Mi colega me interpeló en seco:
- Alan García dice que recién tiene un tratado de límites marítimos con Ecuador, ¿no dijiste que con la Carta Náutica le propinamos un jaque mate?
- ¿Propinamos?...¿quiénes propinamos?
- Chile, puh.
Ahí capté lo difícil que es explicarle a los compatriotas el tema de los intereses nacionales. Siempre creen que sólo existen los nuestros. En rigor, ese notable gambito lo ejecutaron los ecuatorianos pues, como dijo un predecesor de Rafael Correa, “Ecuador sólo defiende a Ecuador”. Para demostrarlo, abro mi archivo privado de wikileaks y -previa edición en cuatro actos- doy la palabra a los mismisimos Presidentes Correa y García.
PRIMER ACTO. Encuentro de pasillo programado como casual, en una cumbre como tantas. García abre el juego.
- No entiendo para que te metes, Rafael. Si es un pleito de blancos, como decimos en el Perú. A ti no te afecta, hermano.
- ¿Cómo que no, ñaño?... comienzas tomándole un trocito de mar a Michelle y después sigues conmigo. Amarraditos los tres estamos.
- Te lo juro que no. ¿Es que alguna vez te hemos pedido algo?
- Agua no, pero tierra sí.
- Ese es cuento viejo. Hoy estamos a partir de un confite.
- Eso es verdad, mi embajador dice lo mismo, Alan.
- Entonces, ¿para qué volver a las trompeaduras?
SEGUNDO ACTO. Palacio Pizarro, Lima. García termina de cantar un tema de Manzanero, con Correa a la guitarra.
- Se me da bien el bolero ¿no?
- Eres mejor que el Loco Bucaram.
- Hacemos un buen dúo, Rafael.
- Cierto, pero una cosa es con guitarra y otra con cajón.
- Siempre que el cajón no lo ponga tu amigo Piñera.
- ¡Otra vez!… sabes que yo no entro en esas vainas.
- ¿Y que quieres que yo haga para que estés tranquilo?
- Algo más formalito que una conversa musical, pues.
- Okey, te lo diré por la tele y por escrito.
TERCER ACTO. Nuevo encuentro de pasillo programado. Correa dispara primero.
- No te me hagas el enojado, ñaño.
- Es que tu Carta Náutica no estuvo bien, pues.
- ¿Por qué no?
- Pusiste lo del paralelo y los convenios pesqueros. Piñera dice que es un gol de media cancha. Ni que fuera tu pata chavista.
- Es que no fuiste claro, Alan.
- Millones me escucharon en la tele Y te mandé una carta. Todos saben que mi país no tiene problemas de límites marítimos con el tuyo. ¡Qué tal desconfianza, hermano!
- Palabras en la tele se las lleva el viento y una cartita… Alan, si éstos no son temas personales. Ni siquiera dijiste cuáles eran esos límites.
- Yo no puedo aceptar tu Carta Náutica.
- Entonces yo tendría que registrarla en la ONU. Te lo advierto con cariño, porque guerra avisada no mata gente
- Cariño malo, el tuyo. Me obligarías a hacer una reserva.
- Entonces mis abogados dirán “hay que ir a la Haya, Presidente”.
- ¿Amarraditos los dos con Piñera?
- De ti depende.
CUARTO ACTO. Viernes pasado. Palacio de Carondelet, Quito. García mueve su penúltima ficha.
- Toditito te lo he concedido, Rafael: retiré mi reserva y reconocí tu Carta Náutica. Incluso hice aprobar tus notas diplomáticas por el Congreso. Unanimidad hubo, hermano.
- Fue un buen entendimiento. Ya viste que en mis notas no menciono el paralelo ni los tratados, por “circunstancias especiales”.
- Sólo falta que tu Congreso haga lo mismo.
- ¿Qué haga qué, Alan?
- Aprobar las notas, pues. Si éste es nuestro primer tratado de frontera marítima…¿no querías que las cosas fueran formalitas?
- La Carta Náutica se funda en los tratados vigentes. Para nosotros terminó el papeleo. Ya mismo.
- Anda, qué te cuesta. Me dejarás mal con mis congresistas.
- Diles que lo que abunda no daña.
- Por lo menos júrame que no serás parte del pleito.
- ¿En La Haya?
- En La Haya.
- Si ya no tengo para qué. Olvídate.
NOTA DEL ARCHIVERO. En el último audio, una voz ecuatoriana no identificada hace el balance de lo ocurrido: Ecuador no deteriora su relación con Chile, evita un conflicto con el Perú y consigue el pleno reconocimiento de su frontera marítima sur. Se escucha una ovación
Publicado en La Segunda, 27.5.11
- Alan García dice que recién tiene un tratado de límites marítimos con Ecuador, ¿no dijiste que con la Carta Náutica le propinamos un jaque mate?
- ¿Propinamos?...¿quiénes propinamos?
- Chile, puh.
Ahí capté lo difícil que es explicarle a los compatriotas el tema de los intereses nacionales. Siempre creen que sólo existen los nuestros. En rigor, ese notable gambito lo ejecutaron los ecuatorianos pues, como dijo un predecesor de Rafael Correa, “Ecuador sólo defiende a Ecuador”. Para demostrarlo, abro mi archivo privado de wikileaks y -previa edición en cuatro actos- doy la palabra a los mismisimos Presidentes Correa y García.
PRIMER ACTO. Encuentro de pasillo programado como casual, en una cumbre como tantas. García abre el juego.
- No entiendo para que te metes, Rafael. Si es un pleito de blancos, como decimos en el Perú. A ti no te afecta, hermano.
- ¿Cómo que no, ñaño?... comienzas tomándole un trocito de mar a Michelle y después sigues conmigo. Amarraditos los tres estamos.
- Te lo juro que no. ¿Es que alguna vez te hemos pedido algo?
- Agua no, pero tierra sí.
- Ese es cuento viejo. Hoy estamos a partir de un confite.
- Eso es verdad, mi embajador dice lo mismo, Alan.
- Entonces, ¿para qué volver a las trompeaduras?
SEGUNDO ACTO. Palacio Pizarro, Lima. García termina de cantar un tema de Manzanero, con Correa a la guitarra.
- Se me da bien el bolero ¿no?
- Eres mejor que el Loco Bucaram.
- Hacemos un buen dúo, Rafael.
- Cierto, pero una cosa es con guitarra y otra con cajón.
- Siempre que el cajón no lo ponga tu amigo Piñera.
- ¡Otra vez!… sabes que yo no entro en esas vainas.
- ¿Y que quieres que yo haga para que estés tranquilo?
- Algo más formalito que una conversa musical, pues.
- Okey, te lo diré por la tele y por escrito.
TERCER ACTO. Nuevo encuentro de pasillo programado. Correa dispara primero.
- No te me hagas el enojado, ñaño.
- Es que tu Carta Náutica no estuvo bien, pues.
- ¿Por qué no?
- Pusiste lo del paralelo y los convenios pesqueros. Piñera dice que es un gol de media cancha. Ni que fuera tu pata chavista.
- Es que no fuiste claro, Alan.
- Millones me escucharon en la tele Y te mandé una carta. Todos saben que mi país no tiene problemas de límites marítimos con el tuyo. ¡Qué tal desconfianza, hermano!
- Palabras en la tele se las lleva el viento y una cartita… Alan, si éstos no son temas personales. Ni siquiera dijiste cuáles eran esos límites.
- Yo no puedo aceptar tu Carta Náutica.
- Entonces yo tendría que registrarla en la ONU. Te lo advierto con cariño, porque guerra avisada no mata gente
- Cariño malo, el tuyo. Me obligarías a hacer una reserva.
- Entonces mis abogados dirán “hay que ir a la Haya, Presidente”.
- ¿Amarraditos los dos con Piñera?
- De ti depende.
CUARTO ACTO. Viernes pasado. Palacio de Carondelet, Quito. García mueve su penúltima ficha.
- Toditito te lo he concedido, Rafael: retiré mi reserva y reconocí tu Carta Náutica. Incluso hice aprobar tus notas diplomáticas por el Congreso. Unanimidad hubo, hermano.
- Fue un buen entendimiento. Ya viste que en mis notas no menciono el paralelo ni los tratados, por “circunstancias especiales”.
- Sólo falta que tu Congreso haga lo mismo.
- ¿Qué haga qué, Alan?
- Aprobar las notas, pues. Si éste es nuestro primer tratado de frontera marítima…¿no querías que las cosas fueran formalitas?
- La Carta Náutica se funda en los tratados vigentes. Para nosotros terminó el papeleo. Ya mismo.
- Anda, qué te cuesta. Me dejarás mal con mis congresistas.
- Diles que lo que abunda no daña.
- Por lo menos júrame que no serás parte del pleito.
- ¿En La Haya?
- En La Haya.
- Si ya no tengo para qué. Olvídate.
NOTA DEL ARCHIVERO. En el último audio, una voz ecuatoriana no identificada hace el balance de lo ocurrido: Ecuador no deteriora su relación con Chile, evita un conflicto con el Perú y consigue el pleno reconocimiento de su frontera marítima sur. Se escucha una ovación
Publicado en La Segunda, 27.5.11