Fresco de la tumba de Neferhotep (TT49). Imagen tomada de https://www.atthemummiesball.com/florists-flower-arranging-ancient-egypt/
El bosque sagrado (alsos) también estuvo presente en algunos santuarios de regiones muy importantes del Mediterráneo Oriental. Concretamente, aunque asociadas a diferentes contextos, podemos observar piezas arqueológicas que incluyen la representación de estos característicos bosques.
En Egipto, hay algún testimonio de la presencia de jardines sagrados o bosques sagrados en ciertos templos. El ejemplo más detallado sería un fresco de la tumba de Neferhotep, un escriba de Amón que coincidió con Tutankamón (18ª dinastía). En su tumba (TT49) aparece visitando el templo de Amón en Karnak, edificio que en la imagen está rodeado de árboles plantados a distancias iguales entre sí.
El fresco presenta dos partes: a la derecha, el sacerdote Neferhotep presenta en el templo de Amón un ramo de flores que ha tomado de un altar exterior; a la izquierda, el mismo Neferhotep sale del templo y entrega a su esposa un ramo de flores. Tanto en la escena derecha como en la izquierda aparecen los árboles plantados alrededor del templo y a lo largo del acceso desde el Nilo, respectivamente.
En Mesopotamia, por otro lado, hay un excelente ejemplo figurativo de uno de estos jardines de especial significado para el culto y la mitología. Se trata de un fragmento de los famosos relieves que aparecieron en el palacio de Nínive, posesión del rey Asurbanipal III, que reinó entre los años 668-629 a. C.
Estos jardines, que actualmente son considerados los que en el pasado se atribuyeron a Babilonia con la etiqueta “jardines colgantes”, son representados en el relieve no ya como tales sino como un escenario religioso en el más estricto sentido de la palabra. Describo ahora la siguiente imagen tomada de los archivos del Museo Británico, donde se encuentra en la actualidad el relieve:
https://blog.britishmuseum.org/wp-content/uploads/2018/09/GardensFace1960.gif.pagespeed.ce.so6WGCa2BG.gif
El conjunto, tal como aparece en la imagen, consta de una montaña boscosa culminada por un templo. A la derecha de la montaña, en su parte superior, puede apreciarse un acueducto que da el agua que después formará dos o tres ríos que descienden por las laderas de la montaña. Sobre ella hay un edificio columnado cuya parte posterior sería un nicho o sala en la que, como puede apreciarse, hay una estela de un rey divinizado. El edificio presenta dos columnas frontales entre antas. Tanto las columnas como las antas están rematadas por elementos vegetales, capiteles que podríamos considerar del tipo protojónicos, con hojas vueltas al estilo de los de Neandria o Larissa, de origen claramente oriental.
El conjunto de la montaña artificial, los ríos artificiales, el bosque y sotobosque también ajardinados, recuerda algunas imágenes de divinidades mesopotámicas erigidas sobre montañas de las que manan corrientes de agua, por ejemplo el dios de la fertilidad que aparece en esta imagen:
https://cdn.britannica.com/s:500x350/78/26778-004-088B63D8/Tammuz-Ashur-Berlin-Germany-Staatliche-Museen.jpg
En ella, una divinidad masculina cuyo faldón es en realidad una montaña rocosa, aparece flanqueada por dos cabras montesas y, a sus pies dos divinidades del agua que mana.
Saludos cordiales.
El bosque sagrado (alsos) también estuvo presente en algunos santuarios de regiones muy importantes del Mediterráneo Oriental. Concretamente, aunque asociadas a diferentes contextos, podemos observar piezas arqueológicas que incluyen la representación de estos característicos bosques.
En Egipto, hay algún testimonio de la presencia de jardines sagrados o bosques sagrados en ciertos templos. El ejemplo más detallado sería un fresco de la tumba de Neferhotep, un escriba de Amón que coincidió con Tutankamón (18ª dinastía). En su tumba (TT49) aparece visitando el templo de Amón en Karnak, edificio que en la imagen está rodeado de árboles plantados a distancias iguales entre sí.
El fresco presenta dos partes: a la derecha, el sacerdote Neferhotep presenta en el templo de Amón un ramo de flores que ha tomado de un altar exterior; a la izquierda, el mismo Neferhotep sale del templo y entrega a su esposa un ramo de flores. Tanto en la escena derecha como en la izquierda aparecen los árboles plantados alrededor del templo y a lo largo del acceso desde el Nilo, respectivamente.
En Mesopotamia, por otro lado, hay un excelente ejemplo figurativo de uno de estos jardines de especial significado para el culto y la mitología. Se trata de un fragmento de los famosos relieves que aparecieron en el palacio de Nínive, posesión del rey Asurbanipal III, que reinó entre los años 668-629 a. C.
Estos jardines, que actualmente son considerados los que en el pasado se atribuyeron a Babilonia con la etiqueta “jardines colgantes”, son representados en el relieve no ya como tales sino como un escenario religioso en el más estricto sentido de la palabra. Describo ahora la siguiente imagen tomada de los archivos del Museo Británico, donde se encuentra en la actualidad el relieve:
https://blog.britishmuseum.org/wp-content/uploads/2018/09/GardensFace1960.gif.pagespeed.ce.so6WGCa2BG.gif
El conjunto, tal como aparece en la imagen, consta de una montaña boscosa culminada por un templo. A la derecha de la montaña, en su parte superior, puede apreciarse un acueducto que da el agua que después formará dos o tres ríos que descienden por las laderas de la montaña. Sobre ella hay un edificio columnado cuya parte posterior sería un nicho o sala en la que, como puede apreciarse, hay una estela de un rey divinizado. El edificio presenta dos columnas frontales entre antas. Tanto las columnas como las antas están rematadas por elementos vegetales, capiteles que podríamos considerar del tipo protojónicos, con hojas vueltas al estilo de los de Neandria o Larissa, de origen claramente oriental.
El conjunto de la montaña artificial, los ríos artificiales, el bosque y sotobosque también ajardinados, recuerda algunas imágenes de divinidades mesopotámicas erigidas sobre montañas de las que manan corrientes de agua, por ejemplo el dios de la fertilidad que aparece en esta imagen:
https://cdn.britannica.com/s:500x350/78/26778-004-088B63D8/Tammuz-Ashur-Berlin-Germany-Staatliche-Museen.jpg
En ella, una divinidad masculina cuyo faldón es en realidad una montaña rocosa, aparece flanqueada por dos cabras montesas y, a sus pies dos divinidades del agua que mana.
Saludos cordiales.