Los deseos del Presidente Evo Morales de asegurarse un Gobierno “de por vida” chocaron de frente con el “notable y eficiente reflejo democrático” de los bolivianos. Así lo cree el abogado y ex embajador José Rodríguez Elizondo. El también periodista y académico estima que el Mandatario, ávido de emular a sus referentes -Hugo Chávez y Nicolás Maduro-, sufrió su más importante derrota electoral, por la que no podrá repostularse a la Presidencia en 2019 a un cuarto periodo consecutivo.
En este escenario, el académico agrega que el Jefe de Estado está “sobregirado” por el fin del superciclo de precios de los commodities y por la demanda en La Haya contra Chile, aunque asegura que el escenario, en lo sucesivo, abre una oportunidad de reflexión para el líder altiplánico sobre su relación con Chile.
Eso sí, afirma que hay que poner atención a la figura del ex Presidente Carlos Mesa, que podría alcanzar ribetes insospechados en el futuro político boliviano.
Acerca del 48,69% de apoyo que consiguió el Mandatario en el referéndum y cómo debería administrar la popularidad y el capital político que aún mantiene, Rodríguez añade que “las dictaduras y los Gobiernos autoritarios que están en su límite puedan ser populares. Pinochet y Chávez lo fueron. Franco y Perón también”.
El ex diplomático -quien prepara un nuevo libro sobre los conflictos con Bolivia en un análisis que contempla el derecho, la diplomacia, la estrategia, la geopolitica y el rol del Perú en su sexta entrega editorial sobre el límite norte del país-, sostiene que en la actual coyuntura, la oferta de relaciones diplomáticas que viene planteando La Moneda “es un punto fuerte de Chile”, aunque califica de “inaceptable” las condiciones en las que Morales las concibe: como un “premio consuelo para nuestra rendición”.
EL POR QUÉ DE LA DERROTA
- ¿Cómo se puede explicar la derrota sufrida por el Presidente Evo Morales?
- Pienso que su relativo éxito económico más la demanda contra Chile lo llevaron a sobregirarse. Como Hugo Chávez y Fidel Castro son sus dos grandes referentes políticos, vio la oportunidad para asegurarse un gobierno de por vida. Además, el calamitoso Gobierno de Maduro, el fin del kirchnerismo y los límites biológicos del castrismo, quizás le inocularon la tentación de un liderazgo supranacional. Subestimó, así, el notable y eficiente reflejo democrático de los bolivianos. Sin liderazgos alternativos, pero con una percepción clara de que el poder vitalicio es por añadidura dictatorial y corruptible, la mayoría del país manifestó que para eso no estaba disponible.
- ¿Es decir, su agresividad contra Chile no le fue determinante para ganar?
- Creo que ahí jugó un rol, aún no cuantificable, el ex Presidente y actual vocero de la demanda Carlos Mesa. El demostró que se podía ser mejor comunicador, al respecto, con un discurso sereno, racional y bien dicho. Luego, cuando hizo el deslinde entre su rol como vocero y su opción por el No en el referéndum, le dividió el apoyo interno a Morales. Demostró que para estar con “la causa” no se necesitaba un Presidente vitalicio y todopoderoso,
- ¿Y no puede Mesa ser una alternativa a tener en cuenta?
- Creo que ahí está la cosa. Habría que seguir su trayectoria. Tras ese notorio deslinde fue amonestado por el vicepresidente Álvaro García Linera y Morales decidió excluirlo ¡de las reuniones del equipo de la demanda! … Sin embargo, de inmediato comenzó a ser incluído en las encuestas.
- ¿Fue un error de Morales designar a Mesa?
- A mi juicio fue un exceso de confianza en su liderazgo mesiánico. Morales quiso contar con un vocero que le aportara la densidad intelectual que él no tiene y que se le subordinara. En lo primero acertó, pues configuró una dupla complementaria. Mientras el Presidente emitía un alegato emocional, no siempre veraz y diplomáticamente inaceptable, Mesa brindaba una narrativa racional y diplomáticamente correcta. En lo segundo falló, pues Mesa no le era subordinable. Además, gracias a García Linera, demostró que no era fácilmente destituible. Como resultado, comenzó a levantarse como alternativa a Morales y este puede haber creado una nueva versión del aprendiz de brujo.
- El Mandatario no ha hecho una autocrítica profunda y más bien se refirió a una supuesta “guerra sucia” y al efecto de las redes sociales. ¿Cómo cree usted que Morales seguirá adelante con su administración?
- Los líderes autoritarios siempre creen estar en las “posiciones correctas” y valoran las elecciones o plebiscitos solo como señales ratificatorias. Maduro, aunque anticarismático, hoy está combatiendo contra la posición mayoritaria de su pueblo, expresada en un poder del Estado ¿Y alguien sabe de alguna autocrítica profunda de la señora Kirchner?.... No veo por dónde Morales podría innovar haciendo una autocrítica siquiera leve. Por supuesto que seguirá adelante, rebuscando en la culpa de los otros y esperando una nueva oportunidad.
- ¿Cómo se puede explicar la frase “Hemos perdido la batalla, pero no la guerra”, para el resto de su administración?
- Creo que Morales llegó al gobierno por la vía democrática, pero la democracia todavía no llega a él. Desde el poder no ve adversarios legítimos, sino enemigos, en lo interno y en lo externo. A sabiendas o no, esa y otras metáforas que emplea le vienen de la estrategia clásica, es decir, militar.
- De todos modos, el 48,7% mantiene a Evo Morales con un importante apoyo popular. Sin embargo, el Movimiento al Socialismo (MAS) no ha sido capaz de ofrecer un liderazgo distinto al del Presidente. ¿Esto podría generar pugnas al interior del partido que llevó a Morales a gobernar ya por 10 años?
- A esta altura no me sorprende que las dictaduras y los gobiernos autoritarios que están en su límite puedan ser populares. Pinochet y Chávez lo fueron. Franco y Perón también. Castro, para qué decir. Lo que me llama la atención es la lógica de la inercia en los partidos que preexistían y los apoyan. Estos asumen que, ante un líder fuerte, lo mejor es soterrar todos los perfiles alternativos y decirle amén hasta que se debilite. Recién entonces perciben que carecen de líderes alternativos y que han quedado fuera del juego. Sus pugnas internas comienzan demasiado tarde
- ¿Cuánto cree que afectó al Mandatario boliviano el caso de su ex pareja y ejecutiva de una empresa china, con quien tuvo un hijo que falleció y cuya firma ha recibido millonarios contratos del Estado?
- Es muy propio de los líderes carismáticos decir que no tienen vida personal. Hitler decía estar casado con Alemania y Morales dice que está casado con Bolivia. Son expresiones de demagogia patriótica, para crear la ilusión de que no están en el poder para darse gustitos, sino para servir a sus pueblos. Quienes les creen suelen reaccionar pésimo cuando descubren que el líder carismático no sólo disfruta la erótica del poder. Sus amigas con ventaja también pueden ser amigas con privilegios. Eso duele.
- ¿Existe alguna posibilidad de que, al igual que tras la derrota de Chávez en 2007, Morales se incline por enmendar la Constitución por decreto y sin consultarle al pueblo?
- Es una posibilidad. Las malas costumbres son contagiosas.
- ¿En qué pie queda con esta derrota el ideólogo del Gobierno boliviano, su vicepresidente Álvaro García Linera?
- Yo lo percibo como un operador ilustrado, con la función de comunicar las políticas de su Presidente en correcto castellano, pero poco más. Los vicepresidentes ideólogos están un peldaño más arriba. Pienso, por ejemplo, en José Vicente Rangel, vicepresidente con Chávez, y en Joaquín Balaguer, Presidente sustituto de Rafael Leonidas Trujillo.
EFECTOS EN CHILE
- ¿Esta derrota electoral podría tener repercusiones en Chile? ¿De qué tipo?
- Es una oportunidad de reflexión, para el propio Morales, sobre los límites electorales de su agresividad hacia Chile. Por añadidura, sería una oportunidad de reflexión creativa para José Miguel Insulza.
- ¿Cuál es la postura que debe primar en el Gobierno de Chile frente a este proceso electoral boliviano?
- Parafraseando la fórmula del ex Presidente Lagos: ¿quién es uno para darle consejos públicos al Gobierno?... y menos cuando hay conflictos en carne viva que afectan a nuestro país. Lo siento, lo mío es la investigación y el análisis.
- ¿Sigue siendo factible el ofrecimiento de relaciones diplomáticas?
- Por supuesto. Es un punto fuerte de Chile. Sobre todo si se coteja con la insostenible posición de Morales. Él concibe las relaciones diplomáticas con nuestro país como un premio consuelo para nuestra rendición. Cualquier tipo serio de cualquier país se da cuenta de que eso es inaceptable.
- Con el grado de conocimiento que usted tiene de la Cancillería chilena, ¿cuál cree que fue el sentimiento de quienes toman decisiones al saber de la derrota de Morales?
- Según nuestro sistema, las decisiones en materia de política exterior solo puede tomarlas el Jefe de Estado, la Presidenta Bachelet. No un sujeto plural. No la Cancillería.
- ¿Es esperable que el Presidente boliviano despliegue un discurso más agresivo en contra de Chile?
- Es posible pero indeseable. Bloquearía la pequeña buena oportunidad de reflexión que le concede la derrota.
- ¿Se pueden esperar cambios en la estrategia boliviana respecto de la demanda en la Corte Internacional de Justicia en La Haya?
- Sí, cambios malos como incrementar la presión a los jueces, la manipulación “patriótica” de la opinión interna y la agresividad internacionalizada contra Chile. Una clásica fuga hacia adelante. O cambios buenos, como asumir la negociación realista, las relaciones diplomáticas como marco imprescindible y la lógica de las relaciones internacionales democráticas,
- ¿Debe la Presidenta Bachelet cambiar de ahora en adelante su forma de relacionarse con Morales? Hasta ahora la Mandataria evita confrontarlo en público y se reúnen en algunas cumbres.
- Como dije, no doy consejos públicos de política exterior a la autoridad. Pero aquí debo hacer un alcance a su pregunta. Creo que antes que el tema de la relación de la Presidenta con Morales está el de su relación con nosotros, los chilenos. Ante este conflicto, que suscita la atención del Papa y que está bajo la jurisdicción de un organismo de la ONU, ella no nos ha dado, aún, una explicación fundamentada y docente. En su último mensaje ante el Congreso sólo le dedicó 52 segundos. A mi juicio, es una asignatura pendiente y hacerla presente no es un consejo, sino ejercer el derecho a petición.
28.2.2016