Bitácora

¿Dónde esta el interés de Quito?

José Rodríguez Elizondo

Los juristas lo recitan como el padrenuestro: “donde existe la misma razón debe existir la misma disposición”. Parecía de cajón, entonces, que Ecuador actuara junto con Chile ante la demanda marítima peruana. Ambos países habían firmado los mismos tratados de 1952 y 1954 y estaban sujetos a la eventualidad de perder espacios marítimos si triunfaba la tesis de Perú. Más de una declaración conjunta dejó constancia de esta sintonía.

A mayor abundamiento, la argumentación de Chile coincide con la perplejidad de la nomenclatura peruana respecto al límite marítimo con Ecuador. Para Oscar Maúrtua, ex canciller de Alejandro Toledo, Perú no lo ha fijado con Chile ni con Ecuador; su sucesor Manuel Rodríguez Cuadros, estima que con Chile no, pero con Ecuador sí; el canciller actual, José A. García Belaunde, dice que los tratados no fijaron limites sino “criterios”; Antero Flores-Aráoz, penúltimo ministro de Defensa, fue claro: “la frontera marítima del Perú con Ecuador no está delimitada”.

Pero, llegada para Ecuador la hora judicial de la verdad –la notificación de La Haya- su Presidente Rafael Correa no se puso a pensar como jurista, sino como el alcalde de La Pérgola, en lo que le conviene más. Nada impide, por tanto, que “pase”, como en el póker o diga compartir las tesis de Chile, aunque sin intervenir en la litis.

Esas y otras posibilidades elusivas, junto con la del apoyo franco a Chile, serán fruto de su interpretación politica sobre lo que conviene a Ecuador: si apoyar a nuestro país o cuidar sus excelentes relaciones actuales con Perú.

Esto no debiera sorprender. En septiembre del año pasado, quien escribe verificó, in situ, que Perú había realizado una gran labor diplomática en Ecuador. Ya nadie recordaba en Quito el viejo lema del “país amazónico” y todos reconocían que la relación bilateral era algo esplendoroso. “Alan García es supremamente inteligente”, me dijo el ex Presidente Rodrigo Borja y agregó, críptico, que la demanda peruana tenía “implicancias” para Ecuador.

Alberto Acosta, ex Presidente de la Asamblea Constituyente, figura política de “gran reserva” e intelectual destacado, me dio luces adicionales: “tenemos una buena relación nueva con Perú, una buena relación tradicional con Chile y el problema es con Colombia”. Agregó, para buenos entendedores, que “Bachelet podría hacer mucho más para acercarse a Ecuador”.

En otras palabras, la clave estuvo siempre en la diplomacia y Chile dio muestras de entenderlo cuando envió a Ecuador a Juan Pablo Lira, como embajador top con dotación reforzada. O cuando Mariano Fernández co-presidió, con inteligencia y humor, la segunda reunión interministerial en Quito, 2009. Pero, también ahí se había adelantado la cancillería peruana. Correa lo hizo presente, con sutileza, en su discurso de saludo a Fernández y equipo, al recordar -sin querer queriendo- que hacía poco habían realizado una interministerial con Perú… que vino con el Presidente García.

En síntesis, está claro que la buena relación ecuatoriano-peruana es muy valiosa para Correa, pero hace agua por la frontera. En tales circunstancias, éste decidirá según su interpretación del interés nacional, la presión de García y su “semblanteo” a Sebastián Piñera. Por cierto, nuestro Presidente lo sospechó desde el principio, pues se esforzó bastante en su relación personal con su homólogo ecuatoriano.

Publicado en La Tercera el 31.5.2010.
José Rodríguez Elizondo
| Lunes, 31 de Mayo 2010
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