Bitácora

Desmentir no es polemizar

José Rodríguez Elizondo

A raíz de lo informado en este sitio (V. Bitácora, A propósito de mi último libro, 30.8.09), muchos lectores me han consultado sobre mi supuesta “polémica” con la revista Estudios Internacionales del Instituto de Estudios Internacionales de mi Universidad de Chile. Por eso, aclaro que no ha existido polémica alguna, sino mi rectificación a una grave desinformación contenida en una reseña de mi libro “De Charaña a La Haya: Chile entre la aspiración marítima de Bolivia y la demanda marítima de Perú”, publicada en dicha revista.
Agrego que sólo puse los antecedentes on line y que un diario chileno informó a su tenor, tras una espera prudencial de explicaciones por parte de los responsables institucionales. Obviamente, no considero como explicación el aceptar la publicación de mi desmentido, tratado como un simple “punto de vista”. Transcribo, a continuación, la rectificación de las autoras de la reseña, una seleccion de comentarios recibidos, la reacción textual de algunos responsables y un comentario mío final.


CARTA DE LAS RESEÑISTAS A DIARIO LA TERCERA DE 14.9.09

Sr. Director:

Respecto del artículo publicado el lunes pasado en La Tercera, titulado “Rodríguez recibe apoyo tras artículo que plantea que colaboró con Perú”, quiséramos aclarar lo siguiente. En relación con la reseña de nuestra autoría, “De Charaña a la Haya: Chile entre la aspiración marítima de Bolivia y la demanda marítima de Perú”, publicada en la revista Estudios Internacionales, deseamos rectificar el contenido del párrafo en que señalamos que su autor, José Rodríguez Elizondo, fue colaborador de los gobiernos de Francisco Morales Bermúdez, Alan García y Fernando Belaunde.
Basándonos en una entrevista hecha al propio autor, cometimos una equivocación, interpretando que él trabajó para dichos gobiernos peruanos y no que trabajó como colaborador en distintos medios durante los mismos. También queremos aclarar que en ningún caso pretendimos basar nuestras apreciaciones en una supuesta vinculación de su persona con el gobierno peruano. La mención fue hecha simplemente con la perspectiva de destacar su trayectoria y el cercano conocimiento de la problemática estudiada, y no representa ninguna “motivación implícita” de las autoras.
Por otra parte, asumimos totalmente la responsabilidad de tan lamentable incidente y pedimos disculpas a todas las instituciones y personas que se vieron, de una u otra manera, afectadas por nuestra equivocación, especialmente al autor.

Carolina Bastías y Consuelo Hayden.



COMENTARIOS AL AUTOR

Tras la información pública, recibí numerosos llamados telefónicos y 71 correos electrónicos que agradezco con emoción. Desde su espontaneidad, todos aluden a la liviandad con que se puede afectar el prestigio de una persona, en nuestro país y a la falta de responsabilidad superior en el tratamiento de un tema de tanta importancia estratégica.

A continuación, extractos de una selección de los correos mencionados, con mención de la calidad de sus remitentes. Por respeto a ellos, sólo expresaré sus nombres bajo autorización expresa:

- “Esto es un insulto a un colega y una muestra de liviandad en la edición si es que no fue revisado el texto, y si lo fue, ignorancia supina y estulticia, o mala intención impropia de un medio académico (ex embajador y autoridad universitaria, UMC).

- “Lamento el maltrato, podría ser resultado de la mala intención, pero también de la negligencia y del prejuicio, o de todo junto. Gracias por escribir sobre los temas de conflicto a pesar de estas consecuencias (socióloga y académica UAH).

- “Tu gran trayectoria académica e intelectual, sobrepasan con creces toda crítica mezquina (jurista y académico PUC).

- Se paga caro la autonomía intelectual, en todos lados (académico PUC).

- “A un exiliado, que trabaja en el periodismo le pueden hacer miles de acusaciones, pero ponerlo trabajando con una dictadura y con Alan Garcia es inaceptable. Vale una clara explicacion del Instituto y de su director” (ex embajador y académico UChile).

- “Bien grotesco lo que te han hecho” (historiador laureado).

- “¡Qué desvergüenza!” (escritor laureado)

- “Imposible de entender la actitud de la revista” (ex ministra de Educación).

- “Concuerdo plenamente con respuesta y análisis” (ex comandante en jefe del Ejército ®)

- “Sin necesidad de la aclaración que con justicia ha presentado, lo tengo conceptualizado como un intelectual honesto, riguroso y valiente” (ex comandante en jefe Armada)

- “Está bien tener opiniones diferentes, pero resulta inaceptable que para ello se mienta. Es el típico recurso del ignorante que se cree dueño de la verdad” (general ®).

- “Penosa es la indigencia conceptual de nuestros académicos y su intolerancia cuando se critican las políticas oficiales.” (general FACH ®).

- “Estoy entre los que admiramos tu profesionalismo e independencia para pensar. Si ocasionalmente no estuvieramos de acuerdo, que importa? Eso es la democracia” (ex canciller).
- “Comparto los términos de tu carta” (ex canciller)

- “Es una lástima - o una vergüenza o una bajeza - que se te tilde de "colaboracionista" para "analizar" tus visiones sobre las relaciones chileno-peruanas”. (embajador ® y ex director de la Academia Diplomática)

- “Nada más injusto, falso y antojadizo que pretender siquiera insinuar que tus actuaciones han estado reñidas con la ética y tu lealtad -bien entendida- con Chile” (embajador).

- “Tengo una referencia muy adecuada inspirada de una canción francesa: ‘el poeta dijo la verdad, tiene que ser asesinado’" (Profesor Emérito Universidad Católica de Lovaina).

- “Es increíble y nada profesional la distorsión de tus antecedentes que hicieron, no lo hubiera creído posible. Por tanto cabe totalmente dentro de la ética académica que la revista publique no solo tu carta, sino que pida disculpas a sus lectores por tal error (cientista político de la Universidad de California, EE.UU).

REACCIONES DESDE LA REVISTA

Contrastadas con la precedente selección de opiniones, las reacciones desde la revista también son tan ilustrativas:

La editora, la única que reaccionó antes de la publicación del tema en la prensa, me escribió lo siguiente (extractos de su correo de 1.9.09):

- Pongo mis dos manos al fuego de que las autoras nunca pensaron en la interpretación que le darías a sus palabras. De hecho, a mi juicio "colaborar con los gobiernos de..." no solo no tiene una connotación negativa sino que te pondría en una situación particularmente favorable para analizar el caso desde un doble punto de vista. (…) Pienso que tienes demasiado prestigio como para elevar un detalle a una cuestión de fondo (…). Creo que habría bastado con pedir una aclaración en la revista.

El director sólo reaccionó directamente después de lo publicado en La Tercera. Lo hizo con la siguiente carta:

- En relación con tu carta expresando tu punto de vista frente a la reseña publicada en el número 163 de la Revista Estudios Internacionales, te confirmo nuestra decisión de publicarla en el próximo número (que debiera aparecer en diciembre, nota de JRE).

También tras la publicación del caso, se produjo la siguiente reacción de una representante del Comité Editorial:

- ¿No estaras viendo fantasmas y maldades donde no hay? te escribo porque recibi copia de una carta que enviaste a proposito de un comentario a tu libro.¿Hablaste con las autoras del comentario? lo he leido y no veo nada conspirativo. El error merece una buena fe de erratas, y otra buena conversacion.


COMENTARIO FINAL

En primer lugar, la rectificación de las autoras me parece meritoria, aunque no comparta su criterio sobre lo encapsulable de su desinformación. Se podría hacer una contrarreseña con la suma y envergadura de los errores vinculados.

Con todo, no me parece lógico que ambas se autoadjudiquen la plena responsabilidad por lo sucedido. Aceptarlo equivaldría a sostener que la revista, fundada por el eminente Cláudio Véliz y continuada por mi sabio amigo Luciano Tomassini, es hoy un simple receptáculo de colaboraciones, que se publican sin revisión ni pauta. También supone creer que existe una autarquía plena de la revista respecto al Instituto que la cobija.

En segundo lugar, las reacciones desde la revista son tan ilustrativas como alarmantes. A su respecto, mi comentario es que no cabe comentario alguno aunque, tristemente, sean parte del mundo universitario en que vivimos.
José Rodríguez Elizondo
| Sábado, 19 de Septiembre 2009
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