En enero de este año, cuando el Perú demandó a Chile ante la Corte de La Haya, usted dijo que nuestro país había ganado, en términos futbolísticos, el primer tiempo de este proceso, pues no había generado ninguna situación de conflicto. ¿Cómo estamos ahora?
Que un Estado inicie un pleito contra otro Estado es algo muy grave en política exterior. Por lo tanto, llegar a la Corte Internacional de Justicia supone un proceso previo donde se deben sortear muchos precipicios. Yo suelo poner como ejemplo el caso del Beagle (histórico desencuentro que se centraba en tres islas pequeñas en la entrada Este del Canal de Beagle: Picton, Nueva y Lennox, en el extremo sur de Chile y Argentina). Cuando Chile tenía toda la razón jurídica después del laudo arbitral de su majestad británica, Argentina declaró totalmente nulo ese laudo, y Chile dijo "vamos a la Corte Internacional de Justicia". Ante esto, Argentina respondió "vamos a la guerra". En el caso del Perú y Chile, ambos países tuvieron un comportamiento tenso en un asunto muy grave, pero este concluyó con el menor de los males: la solución ante la Corte Internacional.
¿Qué diferencia ve en el estilo de los presidentes Toledo y García al encarar el conflicto con Chile?
Veo una diferencia paradójica. Para mí Alan García es uno de los presidentes más doctrinarios que hay en América Latina, porque sigue la doctrina aprista. Y no solo es un seguidista de la doctrina, sino que la crea. Yo soy un estudioso del presidente García, y me duele mucho que las dos veces que ha llegado a la presidencia del Perú, haya llegado con la mejor intención pero que terminara en un pleito grave. En 1985 llegó a la presidencia ofreciendo una excelente relación con Pinochet, cosa que alarmó mucho a los sectores de extrema izquierda de Chile; pero en el camino, en 1986, se le cruzó un proyecto de negociación de frontera marítima más equitativa. Toledo fue mucho más allá de la negociación. El estableció una ley interna sobre posicionamiento de bases...
...La ley de líneas de base sobre las que se traza nuestro dominio marítimo…
Esa. Con esa ley, el Perú dijo jurídicamente: este mar me pertenece. Entonces, automáticamente desapareció la posibilidad de negociar. Esa es la principal diferencia entre Alan García y Alejandro Toledo.
Tal como están las relaciones entre Perú y Chile, ¿cuál puede ser un elemento integrador?
En el origen de todo esto, está la cláusula del Tratado del 29, que establece lo que los bolivianos llaman "la cláusula candado". En 1975 hubo una negociación entre Bolivia y Chile para otorgar al primero una salida al mar por un corredor que pasaba por el norte de Arica, previa consulta con Perú. Pero yo sé que eso nunca lo va a aceptar el Perú. Yo tengo la teoría de que para evitarse este problema vino el tema de la frontera marítima poco equitativa, y con ello la demanda. Muchos de mis amigos analistas peruanos creen que no hay ninguna relación, pero deberían preguntar a los bolivianos si no hay ninguna relación. Ellos saben que si ahora obtienen una salida al mar, saldrían a un mar en pleito.
Con la demanda nos alejamos de Bolivia, pero aún no me dice qué hacer para acercamos con Chile
Es que sucedió la peor de todas las posibilidades. Esa cláusula nos puso en una especie de sociedad tácita para evitar que Bolivia interfiriera en nuestra relación, para que se mantuviera para siempre la frontera Perú-Chile; pero como Bolivia nunca se va a quedar tranquila, recurrentemente hemos tenido la aspiración de este país chocando con nuestra relación bilateral.
Como usted lo pinta, no hay solución. El Perú ha presentado su demanda a Chile y está concentrado en eso, no en Bolivia.
Sí, pero si Perú y Chile entienden cuál es el factor que los irrita, ambos se pueden poner de acuerdo para que no suceda más. Por ejemplo, tiene que haber una política común de Perú y Chile sobre Bolivia. Mientras ambos países sigan diciendo que este es un asunto bilateral de Chile y Bolivia, los dos países seguirán enfrentándose. Esa es la paradoja.
¿Chile aspira a tener política común con Perú respecto de Bolivia? Parece que Santiago quiere una relación especial con La Paz, a espaldas de Lima.
Bueno, cada vez que Bolivia pregunta al Perú sobre la salida al mar, este responde que "es un tema bilateral". Ambos países siguen con ese juego. Mi país está profundamente equivocado al pensar que este asunto es bilateral, cuando realmente es trilateral. Pero, ojo, yo no digo que sea un tema trilateral equilátero, sino diferenciado. Primero se ponen de acuerdo Perú y Chile, y luego viene Bolivia.
En el Perú hay rechazo rotundo a la posibilidad de vender gas a Chile. ¿Cómo se ve eso en Santiago?
Yo creo que hemos retrocedido dramáticamente de los intentos integracionistas de los años '50. El peruano tiene una economía de mercado, pero dice: "Yo no le quiero vender a Chile". Y en Chile, por su parte, aseguran: "Podemos comprar en otra parte". Los dos nos estamos engañando. Un país productor de energía que tiene un comprador seguro al lado, prefiere esa seguridad; mientras que un necesitado de energía que tiene al vendedor al lado, es absurdo que vaya a Indonesia a comprar el gas. Entonces, entre chilenos y peruanos no estamos siendo francos.
Publicado en La República
, Perú, el 15 de agosto de 2008.