Teseo y el Minotauro. Tesoro de los Atenienses. Delfors. tomado de Wikimedia.
La cultura griega clásica tuvo una curiosa afición: recuperar las reliquias de sus héroes. En varias épocas de su historia las ciudades griegas acudieron a su mitología como elemento legitimador de instituciones políticas concretas o de la fundación de colonias. Un condicionante de este comportamiento fue el hecho de que, en su mayor parte, los lances amorosos del dios Zeus (padre de dioses y hombres, como recitaba Homero) resultaron en el nacimiento de reyes primeros o héroes fundadores de muchas de las ciudades estado griegas. El comportamiento de Zeus, más allá de mostrar la fertilidad que el dios de la lluvia debía traer a todas las tierras de la Hélade, era el adecuado para un dios que era “rey” del Olimpo y modelo para todos los gobernantes de la época arcaica.
El caso es que, bien por influencia de los oráculos (Delfos el más influyente) bien por otros intereses legitimadores, en Grecia se buscaron y encontraron los restos de héroes de su mitología.
Quizá el caso más conocido (y desde luego poco) sea el de Teseo. Este héroe era hijo del dios Posidón y de la mortal Etra (o de ella y del también mortal Egeo). Teseo, cuya figura no había sido muy querida en la Atenas de los siglos VIII_VII, fue revitalizado como modelo mitológico de las reformas y cambios que a lo largo del siglo VI se dieron en la ciudad. Por un lado, se creía que el héroe había unificado las dispersas poblaciones del Ática en una sola identidad política, la ciudad-estado Atenas, y que a la misma le había traído la democracia. Era considerado, por tanto, el legitimador de la ciudad más importante del siglo V a. C. Por otra parte, la tradición decía que, durante la batalla de Maratón, a los atenienses que defendieron Grecia del ataque de los persas se les apareció para liderar sus filas.
La verdad es que los mitos atenienses de Teseo fueron engrandecidos a lo largo del siglo VI, se entiende que para crear un héroe paralelo a Heracles: éste sería de raigambre dórica (Peloponeso), mientras Teseo sería un héroe jónico (Ática y actual costa turca). Esta ampliación llevó a crear un muy elegante y admirado repertorio de vasos áticos con las hazañas de un Teseo que igualaba a las de Heracles (eso sí, en tierras atenienses).
Estas breves notas que caracterizarían a Teseo como un “santo” ateniense, son la base que explica una noticia más sobre él. Una tradición tardía, de la que todavía se estudia si es histórica, cuenta cómo el político y militar Cimón de Atenas, tras conquistar la isla de Esciros hacia el 470, recuperó en ella los huesos, las reliquias, de Teseo, que había muerto y recibido sepultura allí. Cimón las llevó a Atenas, donde, se supone que en la zona de la actual Plaka, fueron enterradas nuevamente en un santuario dedicado a él.
El santuario recibía el lógico culto: se le dedicaban sacrificios y se celebraban juegos en su honor durante las fiestas denominadas Theseia, para cuya financiación se estableció un impuesto, las “cinco dracmas de Teseo”. Incluso se habla de la existencia de otros dos santuarios dedicados al héroe en Atenas. La función principal de estos cultos (tanto de Teseo como de otros) era legitimar la autoridad de las ciudades estado y crear un sentido de pertenencia y solidaridad entre sus ciudadanos.
Otros héroes de los que sabemos se recuperaron las reliquias son Orestes (que cumplió en Esparta un papel similar al de Teseo en Atenas), Tisámenos, Reso, Pélope, Héctor, Arcade, Minos, Orfeo, Aristómenes, las heroínas Alcmena, Hipodamía, o el mortal Hesíodo.
Saludos cordiales.
La cultura griega clásica tuvo una curiosa afición: recuperar las reliquias de sus héroes. En varias épocas de su historia las ciudades griegas acudieron a su mitología como elemento legitimador de instituciones políticas concretas o de la fundación de colonias. Un condicionante de este comportamiento fue el hecho de que, en su mayor parte, los lances amorosos del dios Zeus (padre de dioses y hombres, como recitaba Homero) resultaron en el nacimiento de reyes primeros o héroes fundadores de muchas de las ciudades estado griegas. El comportamiento de Zeus, más allá de mostrar la fertilidad que el dios de la lluvia debía traer a todas las tierras de la Hélade, era el adecuado para un dios que era “rey” del Olimpo y modelo para todos los gobernantes de la época arcaica.
El caso es que, bien por influencia de los oráculos (Delfos el más influyente) bien por otros intereses legitimadores, en Grecia se buscaron y encontraron los restos de héroes de su mitología.
Quizá el caso más conocido (y desde luego poco) sea el de Teseo. Este héroe era hijo del dios Posidón y de la mortal Etra (o de ella y del también mortal Egeo). Teseo, cuya figura no había sido muy querida en la Atenas de los siglos VIII_VII, fue revitalizado como modelo mitológico de las reformas y cambios que a lo largo del siglo VI se dieron en la ciudad. Por un lado, se creía que el héroe había unificado las dispersas poblaciones del Ática en una sola identidad política, la ciudad-estado Atenas, y que a la misma le había traído la democracia. Era considerado, por tanto, el legitimador de la ciudad más importante del siglo V a. C. Por otra parte, la tradición decía que, durante la batalla de Maratón, a los atenienses que defendieron Grecia del ataque de los persas se les apareció para liderar sus filas.
La verdad es que los mitos atenienses de Teseo fueron engrandecidos a lo largo del siglo VI, se entiende que para crear un héroe paralelo a Heracles: éste sería de raigambre dórica (Peloponeso), mientras Teseo sería un héroe jónico (Ática y actual costa turca). Esta ampliación llevó a crear un muy elegante y admirado repertorio de vasos áticos con las hazañas de un Teseo que igualaba a las de Heracles (eso sí, en tierras atenienses).
Estas breves notas que caracterizarían a Teseo como un “santo” ateniense, son la base que explica una noticia más sobre él. Una tradición tardía, de la que todavía se estudia si es histórica, cuenta cómo el político y militar Cimón de Atenas, tras conquistar la isla de Esciros hacia el 470, recuperó en ella los huesos, las reliquias, de Teseo, que había muerto y recibido sepultura allí. Cimón las llevó a Atenas, donde, se supone que en la zona de la actual Plaka, fueron enterradas nuevamente en un santuario dedicado a él.
El santuario recibía el lógico culto: se le dedicaban sacrificios y se celebraban juegos en su honor durante las fiestas denominadas Theseia, para cuya financiación se estableció un impuesto, las “cinco dracmas de Teseo”. Incluso se habla de la existencia de otros dos santuarios dedicados al héroe en Atenas. La función principal de estos cultos (tanto de Teseo como de otros) era legitimar la autoridad de las ciudades estado y crear un sentido de pertenencia y solidaridad entre sus ciudadanos.
Otros héroes de los que sabemos se recuperaron las reliquias son Orestes (que cumplió en Esparta un papel similar al de Teseo en Atenas), Tisámenos, Reso, Pélope, Héctor, Arcade, Minos, Orfeo, Aristómenes, las heroínas Alcmena, Hipodamía, o el mortal Hesíodo.
Saludos cordiales.