1), en el que se dan noticias de un reparto de zonas de evangelización entre los apóstoles y se mencionan concretamente las correspondientes a Tomás, Andrés, Juan, Pedro y Pablo.
En cambio, algo parece abogar por una colección en el testimonio del ya citado Salterio Maniqueo publicado por C. R. C. Allberry en uno de cuyos salmos –el de la paciencia- se ofrecen ejemplos de los apóstoles Pedro, Andrés, Juan, Santiago, Tomás y Pablo con datos tomados de los HchAp correspondientes. La inclusión de Santiago tiene varios puntos oscuros, entre ellos, la confusión del Hermano del Señor con el hijo de Zebedeo.
Creo, no obstante, que frente a los datos objetivos, pierde importancia la cuestión sobre una posible eventual colección. Y el hecho objetivo es que los numerosos puntos de contacto entre estas obras dan pie para que hayan podido ser considerados como escritos gemelos, independientemente de que hayan circulado separados unos de otros o formando parte de un conjunto. La eventual colección podría haber surgido en épocas posteriores a causa precisamente de sus innegables semejanzas. Colección que podría haberse formado aun en el caso, comúnmente aceptado, de que se trata de obras de distintos autores.
Pero, desgraciadamente, los datos sobre autores de los HchAp son escasos o inexactos. El nombre de Leucio dice muy poco porque, como hemos dicho, los HchAp no pueden atribuirse razonablemente a un solo autor. De los HchAnd a los HchTom hay una gran distancia en madurez teológica o en precisión sobre temas como la jerarquía y el ritual sacramental. Posiblemente, sea también grande la distancia geográfica de sus probables lugares de origen (Alejandría y Siria) o la lingüística en sus respectivos idiomas originales, griego para los HchAnd y siríaco para los HchTom.
Algo parecido sucede con los HchJn y los HchPe. Los Hchjn podrían ser originarios de Egipto (Alejandría), mientras que los HchPe parecen ser de Roma o de Asia Menor. Los HchJn ceden más a la tentación retórica, los HchPe exponen más hechos que doctrina. Los HchJn recurren a la Escritura como de lejos en forma de alusiones y terminología; los HchPe hacen un mayor uso de la Biblia, incluido el Antiguo Testamento con citas explícitas y textuales.
Los HchPl nacen en Asia Menor, si hemos de dar crédito al testimonio de Tertuliano (De baptismo, 17). De su autor sabemos que es un presbítero que escribe por amor a Pablo con el deseo de añadir nuevos perfiles al prestigio del apóstol de los gentiles.
Creo que en el texto de Tertuliano podemos ver reflejada la personalidad de los autores de los demás HchAp. Son cristianos cultos, que conocen las Escrituras y las mencionan con relativa soltura; desean ensalzar la figura de los apóstoles protagonistas y mover a los fieles con el ejemplo de sus virtudes y de su muerte; viven dentro de la ortodoxia de la Gran Iglesia, cuya doctrina tanto dogmática como moral presentan dentro de los parámetros propios de la época. Delatan en sus textos influencias muy marcadas, como son la moda literaria del momento (sensible, sobre todo, en HchAnd, HchJn y HchTom) o la doctrina de movimientos como el gnosticismo y el encratismo, tan perceptibles en ciertos ambientes cristianos de los siglos II y III.
Todo lo demás que se pueda decir acerca del tema no pasa de ser una hipótesis basada más en apreciaciones de carácter general que en argumentos cocretos.
Saludos cordiales. Gonzalo del Cerro
El autor de los HchAp (II)
Otro problema, debatido por los expertos, es el carácter de colección que podrían tener los Hechos Apócrifos de los Apóstoles. La afirmación de Focio es categórica. Trata de un libro denominado Los viajes (períodoi) de los apóstoles, en el que están contenidos los cinco Hechos más antiguos. En el mismo sentido podría interpretarse el testimonio de Orígenes recogido por Eusebio de Cesarea (H. E. III 1), en el que se dan noticias de un reparto de zonas de evangelización entre los apóstoles y se mencionan concretamente las correspondientes a Tomás, Andrés, Juan, Pedro y Pablo.
En cambio, algo parece abogar por una colección en el testimonio del ya citado Salterio Maniqueo publicado por C. R. C. Allberry en uno de cuyos salmos –el de la paciencia- se ofrecen ejemplos de los apóstoles Pedro, Andrés, Juan, Santiago, Tomás y Pablo con datos tomados de los HchAp correspondientes. La inclusión de Santiago tiene varios puntos oscuros, entre ellos, la confusión del Hermano del Señor con el hijo de Zebedeo.
Creo, no obstante, que frente a los datos objetivos, pierde importancia la cuestión sobre una posible eventual colección. Y el hecho objetivo es que los numerosos puntos de contacto entre estas obras dan pie para que hayan podido ser considerados como escritos gemelos, independientemente de que hayan circulado separados unos de otros o formando parte de un conjunto. La eventual colección podría haber surgido en épocas posteriores a causa precisamente de sus innegables semejanzas. Colección que podría haberse formado aun en el caso, comúnmente aceptado, de que se trata de obras de distintos autores.
Pero, desgraciadamente, los datos sobre autores de los HchAp son escasos o inexactos. El nombre de Leucio dice muy poco porque, como hemos dicho, los HchAp no pueden atribuirse razonablemente a un solo autor. De los HchAnd a los HchTom hay una gran distancia en madurez teológica o en precisión sobre temas como la jerarquía y el ritual sacramental. Posiblemente, sea también grande la distancia geográfica de sus probables lugares de origen (Alejandría y Siria) o la lingüística en sus respectivos idiomas originales, griego para los HchAnd y siríaco para los HchTom.
Algo parecido sucede con los HchJn y los HchPe. Los Hchjn podrían ser originarios de Egipto (Alejandría), mientras que los HchPe parecen ser de Roma o de Asia Menor. Los HchJn ceden más a la tentación retórica, los HchPe exponen más hechos que doctrina. Los HchJn recurren a la Escritura como de lejos en forma de alusiones y terminología; los HchPe hacen un mayor uso de la Biblia, incluido el Antiguo Testamento con citas explícitas y textuales.
Los HchPl nacen en Asia Menor, si hemos de dar crédito al testimonio de Tertuliano (De baptismo, 17). De su autor sabemos que es un presbítero que escribe por amor a Pablo con el deseo de añadir nuevos perfiles al prestigio del apóstol de los gentiles.
Creo que en el texto de Tertuliano podemos ver reflejada la personalidad de los autores de los demás HchAp. Son cristianos cultos, que conocen las Escrituras y las mencionan con relativa soltura; desean ensalzar la figura de los apóstoles protagonistas y mover a los fieles con el ejemplo de sus virtudes y de su muerte; viven dentro de la ortodoxia de la Gran Iglesia, cuya doctrina tanto dogmática como moral presentan dentro de los parámetros propios de la época. Delatan en sus textos influencias muy marcadas, como son la moda literaria del momento (sensible, sobre todo, en HchAnd, HchJn y HchTom) o la doctrina de movimientos como el gnosticismo y el encratismo, tan perceptibles en ciertos ambientes cristianos de los siglos II y III.
Todo lo demás que se pueda decir acerca del tema no pasa de ser una hipótesis basada más en apreciaciones de carácter general que en argumentos cocretos.
Saludos cordiales. Gonzalo del Cerro