Publicado el 20.9.2015
¿Cuál es su expectativa sobre lo que pueda suceder este 24 de septiembre en la CIJ? Además de la posibilidad de darle la razón a Chile o dársela a Bolivia, ¿puede haber puntos intermedios o que la Corte acepte parcialmente una de las dos posturas?
La única manera de que la CIJ no nos perjudique es declarándose incompetente. Si autoaprueba su competencia o si posterga su pronunciamiento para resolver las excepciones junto con “el fondo” de la litis, hará brincar de júbilo a Evo Morales. Y no porque éste aprecie las razones legales, sino porque prorrogaría por varios años su exposición mediática a nivel global. Esto vale aunque los jueces ponderen sólo los hechos y argumentos posteriores al Pacto de Bogotá.
¿Cuáles son los argumentos expuestos en los alegatos que juegan a favor de Chile en su objetivo de que la Corte se declare incompetente? ¿Y cuáles son los argumentos que le juegan en contra?
El argumento chileno teóricamente imbatible, es que los límites entre nuestros países fueron fijados de modo “perpetuo y absoluto” por el tratado de 1904, lo que sólo puede modificarse por mutuo acuerdo de las partes. Frente a esto, la argumentación boliviana se funda en la teoría de los actos unilaterales de los Estados. Dice, en síntesis que distintos gobiernos de Chile dispararon a los pies de su argumento principal, al negociar con Bolivia una salida soberana al mar, aunque ninguna negociación haya fructificado.
El agente Felipe Bulnes dijo que "hay que esperar con confianza en que el trabajo se ha hecho bien". ¿Se ha hecho bien el trabajo, efectivamente?
Permítame parafrasear al ex Presidente Lagos: ¿quién es uno para contradecir al agente?
Usted ha señalado que Bolivia "no sitúa geográficamente la cualidad marítima que quiere recuperar" y que, de hecho, "no hay definición de espacios en su actual demanda contra Chile ante la CIJ". ¿Se puede tomar esto como un punto a favor de Chile?
Los tribunales, internos o internacionales, no son organismos académicos. No están para pronunciarse sobre teorías. Visto así, la CIJ no debió aceptar a tramitación una aspiración sobre soberanía territorial ajena, que no indica coordenadas precisas. ¿Por dónde quiere salir al mar Morales? ¿Por Mejillones o por Arica? Esto me sugiere la siguiente hipótesis de justicia-ficción: si la CIJ condena a Chile a negociar con Bolivia una salida soberana al mar y si Chile se allana al fallo ofreciendo parte de Arica.... ¿obligaría la CIJ a Perú a allanarse a esa oferta, renunciando a su prerrogativa del Protocolo Complementario del Tratado de 1929 con Chile?
Parlamentarios e incluso el ex Presidente Frei han dicho que Chile ha sido deficiente en términos comunicacionales. Junto con el tema jurídico, ¿Chile debiera o debió haber hecho un despliegue en ese sentido?
Como abogado coincido con el ex Presidente Frei, que es ingeniero. Estamos ante un conflicto de poder con formato judicial, lo cual significa que el énfasis comunicacional debió exceder lo jurídico. No sólo era importante difundir nuestros argumentos sobre hermenéutica legal. También lo era expresar nuestra posición en lo histórico, político, geopolítico, económico, diplomático, etc. Por entenderlo así, al margen de su provocativa agresividad, Morales ha hecho del caso un issue global y variopinto, consiguiendo emocionar hasta al Papa. Chile ha comunicado bien su “sólida posición jurídica” pero esta interesa sólo a gente con formación especializada. A mayor abundamiento y como en el caso de la demanda peruana, los contenidos de este proceso serán fuente primaria no sólo para los juristas, sino también para los historiadores Esto, que yo sepa, no ha sido ponderado.
¿Considera que la campaña comunicacional lanzada por Evo Morales internacionalmente ha surtido efectos positivos para su demanda? ¿Ha logrado convencer a la opinión pública internacional de que Chile tiene responsabilidad moral en la solución del "enclaustramiento" de Bolivia, que es lo que busca, según ha señalado usted?
Respecto a los jueces el efecto me parece mixto. Como juristas, no bailan al compás de los tambores promocionales. Pero, como ciudadanos, leen, escuchan, se informan y tienen sentimientos políticos como cualquiera. En todo caso, Morales ha tenido más éxito que sus predecesores en el rubro “internacionalización”. Consiguió que la CIJ tramitara su demanda, consiguió que Chile compareciera a juicio, movilizó a la ALBA y ha sido bendecido por personalidades. También ha demostrado a sus paisanos que la posición jurídica de Chile no es disuasiva per se, que el Estado boliviano de hoy puede repudiar lo actuado por el Estado boliviano de ayer y que su concepción de la justicia puede competir con la vigencia de un tratado centenario. Todo eso le permite presumir, ya, de una victoria táctica que haga irresistible su re-re-elección.
¿Se benefició Morales con el silencio de la Presidenta Bachelet?
Quizás fue una actitud digna la de ella. Sin embargo, el silencio tiene valor político sólo cuando se sabe romper.
El 85% de la carga de Bolivia sale por el puerto de Arica libre de costo, ¿Opina que ha habido un problema de Chile de no ser capaz de contarle al mundo toda las facilidades que entrega a Bolivia?
El tema es más complejo y tiene que ver con el cuidado político con que se deben administrar los tratados de fronteras. En lo que benefician y en lo que obligan y no sólo cuando hay problemas sino, más bien, cuando la relación parece normal. El tema de fondo es como crear intereses comunes e internalizarlos. El objetivo es que esos intereses lleguen a amarrar tanto o más que la mantención simple de un statu quo.
¿Cuándo se va a convocar a Perú a este problema, dado que es quien tiene la “llave”? El Tratado de Lima de 1929 exige un "previo acuerdo" entre Chile y Perú para ceder el todo o parte de Arica y Tacna a una "tercera potencia", recuerda usted en uno de sus textos.
La demanda boliviana parece marcar la caducidad de su interés en el mecanismo chileno-peruano de 1929. Pero éste existe y debiera ser actualizado. Para ello se requiere una gran diplomacia profesional, que desarrolle un trabajo intensivo, en un tiempo prolongado. Hay que intentarlo, pues sin ese esfuerzo no hay solución pacífica viable. Al respecto, me gustó el gesto del historiador y ex Presidente boliviano Carlos Mesa de reconocer mi tesis sobre la trilateralidad ariqueña. Lo cito: “Arica es el nudo gordiano de la traumática historia trilateral que nos tiene trabados a Chile, Perú y Bolivia (...) no hay otro camino que Arica si no queremos ir al absurdo impracticable de partir en dos el territorio de Chile”. Por cierto, esto lo escribió antes de ser designado vocero por Morales, quien ha ocultado su interés por Arica.
¿Qué debería hacer el Gobierno en caso de que la Corte se declare competente?
¿Me permite decir “paso”?
En caso de que la CIJ se declare incompetente y el juicio llegue a su fin, ¿qué acciones prevé que tomaría Bolivia? ¿Seguiría adelante con su reclamo?
Puede apostarse que un eventual fallo adverso de la CIJ no detendría las acciones ofensivas de Morales. Este seguirá alentando la expansión y profundización del conflicto, mediante su patentado trinomio iniciativa-desplante-sorpresa.
Si la CIJ se declara competente, pese a la existencia de un tratado fronterizo, ¿qué imagen proyectaría la Corte hacia el mundo, en particular hacia otros países que mantienen diferendos o controversias limítrofes? ¿Un fallo como este reflejaría que los tratados son revisables?
He dicho y escrito que el comportamiento de la CIJ afecta el rol de la ONU, en dos temas muy precisos: sujeción a la letra y espíritu de la Carta y competencia del Consejo de Seguridad. Sin embargo, las reacciones más bien desaprensivas ante la demanda boliviana parecen demostrar algo muy delicado: la opinión pública de los países desarrollados soporta bien la idea de una CIJ debilitando la fuerza jurídica de los tratados de frontera... siempre que se trate de países periféricos.