Bitácora

Cumbre Iberoamericana: una potencialidad política más que una realidad

José Rodríguez Elizondo


El Escritor y ex diplomático chileno José Rodríguez Elizondo analiza la Cumbre Iberoamericana para Terra Magazine. Enrevista realizada por Ximena Torres Cautivo
Santiago, Chile.



El frente del Espacio Riesco en Santiago de Chile, donde se llevará a cabo la sesión plenaria de la XVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno. "Al rey Juan Carlos, Fidel Castro le inspiraba ternura. Lo veía como a un niño con juguete nuevo, que había estado mucho tiempo encerrado, castigado, y ahora le daban permiso para salir a jugar y los demás chicos del barrio lo aceptaban en el equipo". Ahora el niño es un anciano enfermo, cuyo real estado de salud constituye un secreto revolucionario y lo ha obligado a caer de nuevo en el ostracismo de su isla. Viejo y convaleciente, este año no podrá salir a su recreo anual, como había logrado hacer desde 1991, cuando se celebró la Primera Cumbre Iberoamericana en Guadalajara. En su actual estado no lo tendremos en la versión XVII, en Santiago de Chile, igual como no pudo asistir a la anterior en Montevideo.

Desde el encuentro fundacional de 1991, realizado a instancias del rey de España ante la inminencia de la conmemoración de los 500 años del Descubrimiento de América, el Comandante no se perdió reunión anual. "Pudo sacarse el uniforme verde oliva, ponerse la primera corbata y codearse con todos los Jefes de Estado y de Gobierno de los países iberoamericanos, verificando además su arraigo popular en cada país sede que le tocó visitar. Él disfrutaba mucho en estas citas. Cuando yo trabajaba en Naciones Unidas, en España tuve acceso a una conversación de alto nivel donde se comentó la simpatía que le inspiraba al rey este entusiasmo de Fidel por las cumbres iberoamericanas, como que lo enternecía, como que le daba pena", señala José Rodríguez Elizondo, abogado, escritor, periodista y ex diplomático chileno.

Rodríguez Elizondo es experto en relaciones internacionales. Por sus conocimientos de la realidad regional y en particular de la peruana, donde debe ser uno de los pocos chilenos genuinamente queridos, este caballero de fina estampa, es un magnífico intérprete de las señales que permiten tomarle la temperatura a las relaciones de Chile con sus vecinos. En el contexto de la XVII Cumbre Iberoamericana, es que hablamos del clima en el continente.

Segunda Cumbre Iberoamericana sin Fidel, ¿qué sabes, José, de su estado real de salud? ¿De su vida?

El último triunfo de Fidel Castro es haber despistado a los servicios secretos estadounidenses con la fecha de su muerte. Para ellos, Fidel debería haber muerto hace por lo menos un par de meses. Lo pregonaron así a sus seccionales en todo el mundo y los diarios más importantes del planeta ya tienen lista su nota necrológica. O sea, estamos ante un triunfo macabro de Fidel Castro, que no se muere cuando se debería morir. Sus fotos más recientes, en que lo vimos visitado por Hugo Chávez, lo muestran mejor que en las penúltimas, mientras Chávez luce esa condición un poco pueril, como de vocero oficial, con una admiración tan ostensible como la que manifiesta Evo Morales por el propio Chávez. Es una especie de bombo en cadena, de relaciones perrunas, que a mí como analista me chocan, aunque también me choca un personaje como Fujimori, que alguna vez declaró que no admiraba a nadie.

La imagen (real, por lo demás) de que Fidel se puso la primera corbata para estas cumbres iberoamericanas, ¿qué significó en términos políticos?

Fue importante. Al incluirlo en estos encuentros se empezó a acariciar la posibilidad de influir para una transición pacífica hacia la democracia en Cuba. Claro que Fidel Castro, tal como sucedía con Francisco Franco en España, tiene perfectamente claro que la evolución de su régimen ya no es tarea de él.

Dejando a Fidel de lado, ¿qué han significado estos encuentros?

Hasta ahora son más una potencialidad política más que una realidad. Es interesante que en la era de la globalización los jefes de Estado de nuestros países puedan decirle al resto del mundo a manera de advertencia: "Nosotros somos familia". Eso es muy importante. Aunque hasta ahora es un logro muy distante de lo que se pretendió en un comienzo: convertirnos en una comunidad hispanoamericana equivalente a la Commonwealth. Hoy estamos mucho más cerca del triunfo de la Doctrina Monroe. Es decir, con América Latina lejos de Europa, y España, que debería ser el alma mater de esa integración, tratando de estar bien con los países latinoamericanos, pero sin disgustar a Estados Unidos.

Rodríguez Elizondo es lapidario con la herencia que dejó José María Aznar en este sentido. "Él subordinó toda la política internacional de España a sus buenas relaciones con Bush y su gobierno, todo para aparecer como invitado al rancho de Texas y declararle: 'George, aquí tienes un bigote junto a ti con el que puedes contar'. Eso fue patético y muy dañino para las relaciones de España con América Latina".

Evo y la playa

El tema de la XVII Cumbre Iberoamericana que se inicia el 8 de noviembre en Santiago es la cohesión social. ¿Cómo debe entender la ciudadanía este concepto tan teórico?

Tiene que ver con fenómenos como la violencia urbana, con los altos niveles de delincuencia en Santiago, que no son sólo un tema de Santiago, sino comunes a todas las grandes ciudades y obedecen a una doble crisis: política y social. En las megápolis del mundo, por ejemplo, la policía se ha vuelto impotente, porque se ha perdido el verdadero orden, el social, no el político. Y cuando esto sucede, el ciudadano prefiere cualquier orden con tal de mantener su seguridad personal. Y lo dramático es que "cualquier orden" significa dictadura. Ese es un aspecto.

Pero hay otros como la xenofobia, el rechazo a los inmigrantes...

Eso en sociología se llama anomia ciudadana, y en jerga chilena es conocido como "la ley del gallinero". Esto significa que siempre el que está encima en la estructura social debe fregar al de abajo.

Por eso, opina el escritor, en Chile los que se oponen a la presencia de los peruanos son los que ocupan los estratos sociales y de ingresos más bajos. La clase alta, en cambio, reconoce en las "nanas" peruanas un aporte cultural, por el lado culinario y lingüístico, enorme. "Todos se dan cuenta que cualquier futbolista peruano habla mejor que un académico chileno", afirma Rodríguez Elizondo y agrega que el otro grave problema chileno es que "tenemos docencia política para todo lo que sea mercado, pero no para los grandes temas país".

La política exterior entonces se maneja dentro de los códigos del secretismo, no es transparente y se mantiene a la ciudadanía alejada de estas materias. "Así, por ejemplo, desperdiciamos en cada partido de fútbol entre selecciones nacionales la posibilidad de que la gente aprenda a respetar los emblemas patrios de los vecinos".

Para colaborar al entendimiento y aprovechando la coyuntura de esta Cumbre pasemos revista a los mandatarios de los países que vienen y que tienen más interés para nuestra política exterior. Alan García, por ejemplo.

Él viene en una parada muy clara: tiene que demandarnos ante el Tribunal de la Haya, probablemente en diciembre próximo, porque el ex presidente Toledo dejó amarrada esa resolución, pero al mismo tiempo, por doctrina, quiere tener una buena relación con Chile. García debe demandarnos, pero, al mismo tiempo debe "platicarnos la amistad", como dice el bolero. Esto es un desafío máximo para nosotros que somos "amurrados", y poco entendemos de sociabilidad elegante. Y es lo que supieron hacer los países europeos, al diseñar y sacar adelante la Unión Europea, pese a los muchos muertos que cargaban en sus respectivas mochilas, tras dos Guerras Mundiales.

¿Qué podemos esperar de la señora K, flamante presidenta electa de Argentina?

Nada distinto de su marido, el actual presidente. En Argentina, no hubo cambio de gobierno, hubo cambio de cónyuge. Si alguien sabe cómo está la relación matrimonial de los Kirchner, sabrá cómo van a estar nuestras relaciones bilaterales.

Y de Evo, ¿qué podemos esperar?

Evo, interesante personaje. Primero porque es aymará, pueblo que nunca se compró los pleitos históricos de peruanos, chilenos y bolivianos. Aunque tiene ese plus de autonomía sociopolítica no exageremos, es Presidente y ninguna autonomía para un mandatario es plena. Hoy, cuando Evo insiste en el acceso al mar, desafía directamente la aspiración peruana de redelimitación de los límites marítimos. Esto ha hecho aún más compleja la aspiración de Bolivia, y, con Perú llevando la materia a La Haya, Evo está metido en un zapato chino elefantiásico y, a lo más, lo que tiene es la posibilidad de chapotear en la playa.

Este de la salida al mar de Bolivia es un conflicto eterno y al parecer sin solución.

Bolivia sólo puede salir de él si acepta que el concepto de soberanía plena es imposible, no tiene cabida.

Eso para los bolivianos debe sonar inaceptable.

Ya no me parece tan imposible. Hoy la Unión Europea es un conjunto de 21 países sin soberanía plena, y ahí los tienes, viento en popa.

Chilenos: soberbios y mal vestidos

¿Qué rol juega Hugo Chávez en este encuentro?

Es el gran personaje. El único que tiene presencia mediática mundial, incluso por encima de Lula. Chávez es el fruto de la subestimación de todos nosotros que hacemos análisis de política exterior y que por mucho tiempo lo vimos como un hincha tropical de Fidel Castro. Con él se cumplió la ley universal que indica que la única manera de hacer una revolución es que sea inédita. Él lo logró gracias a su poder económico petrolero y nos tiene a todos metidos en un "tete", impidiendo la integración latinoamericana. El punto es que ningún país va a poder desplazar a Brasil como líder de la región. Es la octava economía mundial, se codea con los grandes y ha hecho un grupete de amigos con India y Rusia, todo eso lo pone en un status aparte. Frente a esto, el rol de Chávez se juega desde la negativa. Desde andar metiendo cuñas en Bolivia, en Argentina, en Ecuador, hasta generar desde su proyecto ALBA (Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América) escuelas de formación política en otros países.

¿Qué puede hacer Lula ante esto?

Acopio de paciencia, resistencia y consistencia, como lo viene haciendo de manera notable. Ahora, Chávez llega con un poco más de experiencia social en el cuerpo y ojalá no sea tan obviamente "cortejón" como ha sido con Michelle Bachelet en anteriores visitas. En relación a Chile, Lula sabe la importancia que tiene su país para nosotros. Después de Argentina, es nuestro segundo aliado, si las cosas con los otros vecinos se ponen pesadas.

¿Y con México cómo estamos?

El reflejo condicionado es que debemos estar bien con ellos, porque si nos falla Argentina, nos falla Brasil, sólo nos queda México¿ México, lindo y querido.

Es dramático que el tema de las relaciones se reduzca a una cuestión tan belicosa y poco integracionista.

Lo es, porque en vez de pensar en integración, pensamos en equilibrio de poder. En los términos que pensaba Europa en los tiempos de Bismarck.

¿Esto no se deberá a que somos países muy dispares en términos de desarrollo?

Antes de que se creara la Unión Europea, España, Portugal y Grecia eran disparejos en relación al resto. Ya no lo son, porque los demás decidieron hacer un esfuerzo y subvencionar a los más débiles. Esta mirada es la que nosotros en la región no tenemos y vamos pensando en cómo vamos a meter a los bolivianos en nuestra integración¿

¿Esta actitud excluyente será la que nos ha vuelto tan impopulares, como lo revela la encuesta sobre cómo nos ven los argentinos que publicó hace una semana el diario La Tercera?

Ahí se señala que somos tres veces más soberbios que los argentinos y que en esto empatamos con los brasileños. Pero esto es de hace mucho más tiempo. En mi libro "Chile, un caso de subdesarrollo exitoso", un brasileño ya me decía que los chilenos estábamos tan engreídos que íbamos camino de convertirnos en "los argentinos del siglo XXI", y la réplica de un diplomático argentino era: "sí, pero mal vestidos".
José Rodríguez Elizondo
| Martes, 6 de Noviembre 2007
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