Hoy escribe Antonio Piñero
3.
Algunas consideraciones sobre el Texto largo de Lucas: Lc 22,15-20.
Ruego al lector que eche de nuevo una ojeada al pasaje tal como se halla transcrito en la nota 3-10-21 (texto tercero).
Teóricamente, y según las reglas comunes de la llamada “crítica textual” (la ciencia que estudia los manuscritos y su procedencia, sus variantes y peculiaridades y trata de reconstruir el texto primitivo, es decir, el más parecido al que salió de manos del autor), el texto breve debería ser preferido, porque cumple dos reglas básicas:
- “Es el texto más corto” (el principio subyacente es que suele resultar más fácil expandir que abreviar)
- Es el texto más difícil. Normalmente es el original porque suele ser más fácil expandir y aclarar las dificultades que abreviar un texto y hacerlo oscuro a propósito. Por ello suele ser cronológicamente posterior el texto más amplio.
En teoría, los vv. 19b-20 fueron probablemente añadidos por un escriba insatisfecho con el texto breve, incompleto y más oscuro, completándolo a base de tomar lo que le faltaba copiándolo de 1 Corintios 11,23-26.
En líneas generales, sin embargo, la crítica confesional no acepta esta solución. Prefiere la teoría de que el texto largo es primitivo y el breve resultó por un proceso de abreviación, aunque no se explicar exactamente ni el porqué ni el cómo en concreto se llevó a cabo el corte. Más tarde volveremos sobre este asunto.
Los exegetas protestantes conservadores y católicos suelen argumentar –siguiendo los pasos de Joaquim Jeremias (obra ya citada: La última Cena. Palabras de Jesús, Cristiandad, Madrid, 1980) que el texto largo deriva, o fue tomado por Lucas, de una liturgia cristiana muy primitiva; que no procede directamente de Pablo, ya que hay pequeñas diferencias pero significativas. Esta liturgia hubo de ser primitiva porque conserva “semitismos”, es decir, un griego teñido de lenguaje semítico, señal de que procedía de antiguas traducciones del arameo al griego, muy cercanas al momento en el que Jesús celebró su Cena última.
Como complemento respecto a esta teoría sobre la antigüedad de un texto porque tiene algunos semitismos, se sostiene normalmente por los exegetas católicos que incluso el texto paulino de 1 Cor 11,23-26 no es propio de Pablo (es decir, no viene de una visión de Jesús a él) sino que éste lo tomó de una liturgia anterior a él porque
- También tiene semitismos y palabras extrañas al uso normal de Pablo
- Muestra un estilo muy solemne, que debe de ser litúrgico, también impropio del estilo usual del Apóstol.
Sostiene J. Jeremias, además, que el texto breve fue una mutilación deliberada de algún escriba deseoso de ocultar a los ojos de los extraños, no cristianos, el misterio cristiano de la Eucaristía. Así como las religiones de misterios/salvación del paganismo ocultaban a los ojos de los profanos los ritos de sus misterios, de igual modo hicieron los cristianos con la Eucaristía.
Es conveniente que digamos alguna palabra respecto a estos dos argumentos.
A. Sobre el argumento de los “semitismos” y del estilo litúrgico (tanto en Pablo, como en Marcos, como en Lucas):
- Los pretendidos “semitismos” pueden no serlo en realidad. Pueden ser una imitación consciente del estilo de la Biblia griega, la de los Setenta, la utilizada usualmente por los cristianos, que es una traducción al griego muy literal del hebreo, por lo que a veces contiene frases que pueden “sonar a hebreo”.
- El que el lenguaje de Pablo en 1 Corintios 11,23ss no sea habitual en el se explica porque, como hemos indicado ya, está repitiendo una liturgia, que él mismo compuso en un lenguaje voluntariamente solemne y adaptado a rememorar un momento también solemne de la vida de Jesús en el pasado, donde, según él, Jesús instituyó la Eucaristía.
Además, aunque el lenguaje de Pablo cuando habla de la Eucaristía no sea el habitual del resto de sus cartas, ello no significa automáticamente que sea un lenguaje derivado directamente de una tradición procedente directamente del Jesús histórico. No se ve por qué va a proceder de una liturgia no paulina, que se basa en una tradición muy antigua, y que ésta derive necesariamente del Jesús de la historia. Esto supone sacar demasiadas consecuencias de una observación insegura.
No voy a entrar aquí en un análisis concreto de los términos griegos, que aparecen tanto en Lucas, como en Marcos, que comparados con los términos paulinos, pueden aparecer “semitismos”, porque esta discusión es demasiado técnica y aburrida para los no lingüistas. Sólo diré que sobre todos esos posible “semitismos”, otros investigadores opinan que hay diferentes explicaciones,
• Que se trata de más bien de variantes debidas al modo de contar de Pablo o de los diversos evangelistas,
• Que son términos que se explican en un lenguaje griego vulgar de la época en la que fueron escritos las cartas de Pablo y los evangelios sobre todo entre autores judíos y que no tienen por qué provenir necesariamente del arameo galilaico del Jesús histórico
B. Sobre que el texto breve sea una mutilación voluntaria por el deseo de ocultar el misterio eucarístico cristiano a ojos profanos, diré que es éste también un argumento aplicado no sólo al texto breve de Lucas en este pasaje (22, 15-19a), sino también a la misteriosa frase “la fracción del pan”, que es como aparece en todo caso la Eucaristía en los Hechos de los apóstoles (lo veremos más adelante cuando comentemos estos textos).
La respuesta a este argumento puede ser la siguiente: ocultar el contenido de la Eucaristía no tenía ningún sentido en una obras de propaganda de una fe como son los Evangelios.
Precisamente, los evangelistas (incluido Hechos) tenían el deseo de comparar la verdad cristiana, tan límpida y fácil, en torno a la unión mística con el salvador Jesús, en contraste con el secretismo de las religiones de misterio, donde era absolutamente necesario mantener el secreto.
En el caso de los misterios paganos si se desvelaran todos sus ritos nadie iría a los templos donde se celebraban tales misterios, cuyos ritos garantizaban la inmortalidad. La gente copiaría en privado los ritos, y los sacerdotes y los templos se habrían quedado sin cuantiosas ganancias. La Eucaristía cristiana no entraba en este juego, sino todo lo contrario. Su publicidad acerca de su sencillez, baratura y eficacia era lo que deseaban los cristianos.
Seguiremos
Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com
……
En el otro blog, “El blog de Antonio Piñero”, el tema tratado es:
“La sesgada figura de Pablo en los Hechos de los apóstoles (XI) Pablo como garante de la tradición”.
De nuevo saludos.
3.
Algunas consideraciones sobre el Texto largo de Lucas: Lc 22,15-20.
Ruego al lector que eche de nuevo una ojeada al pasaje tal como se halla transcrito en la nota 3-10-21 (texto tercero).
Teóricamente, y según las reglas comunes de la llamada “crítica textual” (la ciencia que estudia los manuscritos y su procedencia, sus variantes y peculiaridades y trata de reconstruir el texto primitivo, es decir, el más parecido al que salió de manos del autor), el texto breve debería ser preferido, porque cumple dos reglas básicas:
- “Es el texto más corto” (el principio subyacente es que suele resultar más fácil expandir que abreviar)
- Es el texto más difícil. Normalmente es el original porque suele ser más fácil expandir y aclarar las dificultades que abreviar un texto y hacerlo oscuro a propósito. Por ello suele ser cronológicamente posterior el texto más amplio.
En teoría, los vv. 19b-20 fueron probablemente añadidos por un escriba insatisfecho con el texto breve, incompleto y más oscuro, completándolo a base de tomar lo que le faltaba copiándolo de 1 Corintios 11,23-26.
En líneas generales, sin embargo, la crítica confesional no acepta esta solución. Prefiere la teoría de que el texto largo es primitivo y el breve resultó por un proceso de abreviación, aunque no se explicar exactamente ni el porqué ni el cómo en concreto se llevó a cabo el corte. Más tarde volveremos sobre este asunto.
Los exegetas protestantes conservadores y católicos suelen argumentar –siguiendo los pasos de Joaquim Jeremias (obra ya citada: La última Cena. Palabras de Jesús, Cristiandad, Madrid, 1980) que el texto largo deriva, o fue tomado por Lucas, de una liturgia cristiana muy primitiva; que no procede directamente de Pablo, ya que hay pequeñas diferencias pero significativas. Esta liturgia hubo de ser primitiva porque conserva “semitismos”, es decir, un griego teñido de lenguaje semítico, señal de que procedía de antiguas traducciones del arameo al griego, muy cercanas al momento en el que Jesús celebró su Cena última.
Como complemento respecto a esta teoría sobre la antigüedad de un texto porque tiene algunos semitismos, se sostiene normalmente por los exegetas católicos que incluso el texto paulino de 1 Cor 11,23-26 no es propio de Pablo (es decir, no viene de una visión de Jesús a él) sino que éste lo tomó de una liturgia anterior a él porque
- También tiene semitismos y palabras extrañas al uso normal de Pablo
- Muestra un estilo muy solemne, que debe de ser litúrgico, también impropio del estilo usual del Apóstol.
Sostiene J. Jeremias, además, que el texto breve fue una mutilación deliberada de algún escriba deseoso de ocultar a los ojos de los extraños, no cristianos, el misterio cristiano de la Eucaristía. Así como las religiones de misterios/salvación del paganismo ocultaban a los ojos de los profanos los ritos de sus misterios, de igual modo hicieron los cristianos con la Eucaristía.
Es conveniente que digamos alguna palabra respecto a estos dos argumentos.
A. Sobre el argumento de los “semitismos” y del estilo litúrgico (tanto en Pablo, como en Marcos, como en Lucas):
- Los pretendidos “semitismos” pueden no serlo en realidad. Pueden ser una imitación consciente del estilo de la Biblia griega, la de los Setenta, la utilizada usualmente por los cristianos, que es una traducción al griego muy literal del hebreo, por lo que a veces contiene frases que pueden “sonar a hebreo”.
- El que el lenguaje de Pablo en 1 Corintios 11,23ss no sea habitual en el se explica porque, como hemos indicado ya, está repitiendo una liturgia, que él mismo compuso en un lenguaje voluntariamente solemne y adaptado a rememorar un momento también solemne de la vida de Jesús en el pasado, donde, según él, Jesús instituyó la Eucaristía.
Además, aunque el lenguaje de Pablo cuando habla de la Eucaristía no sea el habitual del resto de sus cartas, ello no significa automáticamente que sea un lenguaje derivado directamente de una tradición procedente directamente del Jesús histórico. No se ve por qué va a proceder de una liturgia no paulina, que se basa en una tradición muy antigua, y que ésta derive necesariamente del Jesús de la historia. Esto supone sacar demasiadas consecuencias de una observación insegura.
No voy a entrar aquí en un análisis concreto de los términos griegos, que aparecen tanto en Lucas, como en Marcos, que comparados con los términos paulinos, pueden aparecer “semitismos”, porque esta discusión es demasiado técnica y aburrida para los no lingüistas. Sólo diré que sobre todos esos posible “semitismos”, otros investigadores opinan que hay diferentes explicaciones,
• Que se trata de más bien de variantes debidas al modo de contar de Pablo o de los diversos evangelistas,
• Que son términos que se explican en un lenguaje griego vulgar de la época en la que fueron escritos las cartas de Pablo y los evangelios sobre todo entre autores judíos y que no tienen por qué provenir necesariamente del arameo galilaico del Jesús histórico
B. Sobre que el texto breve sea una mutilación voluntaria por el deseo de ocultar el misterio eucarístico cristiano a ojos profanos, diré que es éste también un argumento aplicado no sólo al texto breve de Lucas en este pasaje (22, 15-19a), sino también a la misteriosa frase “la fracción del pan”, que es como aparece en todo caso la Eucaristía en los Hechos de los apóstoles (lo veremos más adelante cuando comentemos estos textos).
La respuesta a este argumento puede ser la siguiente: ocultar el contenido de la Eucaristía no tenía ningún sentido en una obras de propaganda de una fe como son los Evangelios.
Precisamente, los evangelistas (incluido Hechos) tenían el deseo de comparar la verdad cristiana, tan límpida y fácil, en torno a la unión mística con el salvador Jesús, en contraste con el secretismo de las religiones de misterio, donde era absolutamente necesario mantener el secreto.
En el caso de los misterios paganos si se desvelaran todos sus ritos nadie iría a los templos donde se celebraban tales misterios, cuyos ritos garantizaban la inmortalidad. La gente copiaría en privado los ritos, y los sacerdotes y los templos se habrían quedado sin cuantiosas ganancias. La Eucaristía cristiana no entraba en este juego, sino todo lo contrario. Su publicidad acerca de su sencillez, baratura y eficacia era lo que deseaban los cristianos.
Seguiremos
Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com
……
En el otro blog, “El blog de Antonio Piñero”, el tema tratado es:
“La sesgada figura de Pablo en los Hechos de los apóstoles (XI) Pablo como garante de la tradición”.
De nuevo saludos.