Después de una larga ausencia, provocada por la prioridad de tener que hacer frente a nuevos retos profesionales, vuelvo a tomar contacto con el blog y sus lectores, confesando de antemano que durante este tiempo he tenido que calmar varias veces mi impaciencia por regresar.
Si me dejara guiar por un primer impulso comenzaría con el clásico “Dicébamus hesterna díe...”, pero, si bien puede inspirarme el gran poeta místico, y su mostrado interés por el conocimiento, no estoy muy convencido de que Fray Luis de León pronunciara la famosa frase y además, aunque así fuera, yo no he sido procesado por Inquisición alguna, ni tampoco retorno de una estancia en la cárcel.
Traigo lo dicho a mi discurso pues, aunque en el tiempo transcurrido desde mi última página hemos seguido avanzando hacia la ansiada Sociedad del Conocimiento, al analizar algunas informaciones se puede tener la impresión de que esto no es cierto. Una muestra de esta aparente dificultad de progresión es la noticia que comentaré a continuación, causante de mi predisposición a comenzar con un “Como decíamos ayer...” para expresar que en este tiempo han permanecido activos los síntomas que afectaban entonces, y siguen haciéndolo ahora, a la capacidad de innovación tecnológica española.
La noticia, que ya conocíamos de forma no oficial hacía tiempo, trata de la entrega de los Premios TIC que concede desde 1995 la Comisión Europea a aquellos productos o servicios considerados particularmente innovadores en el campo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación.
La ceremonia de entrega de estos premios, se celebró hoy 16 de marzo en CeBIT, la feria de las TIC que se lleva a cabo en Hanover todos los años por estas fechas. Una de las características de esta edición es que por primera vez en la historia de estos galardones se hace uso de esta feria, considerada como la más importante del mundo y un referente a la hora de conocer el estado del arte en las tecnologías de la información.
La Comisaria Europea responsable de la Sociedad de la Información y Medios de Comunicación, Viviane Reding, entregó estos premios a los ganadores elegidos en un duro proceso de selección en el que se valoran, entre otros factores, la cuota de innovación, el evidente potencial de mercado, los avances técnicos y la capacidad de creación de empleo.
Los primeros premios se otorgaron a una empresa sueca, otra del Reino Unido y una tercera de Austria, mientras que el resto de hasta 20 premiados se repartieron entre Alemania, con siete galardones, Francia con tres, Austria con otros tres (además del primer premio) y uno para Finlandia, Suecia, Israel y Noruega, respectivamente.
Un breve análisis de la noticia, basado en la lectura detallada de los productos y servicios ganadores, así como de las empresas y países a los que representan, nos lleva a detectar los síntomas a los que hacia referencia al comenzar este artículo; entre los 3 grandes premios y los 17 premios normales no hay ninguna empresa española, a diferencia de lo sucedido en el 2006, o en años anteriores, cuando los premios se denominaban IST.
Otro dato significativo extraído de las estadísticas de los premios, desde su creación en 1995 hasta el pasado 2006, es que mas del 80% de los ganadores fueron Pequeñas y Medianas empresas, por lo que a la hora de tratar de justificar la ausencia de las españolas no puede alegarse la dura competencia con grandes compañías con capacidad para invertir en la tercera I de la I+D+I.
¿Qué consecuencias se deducen que puedan ser motivo de preocupación? Según su propia definición se trata de unos premios concedidos a productos o servicios particularmente innovadores en el campo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación, por lo que puede colegirse que se premia al conocimiento aplicado, es decir a la capacidad de combinar conocimientos para crear algo nuevo y con valor económico.
Este aspecto, el económico, puede sorprender al hablar de conocimiento, pero conviene recordar que entre los factores utilizados para seleccionar a los galardonados se combina la cuota de innovación con el potencial de mercado, la creación de empleo, etc. Es decir, se reconoce que quien dará valor añadido a la innovación será el propio mercado, o su potencial de aceptación del producto o servicio, que se manifestará para el innovador en la recompensa comercial y para la sociedad en los beneficios que obtendrá en términos de avances en su desarrollo, calidad de vida y prosperidad.
Siendo las TIC uno de los motores de la sociedad actual, causantes de esta moderna revolución que nos ha transportado a la Sociedad de la Información, no puede dejar de preocuparnos el hecho de que en términos de innovación España no aparezca en las filas de los premiados por la Unión Europea en un dominio como este donde el conocimiento es también un factor económico clave para asegurar el crecimiento, la competitividad y el empleo.
Por fortuna no todos los síntomas son negativos y puede vislumbrarse un rayo de esperanza cuando se repasan los nombres de las 70 compañías que en su momento fueron elegidas entre 450 candidatas para integrar el selecto grupo donde escoger, con los criterios anteriormente apuntados, a las 20 finalmente premiadas.
En esta lista de finalistas aparecen dos empresas españolas: SAFELAYER Secure Communicatios y KINAMIK Data Integrity. La primera fue seleccionada por su plataforma TrustedX, que a los servicios Web estándar incorpora otros de seguridad en firma electrónica y protección de datos, y la segunda por su aplicación KSuite para almacenar información digital de forma segura.
En definitiva nos encontramos una vez mas con las luces y las sombras; claridad por la presencia entre los destacados de SAFELAYER y KINAMIK y penumbra por la ausencia de premiados. Como en este caso, desafortunadamente, las nubes consiguen obscurecer el escenario no puedo evitar mostrar mi preocupación y tratar de compartirla con los que me distinguen con la lectura de estas breves líneas.
Pero no debe cundir el desánimo; entre todos debemos tratar de aportar algo más de luz y conseguir que la claridad se imponga. Por mi parte lo haré volviendo a tratar el fondo de este asunto en cuantas ocasiones me sea posible, además de continuar con mi campaña en favor del conocimiento y la innovación, en este y otros foros distintos al blog. Mientras tanto roguemos para que el panorama cambie y en los próximos años podamos destacar la presencia entre los premiados de algunas de las Pequeñas y Medianas empresas españolas.
Si me dejara guiar por un primer impulso comenzaría con el clásico “Dicébamus hesterna díe...”, pero, si bien puede inspirarme el gran poeta místico, y su mostrado interés por el conocimiento, no estoy muy convencido de que Fray Luis de León pronunciara la famosa frase y además, aunque así fuera, yo no he sido procesado por Inquisición alguna, ni tampoco retorno de una estancia en la cárcel.
Traigo lo dicho a mi discurso pues, aunque en el tiempo transcurrido desde mi última página hemos seguido avanzando hacia la ansiada Sociedad del Conocimiento, al analizar algunas informaciones se puede tener la impresión de que esto no es cierto. Una muestra de esta aparente dificultad de progresión es la noticia que comentaré a continuación, causante de mi predisposición a comenzar con un “Como decíamos ayer...” para expresar que en este tiempo han permanecido activos los síntomas que afectaban entonces, y siguen haciéndolo ahora, a la capacidad de innovación tecnológica española.
La noticia, que ya conocíamos de forma no oficial hacía tiempo, trata de la entrega de los Premios TIC que concede desde 1995 la Comisión Europea a aquellos productos o servicios considerados particularmente innovadores en el campo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación.
La ceremonia de entrega de estos premios, se celebró hoy 16 de marzo en CeBIT, la feria de las TIC que se lleva a cabo en Hanover todos los años por estas fechas. Una de las características de esta edición es que por primera vez en la historia de estos galardones se hace uso de esta feria, considerada como la más importante del mundo y un referente a la hora de conocer el estado del arte en las tecnologías de la información.
La Comisaria Europea responsable de la Sociedad de la Información y Medios de Comunicación, Viviane Reding, entregó estos premios a los ganadores elegidos en un duro proceso de selección en el que se valoran, entre otros factores, la cuota de innovación, el evidente potencial de mercado, los avances técnicos y la capacidad de creación de empleo.
Los primeros premios se otorgaron a una empresa sueca, otra del Reino Unido y una tercera de Austria, mientras que el resto de hasta 20 premiados se repartieron entre Alemania, con siete galardones, Francia con tres, Austria con otros tres (además del primer premio) y uno para Finlandia, Suecia, Israel y Noruega, respectivamente.
Un breve análisis de la noticia, basado en la lectura detallada de los productos y servicios ganadores, así como de las empresas y países a los que representan, nos lleva a detectar los síntomas a los que hacia referencia al comenzar este artículo; entre los 3 grandes premios y los 17 premios normales no hay ninguna empresa española, a diferencia de lo sucedido en el 2006, o en años anteriores, cuando los premios se denominaban IST.
Otro dato significativo extraído de las estadísticas de los premios, desde su creación en 1995 hasta el pasado 2006, es que mas del 80% de los ganadores fueron Pequeñas y Medianas empresas, por lo que a la hora de tratar de justificar la ausencia de las españolas no puede alegarse la dura competencia con grandes compañías con capacidad para invertir en la tercera I de la I+D+I.
¿Qué consecuencias se deducen que puedan ser motivo de preocupación? Según su propia definición se trata de unos premios concedidos a productos o servicios particularmente innovadores en el campo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación, por lo que puede colegirse que se premia al conocimiento aplicado, es decir a la capacidad de combinar conocimientos para crear algo nuevo y con valor económico.
Este aspecto, el económico, puede sorprender al hablar de conocimiento, pero conviene recordar que entre los factores utilizados para seleccionar a los galardonados se combina la cuota de innovación con el potencial de mercado, la creación de empleo, etc. Es decir, se reconoce que quien dará valor añadido a la innovación será el propio mercado, o su potencial de aceptación del producto o servicio, que se manifestará para el innovador en la recompensa comercial y para la sociedad en los beneficios que obtendrá en términos de avances en su desarrollo, calidad de vida y prosperidad.
Siendo las TIC uno de los motores de la sociedad actual, causantes de esta moderna revolución que nos ha transportado a la Sociedad de la Información, no puede dejar de preocuparnos el hecho de que en términos de innovación España no aparezca en las filas de los premiados por la Unión Europea en un dominio como este donde el conocimiento es también un factor económico clave para asegurar el crecimiento, la competitividad y el empleo.
Por fortuna no todos los síntomas son negativos y puede vislumbrarse un rayo de esperanza cuando se repasan los nombres de las 70 compañías que en su momento fueron elegidas entre 450 candidatas para integrar el selecto grupo donde escoger, con los criterios anteriormente apuntados, a las 20 finalmente premiadas.
En esta lista de finalistas aparecen dos empresas españolas: SAFELAYER Secure Communicatios y KINAMIK Data Integrity. La primera fue seleccionada por su plataforma TrustedX, que a los servicios Web estándar incorpora otros de seguridad en firma electrónica y protección de datos, y la segunda por su aplicación KSuite para almacenar información digital de forma segura.
En definitiva nos encontramos una vez mas con las luces y las sombras; claridad por la presencia entre los destacados de SAFELAYER y KINAMIK y penumbra por la ausencia de premiados. Como en este caso, desafortunadamente, las nubes consiguen obscurecer el escenario no puedo evitar mostrar mi preocupación y tratar de compartirla con los que me distinguen con la lectura de estas breves líneas.
Pero no debe cundir el desánimo; entre todos debemos tratar de aportar algo más de luz y conseguir que la claridad se imponga. Por mi parte lo haré volviendo a tratar el fondo de este asunto en cuantas ocasiones me sea posible, además de continuar con mi campaña en favor del conocimiento y la innovación, en este y otros foros distintos al blog. Mientras tanto roguemos para que el panorama cambie y en los próximos años podamos destacar la presencia entre los premiados de algunas de las Pequeñas y Medianas empresas españolas.