En esta obra analizo la difícil situación vivida por Chile con los países vecinos, durante los últimos años. Parto de la base de que la política exterior vecinal fue el punto negro de la globalmente exitosa gestión presidencial de Ricardo Lagos.
Desde ese enfoque, recuso el desconocimiento de la realidad geopolítica, la subestimación a priori del rol de la Cancillería, la marginación total de la ciudadanía y una diplomacia presidencial sin base orgánica.
Demuestro asimismo hasta qué punto los conflictos simultáneos con Argentina, Bolivia y Perú fueron producto de “el gran desfase” en los diseños regional y extrarregional del gobierno chileno y pongo de manifiesto la subordinación de la diplomacia vecinal a la estrategia económica, el duelo de personalidades entre los Presidentes de los países concernidos y el impacto que produjo la mala química inicial entre Ricardo Lagos y Hugo Chávez, su homólogo venezolano.
Al mismo tiempo, señalo la obsolescencia de una política vecinal simplemente reactiva y el riesgo de una “mala imagen” regional. Como contrapartida, asumo la esperanza que subyace en la reestructuración de la Cancillería y en la renovación doctrinal de las Fuerzas Armadas, lo que entiendo resulta muy oportuno ahora que un nuevo gobierno chileno inicia sus funciones.
Interesados: 782 82 00.
Desde ese enfoque, recuso el desconocimiento de la realidad geopolítica, la subestimación a priori del rol de la Cancillería, la marginación total de la ciudadanía y una diplomacia presidencial sin base orgánica.
Demuestro asimismo hasta qué punto los conflictos simultáneos con Argentina, Bolivia y Perú fueron producto de “el gran desfase” en los diseños regional y extrarregional del gobierno chileno y pongo de manifiesto la subordinación de la diplomacia vecinal a la estrategia económica, el duelo de personalidades entre los Presidentes de los países concernidos y el impacto que produjo la mala química inicial entre Ricardo Lagos y Hugo Chávez, su homólogo venezolano.
Al mismo tiempo, señalo la obsolescencia de una política vecinal simplemente reactiva y el riesgo de una “mala imagen” regional. Como contrapartida, asumo la esperanza que subyace en la reestructuración de la Cancillería y en la renovación doctrinal de las Fuerzas Armadas, lo que entiendo resulta muy oportuno ahora que un nuevo gobierno chileno inicia sus funciones.
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