Dibujo de la tinaja A de Kuntillet Ajrud. Tomado de https://www.researchgate.net/figure/Painting-on-Pithos-A-Kuntillet-Ajrud-after-BECK-2002-98-fig-4_fig3_274888342
John Day, en su obra del año 2000 titulada Yahweh and the Gods and Goddesses of Canaan dedica un capítulo a glosar lo que hasta entonces se podía deducir de los textos hebreos y los resultados de las más recientes excavaciones arqueológicas en yacimientos bíblicos. El capítulo se tituló “Yahweh and Asherah”, y ocupó las páginas 42-67. He aquí un resumen de sus propuestas, realmente interesantes.
La etimología de Asherah, según Day, podría ser la raíz semítica ʾṯr, que significa “lugar” y que acabaría por significar “lugar sagrado”, “santuario”, tal como se conserva en acadio, fenicio, arameo y ugarítico. Day comenta que la correspondiente diosa ugarítica Athirat se denominaba Qudshu, que significa “su santidad”. Contra esta última idea S. Jin Park (“Short Notes on the Etymolofy of Asherah”, Ugaritic Forshungen, 2010, pp. 527-534) se decide por un participio de ʾsrt, que significaría “la seguida por los dioses”, es decir, “progenitora”, y lo relaciona con la idea de “Madre de los dioses” que aparece en algunas tablillas de Ugarit.
En cuanto a la palabra según se usa en la Biblia, Day apunta que Jc 3, 7 ; 1 Re 15, 13; 1 Re 18, 19; 2 Re 21, 7; 2 Re 23, 4 son referencias reales a una diosa, no a un objeto o palo. Quizá el texto más interesante sea 1 Re 15, 13, referido al rey Asa, y que se traduce: “Incluso llegó a quitar a su abuela Maaká el título de Gran Dama porque había hecho un Horror para Aserá. Asá abatió este Horror y lo quemó en el torrente Cedrón” (trad. Cantera-Iglesias).
Day interpreta el texto diciendo que el horror debió ser la adoración de la diosa mediante un objeto, pues si Aserá fuera un objeto, se prepararía un objeto para un objeto, cosa improbable para él. Lo interesante de este pasaje es, más bien, que relaciona la realeza de la “reina madre” con el culto de la diosa Asherah. Como ya he indicado, Asherah es el doblete hebreo de Athirat, la madre de los dioses en Ugarit, y en cuatro ocasiones Asherah aparece junto a la expresión “el ejército de los cielos” (2 Re 17, 16; 2 Re 21, 3 (= 2 Cr 33,3); 2 Re 23, 4). Esta expresión se refiere a la generación de dioses que la mitología semítica atribuye a la pareja El – Athirat.
El razonamiento continúa mediante el reconocimiento de que Yahvé fue igualado al dios semítico El. Esta es la razón de que aparezca como sinónimo de Yahvé el nombre Elohim (que significa “los dioses”), y que muchos nombres personales hebreos incluyan la palabra El como uno de sus compuestos: Israel, Daniel, Rafael, Ismael, Manuel, Ariel, Miguel, Raquel; Elías, Eliezer, Eliseo… Ahora bien, puesto que el dios semítico El tuvo como esposa a Athirat, diosa madre de los dioses, antigua como El y ambos progenitores de los dioses; El fue asimilado a Yahvé, y concedió a este la apariencia de un personaje barbado, ya maduro y sabio, asociado al toro, parece lógico que Yahvé tuviera como esposa consorte a Asherah.
Asherah estaba asociada al culto de los árboles, según demuestran diversos textos que ya he comentado en el post anterior y algunos hallazgos arqueológicos. Entre los primeros, Day cita Dt 16, 21: “No plantarás cipo, ni ninguna clase de árbol, junto al altar de Yahveh tu Dios que hayas construido”. Como ya vimos en el anterior post, cipo no es una traducción correcta de Asherah, y el verso debería traducirse, según Day, “no plantarás como Asherah ningún árbol”. Entre los datos arqueológicos destacan unos grabado y unas inscripciones de Kuntillet Ajrut, al sur del desierto del Neguev, en la península del Sinaí, donde se excavó un yacimiento del reino de Judea fechado hacia el año 800 a. C. En la inscripción de la tinaja A se lee: “Te he bendecido mediante Yahvé de Samaria y su Asherah”; en la tinaja B se lee: “Yahvé de Teman y su Asherah”.
Además, en la tinaja A aparece un árbol estilizado flanqueado por dos íbices sobre un león, imágenes universalmente admitidas como propias de la Diosa Madre en todo Oriente.
Hay, por otro lado, indicios de que Yahvé se quedó con esta relación entre la diosa y los árboles: Os 14, 9 se traduce “Efraím... ¿qué tiene aún con los ídolos? Yo le atiendo y le miro. Yo soy como un ciprés siempre verde, y gracias a mí se te halla fruto” (traducción Cantera-Iglesias). Day afirma que esta cualidad de Yahvé árbol es una reminiscencia sincrética del antiguo árbol de su consorte Asherah.
Para terminar, es interesante recoger la noticia sobre Maaká, la reina madre del rey Asa. S. Ackermann escribió en 1993 un artículo (“Queen Mother and the Cult in Ancient Israel”, JBL nº 3, pp. 385_401) en el que describía el trascendental papel de las reinas como legitimadoras del poder real (por ejemplo la madre de Salomón) y su relación con la diosa Asherah, e incluso sugiere que la reina madre sería la representante de la diosa en la corte. Esto parece estar relacionado con la etimología propuesta para Asherah por Jin Park: “progenitora”.
Saludos cordiales.
La etimología de Asherah, según Day, podría ser la raíz semítica ʾṯr, que significa “lugar” y que acabaría por significar “lugar sagrado”, “santuario”, tal como se conserva en acadio, fenicio, arameo y ugarítico. Day comenta que la correspondiente diosa ugarítica Athirat se denominaba Qudshu, que significa “su santidad”. Contra esta última idea S. Jin Park (“Short Notes on the Etymolofy of Asherah”, Ugaritic Forshungen, 2010, pp. 527-534) se decide por un participio de ʾsrt, que significaría “la seguida por los dioses”, es decir, “progenitora”, y lo relaciona con la idea de “Madre de los dioses” que aparece en algunas tablillas de Ugarit.
En cuanto a la palabra según se usa en la Biblia, Day apunta que Jc 3, 7 ; 1 Re 15, 13; 1 Re 18, 19; 2 Re 21, 7; 2 Re 23, 4 son referencias reales a una diosa, no a un objeto o palo. Quizá el texto más interesante sea 1 Re 15, 13, referido al rey Asa, y que se traduce: “Incluso llegó a quitar a su abuela Maaká el título de Gran Dama porque había hecho un Horror para Aserá. Asá abatió este Horror y lo quemó en el torrente Cedrón” (trad. Cantera-Iglesias).
Day interpreta el texto diciendo que el horror debió ser la adoración de la diosa mediante un objeto, pues si Aserá fuera un objeto, se prepararía un objeto para un objeto, cosa improbable para él. Lo interesante de este pasaje es, más bien, que relaciona la realeza de la “reina madre” con el culto de la diosa Asherah. Como ya he indicado, Asherah es el doblete hebreo de Athirat, la madre de los dioses en Ugarit, y en cuatro ocasiones Asherah aparece junto a la expresión “el ejército de los cielos” (2 Re 17, 16; 2 Re 21, 3 (= 2 Cr 33,3); 2 Re 23, 4). Esta expresión se refiere a la generación de dioses que la mitología semítica atribuye a la pareja El – Athirat.
El razonamiento continúa mediante el reconocimiento de que Yahvé fue igualado al dios semítico El. Esta es la razón de que aparezca como sinónimo de Yahvé el nombre Elohim (que significa “los dioses”), y que muchos nombres personales hebreos incluyan la palabra El como uno de sus compuestos: Israel, Daniel, Rafael, Ismael, Manuel, Ariel, Miguel, Raquel; Elías, Eliezer, Eliseo… Ahora bien, puesto que el dios semítico El tuvo como esposa a Athirat, diosa madre de los dioses, antigua como El y ambos progenitores de los dioses; El fue asimilado a Yahvé, y concedió a este la apariencia de un personaje barbado, ya maduro y sabio, asociado al toro, parece lógico que Yahvé tuviera como esposa consorte a Asherah.
Asherah estaba asociada al culto de los árboles, según demuestran diversos textos que ya he comentado en el post anterior y algunos hallazgos arqueológicos. Entre los primeros, Day cita Dt 16, 21: “No plantarás cipo, ni ninguna clase de árbol, junto al altar de Yahveh tu Dios que hayas construido”. Como ya vimos en el anterior post, cipo no es una traducción correcta de Asherah, y el verso debería traducirse, según Day, “no plantarás como Asherah ningún árbol”. Entre los datos arqueológicos destacan unos grabado y unas inscripciones de Kuntillet Ajrut, al sur del desierto del Neguev, en la península del Sinaí, donde se excavó un yacimiento del reino de Judea fechado hacia el año 800 a. C. En la inscripción de la tinaja A se lee: “Te he bendecido mediante Yahvé de Samaria y su Asherah”; en la tinaja B se lee: “Yahvé de Teman y su Asherah”.
Además, en la tinaja A aparece un árbol estilizado flanqueado por dos íbices sobre un león, imágenes universalmente admitidas como propias de la Diosa Madre en todo Oriente.
Hay, por otro lado, indicios de que Yahvé se quedó con esta relación entre la diosa y los árboles: Os 14, 9 se traduce “Efraím... ¿qué tiene aún con los ídolos? Yo le atiendo y le miro. Yo soy como un ciprés siempre verde, y gracias a mí se te halla fruto” (traducción Cantera-Iglesias). Day afirma que esta cualidad de Yahvé árbol es una reminiscencia sincrética del antiguo árbol de su consorte Asherah.
Para terminar, es interesante recoger la noticia sobre Maaká, la reina madre del rey Asa. S. Ackermann escribió en 1993 un artículo (“Queen Mother and the Cult in Ancient Israel”, JBL nº 3, pp. 385_401) en el que describía el trascendental papel de las reinas como legitimadoras del poder real (por ejemplo la madre de Salomón) y su relación con la diosa Asherah, e incluso sugiere que la reina madre sería la representante de la diosa en la corte. Esto parece estar relacionado con la etimología propuesta para Asherah por Jin Park: “progenitora”.
Saludos cordiales.