Biofilosofía

Evolución biológica. Una interpretación metafísica y teológica (IV).

Redactado por Javier Del Arco


Como puede deducirse de los anteriores tres artículos, cerramos hoy la parte dedicada a nuestra hipótesis metafísica de una Divinidad, sustentada en tres Hipóstasis, que se establecen entre sí relaciones mutuas mediante una procesión, nunca emanación, que excluye el dualismo, y sustentada en la el núcleo central de la filosofía de Plotino. Hoy trataremos de la tercera de estas tres Hipóstasis, el Alma. Pero antes introduciremos un pequeño resumen que refuerza y aclara aún más, creemos nosotros, lo ya dicho en los anteriores artículos, que hay muchos partidarios, conscientes o no, del movimiento New Age y también mucho neo-gnóstico por ahí, y no quiero que se equivoquen con nuestra filosofía plotiniana y pre-agustiniana, metafísica en estado puro, y confundirlos a ellos, porque a nosotros todos los que piensan en las causas primeras y fundamentales, de entrada, nos merecen respeto.



1. Resumen. Creemos haber aclarado que el Uno está por encima del ser, del pensamiento y de la vida. Ello no significa que el Uno sea un no-ser, no-pensamiento y no-vida, sino lo contrario, es Súper-ser, Súper-pensamiento, Súper-vida. El Uno absoluto es, pues, causa de todo lo demás. Si embargo, Plotino se plantea el siguiente interrogante: ¿por qué hay lo Absoluto y por qué lo es? Ningún filósofo griego se había formulado esta pregunta, quizá Plotino la enunció como resultado de su duro ataque a los gnósticos en la que lleva al límite sus planteamientos metafísicos.

La formulación de Plotino alcanza una de las cotas más elevadas del pensamiento occidental de todos los tiempos: el Uno se “autopone”, es “actividad auto productora”, es el “Bien que se crea a si mismo”. Es como ha querido ser: “su voluntad y su esencia coinciden (…) y como ha querido ser, así también es”.

Y ha querido ser como es, porque es lo “más elevado que pueda imaginarse”. El Uno es actividad auto productora, absoluta libertad creadora, a causa de sí mismo, es lo que existe en sí y por sí, es lo “que trasciende a sí mismo”. La concepción del Absoluto como causa sui, del que hablará la filosofía moderna, se encuentra ya presente en toda en toda su plenitud en Plotino, tanto en lo temático como en lo sistemático. Gracias a esta concepción, Plotino logra cimas más altas que las conquistadas por Platón y Aristóteles.

2. La tercera Hipóstasis: el alma.

El Uno, si quiere convertirse en mundo de formas y pensamiento, es decir, en pensar, debe hacerse espíritu. De igual modo, si quiere crear un universo y un cosmos físico, debe hacerse alma. El alma procede desde el espíritu o “nous”, de la misma forma que este procede del Uno. Hay:

a) Una actividad del espíritu que es la que lo convierte en tal espíritu y coincide con lo que establecimos en el artículo anterior
b) Una actividad que procede desde el espíritu. La actividad que procede desde el espíritu no es, de manera inmediata, el alma.

De la misma manera a lo que hemos expuesto a propósito del espíritu en relación con el Uno, la potencia que procede desde la actividad del espíritu se dirige a contemplar el propio espíritu. Al dirigirse hacia el espíritu, el alma el alma extrae su propia subsistencia (Hipóstasis) y, a través del espíritu, ve al Uno y entra en contacto con el propio Bien. Este nexo del alma con el Uno-Bien constituye uno de los ejes centrales de todo el sistema plotiniano, es decir, el fundamento de la actividad creadora del alma y de la posibilidad del retorno al Uno.

La naturaleza específica del alma no consiste en el puro pensar. Si así fuese, no se distinguiría del espíritu no consiste en el puro pensar. Ella es la que da vida a todas las demás cosas que existen, a todas las cosas sensibles, ordenándolas, gobernándolas y rigiéndolas (2).

Dice Plotino:
“Cuando el alma mira aquello que es antes que ella, el alma piensa; cuando se mira a sí misma, se conserva; y cuando mira aquello que es después que ella, el alma ordena, rige, ordena sobre ello”. Este orden, este regir y mandar coinciden con el engendrar y con el hacer que vivan las cosas mismas. El alma, pues, es principio de movimiento y es movimiento ella también. Es la última diosa, esto es la última realidad inteligible, la realidad fronteriza con lo sensible y, al mismo tiempo, causa de éste.

El alma ocupa una posición intermedia y, por lo tanto, tiene una especie de duplicidad de caras: al engendrar lo corpóreo, aunque continúe siendo una entidad incorpórea, le acontece tener trato con lo corpóreo que ha producido, pero no al modo de lo corpóreo. Puede entrar en cualquier parte de lo corpóreo sin perder la unidad de su ser, y puede así encontrarse toda en todo. Hasta aquí esto sería panteísmo sino el filósofo no añadiese a esas reflexiones estas otras: cabe decir que el alma es divisible e indivisible, una y múltiple. El alma es por lo tanto “uno y muchos”, mientras que el espíritu es “uno-muchos”, el primer principio es sólo uno y los cuerpos son sólo muchos.

Para entender correctamente esta última afirmación, debemos recordar que para Plotino la pluralidad del alma no sólo es horizontal sino vertical, en el sentido que existe una jerarquía de almas.

a) En primer lugar, está el Alma suprema, el alma como hipóstasis pura que continúa en estrecha vinculación con el “nous” del que proviene.
b) Luego existe, según Plotino, el Alma del Todo, que es el alma creadora del mundo y del universo físico.
c) Existen por último las almas particulares, las que bajan a animar los cuerpos, los astros y los seres vivos. Evidentemente, todas las almas proceden de la primera y mantienen con ella una relación de uno y muchos. Además, son distintas del Alma suprema, sin estar separadas de ella.

La physis o naturaleza se halla estrechamente relacionada con el Alma del Todo y constituye su frontera extrema. En Plotino la naturaleza es la actividad productora de las formas de lo sensible, actividad que lleva a cabo el alma. Asimismo es una forma contemplación, en la medida en que el alma es productora de formas para la materia sólo porque es visión o contemplación de formas que provienen de manera mediata del espíritu y de las ideas del espíritu.

3. La procesión o evolución del cosmos físico.

Con el alma finaliza la serie de hipóstasis del mundo incorpóreo e inteligible y, como hemos dicho, a ella le acompaña el mundo ¿Por qué la realidad no termina con el mundo incorpóreo y existe también el mundo corpóreo? ¿Cómo ha surgido lo sensible? ¿Qué valor tiene? La novedad que introduce Plotino en la explicación del origen del cosmos físico consiste, sobre todo, en el hecho de que trata de deducir la materia, sin presuponerla como si fuese algo que desde toda la eternidad haya que contraponer al primer principio. Arrostraremos el riesgo de alargarnos un poco pero no nos resistimos a introducir una nota sobre el origen del universo (3).

La materia sensible deriva de su causa en cuanto posibilidad última, es decir, como etapa final del proceso en el que la fuerza productora se va debilitando hasta agotarse. De este modo la materia deviene en agotamiento total y, por tanto, en extrema privación de la potencia del Uno (y por eso mismo, del Uno), o dicho en otros términos, privación del Bien (que coincide con el Uno). En este sentido, la materia es mal, pero el mal no es una fuerza negativa que se oponga a lo positivo, sino siempre carencia o privación de lo positivo. A tal privación se la llama no-ser, porque es distinta del ser y está por debajo de él. La materia no nace del Alma suprema, totalmente activa en la contemplación. Como ya se ha dicho, surge de la franja extrema del alma del universo, allí donde la contemplación posee menos impulso, en la medida en que el alma se dirige más hacia sí misma que hacia el espíritu. Esta contemplación debilitada es cualitativamente homogénea con respecto a la del Alma superior, pero posee una intensidad inferior: resulta cuantitativamente más débil y a medida que decrece se va desvaneciendo. De este modo la materia, que es producto de esta actividad contemplativa debilitada, ya no tiene fuerza para dirigirse hacia quien la engendrado, y contemplar a su vez. En consecuencia corresponde al alma misma adueñarse de ella, ordenarla, informarla y conservarla en conexión con el ser.

El mundo físico, según Plotino, surge de esta manera:

a) primero, el alma pone la materia, que es como la extremidad del círculo de luz que se transforma en extremidad,
b) a continuación, otorga una forma a esta materia, eliminando su oscuridad (4) y recuperándola, en la medida de lo posible y no toda, para la luz.

Como es obvio, ambas operaciones no se distinguen desde el punto de vista cronológico, sino lógico. La primera acción del alma consiste en apartarse de la contemplación y la segunda, en una recuperación de la contemplación de la misma. El mundo físico es un espejo de formas, que a su vez son reflejo de ideas, y de esta manera todo es forma y todo es logos.

El panformalismo o panlogismo plotiniano es total, como demuestra de modo inequívoca este texto:
“El universo está totalmente encadenado por los vínculos de las formas desde la cumbre hasta la base: primero, la materia, que está atada por las formas de los elementos; luego sobre las formas vienen otras formas, luego otras más; al final resulta difícil encontrar la materia oculta bajo tantas formas. Empero, como también la materia es una cierta forma –aunque íntima- este mundo nuestro es íntegramente forma, y forma son todas las cosas; puesto que el mundo era ya forma”.

¿Cómo nace la temporalidad? La respuesta de Plotino es muy ingeniosa. La temporalidad nace a partir de la actividad misma con la que el alma crea el mundo físico, es decir, lo que no es inteligible: éste se sitúa en la dimensión de lo eterno. El alma, poseída por el deseo de transmitir a otro la visión de arriba y no contenta con verlo todo simultáneamente, sale de la unidad, avanza y se prolonga mediante una serie de actos que se suceden entre si, colocando así –en una sucesión de antes y después- lo que en la esfera del espíritu es simultáneo. El alma crea la vida, como copia de la vida del espíritu que existe en la dimensión de eternidad. La vida como temporalidad es vida que transcurre en momentos sucesivos y que, por lo tanto, se dirige siempre hacia momentos posteriores y se halla siempre cargada de los momentos ya transcurridos.

Desde esa perspectiva, nacer y morir no son más que una variación del alma, que releja sus formas como en un espejo, una variabilidad en la que nada perece y todo se conserva, porque nada puede resultar eliminado por el ser.

El cosmos físico, si se juzga con una visión adecuada, es perfecto. En efecto, se trata de una copia que imita un modelo, pero no es el modelo. Como imagen, empero, resulta la más bella del original. El cosmos mismo, por lo demás como todas las hipótesis del mundo suprasensible, “existe para Él y mira hacia arriba”. Plotino lleva la espiritualización del cosmos hasta los límites del acosmismo: la materia es una forma ínfima, el cuerpo es forma, Edmundo es una móvil variación de formas, la forma está ligada a las ideas del espíritu y el espíritu lo está al Uno.

4. Origen, naturaleza y destino del hombre en la metafísica plotiniana.

Esta exposición de la metafísica de Plotino quedaría incompleta sin mencionar su visión antropológica. Para Plotino, el hombre no nace en el momento en el que lo hace el mundo físico, sino que preexiste a él en estado de alma pura.

Así dice: “Antes de que sucediese nuestro nacimiento, morábamos allá arriba: éramos hombres y estábamos determinados de modo individual, y también éramos dioses, almas sin mezcla”. Antes que otra cosa, reconozcamos que si Plotino es muy brillante a la hora de establecer las Hipóstasis Divinas y sus relaciones mutuas, su teología antropológica es corta y pobre. Y sus respuestas, ciertamente contradictorias. Evidentemente si nuestras almas nos asemejaban a dioses ¿A que habíamos de descender?

Por un lado, Plotino sostiene que el alma debe bajar a los cuerpos para actualizar todas las potencialidades del universo, esto es, por una necesidad ontológica (5). Al mismo tiempo afirma que hubiese sido mejor que no descendiese y que dicho descenso es una especie de audacia y temeridad (¿culpa?). La contradicción se debe a que en los sistemas no creacionistas siempre resulta problemática la procedencia de lo múltiple desde el Uno y, por lo tanto la encarnación del alma en un cuerpo.

Plotino intentó aclarar la cuestión, distinguiendo dos especies distintas de… digamos de culpas en el alma:

-La primera especie consiste, en general, en el descenso mismo que, como hemos visto, es involuntario, en la medida que resulta inevitable. El castigo que, según Plotino, corresponde a esta culpa reside en propia experiencia de bajar a un cuerpo, siempre dolorosa. Con este necesario descenso coincide el deseo de pertenecerse, el retirarse a la individualidad del alma. Según Plotino, en esto consiste precisamente el convertirse en alma de un cuerpo individual.
-En cambio, la segunda especie de culpa hace referencia al alma que ya se ha encarnado y consiste en un exceso de preocupación por el propio cuerpo, con todo lo que ello implica, alejándose de su propio origen para ponerse al servicio de las cosas exteriores y, por tanto, olvidándose de sí misma.

No es la primera clase de culpa, sino la segunda, la que constituye el legran mal del alma, el mal que la lleva a olvidar sus propios orígenes.

El hombre es, para Plotino, fundamentalmente su alma, y todas las actividades de la vida humana dependen fundamentalmente del alma. Ésta es impasible y tan sólo es capaz de actuar. En Plotino, incluso la sensación es un acto cognoscitivo del alma. Cuando experimentamos una sensación, nuestro cuerpo padece una afección procedente de un agente externo (otro cuerpo, Vg.). Nuestra alma, en cambio, entra en acción, no sólo en el sentido de que no olvida la afección corporal, sino que también juzga esta clase de afecciones. Según Plotino, en la impresión sensorial que se produce en los órganos corporales, el alma contempla, si bien en grado más débil, los vestigios de formas inteligibles.

En consecuencia, para el alma la sensación es una forma de contemplar lo inteligible a través de lo sensible. Por lo demás, esto no es más que un corolario de la concepción plotiniana del mundo físico: los cuerpos son producidos por los logoi (6), es decir, por las formas racionales del alma del universo. En último término los cuerpos se reducen a estos logoi, de modo que las sensaciones en cierto sentido no son otra cosa que pensamientos oscuros, mientras que los pensamientos de los inteligibles son sensaciones claras.

Para Plotino, la sensación es posible en la medida en que el alma inferior –que siente- capta las formas sensibles está unida al alma superior, que posee una percepción de los inteligibles puros, la anamnesis platónica (7). El sentir del alma inferior capta las formas sensibles con una luz que emana de ella y que le llega desde aquella posición originaria de las formas, que caracterizaba al alma superior.

Plotino considera que la memoria, los sentimientos, las pasiones, las voliciones y todo lo que está ligado con estos fenómenos son actividades del alma, al igual que la sensación. La actividad más elevada del alma consiste en la libertad, que se halla estrechamente vinculada con la inmaterialidad. La libertad es es la volición del bien. La libertad del Uno es autoponerse como Bien absoluto, mientras que la libertad del nous es permanecer indisolublemente ligado al Bien y la libertad del alma es tender hacia el Bien, a través del espíritu, en diversos grados.

El destino del alma consiste en volver a unirse con lo divino. Plotino recupera la escatología platónica (8), pero sostiene algo fundamental que será a nuestro juicio una de las afirmaciones nucleares sobre las que se asienta el misticismo: que ya en esta Tierra es posible llevar a cabo el apartamiento de lo corporal y el retorno al Uno.

Los filósofos de la época helenística ya habían insistido mucho sobre el hecho de que la felicidad completa puede disfrutarse en esta Tierra, incluso entre los tormentos físicos. Plotino reitera con firmeza esta noción, pero advierte que el ser feliz al ser atormentado físicamente, en el “toro de Falaris” (9), se hace posible porque existe en nosotros un elemento trascendente que puede unirnos a lo divino mientras el cuerpo sufre. De este modo se hace patente lo ilusorio del que habia sido ideal supremo de la época helenística, si se lo buscaba en el plano de la pura inmanencia. Sólo si se encuentra sólidamente enlazado con la trascendencia, se convierte en hacedero aquello que la época helenística había buscado infructuosamente a lo largo de direcciones contrapuestas.

5. El retorno a lo Absoluto y al éxtasis

Los caminos de regreso a lo absoluto son múltiples:

-la virtud;
-la erótica platónica;
-la dialéctica.

A estas vías tradicionales, Plotino añade una cuarta:
-la reunión con el Uno y el éxtasis (unio mystica)

En efecto, las hipóstasis proceden del Uno por una especie de diferenciación y alteridad ontológica, a las que en el mismo hombre se agregan también las alteridades morales. La reunificación con el Uno se lleva a cabo mediante la eliminación de estas alteridades. Toda cosa es posible porque la alteridad no existe en el Uno. Para el hombre despojarse de toda alteridad significa volver a entrar en sí mismo, en su propia alma tras de despojarse ésta de sus elementos afectivos; posteriormente, en ese proceso de retorno, se despojará de la palabra y de la razón discursiva y, finalmente, se sumergirá en la contemplación de Él.

La frase “despojados de todo” resume de modo literal el proceso de total reunificación del alma que quiere unirse al Uno. En este contexto, empero, despojarse de todo no significa empobrecimiento o anulación de uno mismo, sino que por el contrario significa crecer, llenarse de Dios, del Todo, de lo Infinito.

Dice Plotino: “Creces tu mismo después de haber echado fuera lo demás; y después de tal renuncia, e te hace presente el Todo: pero si bien se presenta a quien sabe renunciar, por el contrario no se aparece para nada al que se queda con las demás cosas. No creas que vino para estar junto a ti, pero cuando no está junto a ti, has sido tu el que se ha marchado. Y si tu te has marchado, no es que te hayas apartado de Él (porque siempre estará presente) o que te hayas ido a otro lugar, sino que, aun quedándote presente, te has dirigido hacia la parte opuesta, es decir hacia la parte de las cosas”.

Por lo menos en una ocasión Plotino llama éxtasis a esa unificación con el Uno. El éxtasis plotiniano no es un estado de inconsciencia, sino de hiperconsciencia; no es algo irracional o hiporracional sino hiperracional. En el éxtasis el alma se ve deificada y colmada de Uno. Es indudable el hecho de que el judío Filón (10) difundió la doctrina del éxtasis en ámbito de Alejandría. Sin embargo, hay que observar que Filón, de acuerdo con el espíritu bíblico, entendía el éxtasis como una gracia, como don gratuito de Dios, de acuerdo con la noción bíblica según la cual es Dios quien se entrega a Sí mismo y las cosas por Él creadas al hombre. Plotino, en cambio, introduce el éxtasis en un contexto que se mantiene fiel a las categorías del pensamiento griego: Dios no se crea a Sí mismo a los hombres, sino que estos pueden subir hasta Él y reunirse con Él debido a su fuerza y su capacidad natural, porque así lo quieren.

6. Originalidad del pensamiento plotiniano: la contemplación creadora.

Como hemos comprobado, el momento decisivo de la procesión metafísica –esto es, el momento creador en el que nace la hipóstasis- coincide con la contemplación. Sobre este punto insistió mucho Plotino sabedor que afirmaba algo insólito.

Todo aspira a una contemplación y se dirige a ese fin: los vivientes dotados de razón, la naturaleza que está en las plantas y la tierra que las engendra. Todas las criaturas, en la medida que les es posible, llegan a un estado conforme a su naturaleza y cada una, a su modo, accede a la contemplación; algunas lo consiguen captando su realidad, otras tan sólo una imitación o una imagen. Se ha descrito el modo en que nace el espíritu o nous al contemplar al Uno, y el alma, al contemplar el espíritu ¿Y la naturaleza y la praxis? También éstas son contemplación.

A este respecto, Plotino dice: “Pero la naturaleza es contemplación y cosa contemplada al mismo tiempo: porque es forma racional. Por esto precisamente, porque es contemplación, cosa contemplada y forma racional, sólo por esto y en la medida que es todo eso, crea. Así, la creación se nos ha mostrado con claridad como contemplación; es producto de contemplación, de una contemplación que sólo es pura contemplación, y no hace otra cosa que crear, porque es contemplación”.

La praxis misma, hasta su nivel inferior, busca por un recodo extraviado llegar a la contemplación. En efecto, quien se dedica a la acción, ¿qué finalidad propone? “No, sin duda, la de no conocer, sino en cambio la de conocer un objeto determinado, contemplarlo…”

En conclusión, para Plotino la actividad espiritual del ver y del contemplar, se transforma en forma de crear. Cuanto más rica sea la actividad y la acción, más rica resultará la contemplación que sólo es pura contemplación. Y la contemplación es un silencio metafísico.

En este contexto, el retorno al Uno mediante el éxtasis se convierte en retorno mediante la contemplación del Uno. El éxtasis es simplificación y ésta es eliminación de alteridad, separación de todo lo terreno, es contemplación, en la se funden sujeto contemplante y objeto contemplado.

En esto consiste la célebre “huída en solitario hasta el Solo” con que concluyen las “Ennéadas”: “Y he aquí la vida de los dioses y de los hombres divinos y bienaventurados: separación de las demás cosas de aquí abajo, vida a la que ya no agradan las cosas terrenales, huída en solitario hacia el Solo”


Notas

1. Véase Tendencias 21, Arco, J. del, Filosofía “Evolución biológica. Una interpretación metafísica y teológica (III)”, Madrid, 14 Marzo 2009

2. Véase Reale, G. y Antiseri, D., “Il pensiero occidentale dalle origini ad oggi”, tomo I, Editrice La Escuela, Brescia, 1985

3. Con esta afirmación, Plotino anticipa una idea fundamental: que la materia tuvo su origen en el primer principio y por lo tanto no es contrapuesta a Él. Viene al caso y por eso vamos a hacerlo ahora en está nota que será un poco larga pero en todo caso pedagógica, como Plotino intuyó así la creación de un cosmos material y, para esa creación, la Física tiene ya una espléndida teoría, la del Big Bang. En cosmología física, la teoría del Big Bang o teoría de la gran explosión es un modelo científico que trata de explicar el origen del Universo y su desarrollo posterior a partir de una singularidad espaciotemporal. Técnicamente, se trata del concepto de expansión del Universo desde una singularidad primigenia, donde la expansión de éste se deduce de una colección de soluciones de las ecuaciones de la relatividad general, llamados modelos de Friedmann- Lemaître - Robertson - Walker. El término "Big Bang" se utiliza tanto para referirse específicamente al momento en el que se inició la expansión observable del Universo (cuantificada en la ley de Hubble), como en un sentido más general para referirse al paradigma cosmológico que explica el origen y la evolución del mismo.
La idea central del Big Bang es que la teoría de la relatividad general puede combinarse con las observaciones de isotropía y homogeneidad a gran escala de la distribución de galaxias y los cambios de posición entre ellas, permitiendo extrapolar las condiciones del Universo antes o después en el tiempo.
Una consecuencia de todos los modelos de Big Bang es que, en el pasado, el Universo tenía una temperatura más alta y mayor densidad y, por tanto, las condiciones del Universo actual son muy diferentes de las condiciones del Universo pasado. A partir de este modelo, George Gamow en 1948 pudo predecir que debería de haber evidencias de un fenómeno que más tarde sería bautizado como radiación de fondo de microondas.
Para llegar al modelo del Big Bang, muchos científicos, con diversos estudios, han ido construyendo el camino que lleva a la génesis de esta explicación. Los trabajos de Alexander Friedman, del año 1922, y de Georges Lemaître, de 1927, utilizaron la teoría de la relatividad para demostrar que el universo estaba en movimiento constante. Poco después, en 1929, el astrónomo estadounidense Edwin Hubble (1889-1953) descubrió galaxias más allá de la Vía Láctea que se alejaban de nosotros, como si el Universo se expandiera constantemente. En 1948, el físico ruso nacionalizado estadounidense, George Gamow (1904-1968), planteó que el universo se creó a partir de una gran explosión (Big Bang). Recientemente, ingenios espaciales puestos en órbita (COBE) han conseguido "oír" los vestigios de esta gigantesca explosión primigenia.
Dependiendo de la cantidad de materia en el Universo, éste puede expandirse indefinidamente o frenar su expansión lentamente, hasta producirse una contracción universal. El fin de esa contracción se conoce con un término contrario al Big Bang: el Big Crunch o Gran Colapso. Si el Universo se encuentra en un punto crítico, puede mantenerse estable ad eternum.
La teoría del Big Bang se desarrolló a partir de observaciones y avances teóricos. Por medio de observaciones, en los 1910, el astrónomo estadounidense Vesto Slipher y, después de él, Carl Wilhelm Wirtz, de Estrasburgo, determinaron que la mayor parte de las nebulosas espirales se alejan de la Tierra; pero no llegaron a darse cuenta de las implicaciones cosmológicas de esta observación, ni tampoco del hecho de que las supuestas nebulosas eran en realidad galaxias exteriores a nuestra Vía Láctea.
Además, la teoría de Albert Einstein sobre la relatividad general (segunda década del siglo XX) no admite soluciones estáticas (es decir, el Universo debe estar en expansión o en contracción), resultado que él mismo consideró equivocado, y trató de corregirlo agregando la constante cosmológica. El primero en aplicar formalmente la relatividad a la cosmología, sin considerar la constante cosmológica, fue Alexander Friedman, cuyas ecuaciones describen el Universo Friedman-Lemaître-Robertson-Walker, que puede expandirse o contraerse.
Entre 1927 y 1930, el padre jesuita belga Georges Lemaître obtuvo independientemente las ecuaciones Friedman-Lemaître-Robertson-Walker y propuso, sobre la base de la recesión de las nebulosas espirales, que el Universo se inició con la explosión de un átomo primigenio, lo que más tarde se denominó "Big Bang".
En 1929, Edwin Hubble realizó observaciones que sirvieron de fundamento para comprobar la teoría de Lemaître. Hubble probó que las nebulosas espirales son galaxias y midió sus distancias observando las estrellas variables cefeidas en galaxias distantes. Descubrió que las galaxias se alejan unas de otras a velocidades (relativas a la Tierra) directamente proporcionales a su distancia. Este hecho se conoce ahora como la ley de Hubble (véase Edwin Hubble: Marinero de las nebulosas, texto escrito por Edward Christianson).
Según el principio cosmológico, el alejamiento de las galaxias sugería que el Universo está en expansión. Esta idea originó dos hipótesis opuestas. La primera era la teoría Big Bang de Lemaître, apoyada y desarrollada por George Gamow. La segunda posibilidad era el modelo de la teoría del estado estacionario de Fred Hoyle, según la cual se genera nueva materia mientras las galaxias se alejan entre sí. En este modelo, el Universo es básicamente el mismo en un momento dado en el tiempo. Durante muchos años hubo un número de adeptos similar para cada teoría.
Con el pasar de los años, las evidencias observacionales apoyaron la idea de que el Universo evolucionó a partir de un estado denso y caliente. Desde el descubrimiento de la radiación de fondo de microondas, en 1965, ésta ha sido considerada la mejor teoría para explicar el origen y evolución del cosmos. Antes de finales de los años sesenta, muchos cosmólogos pensaban que la singularidad infinitamente densa del tiempo inicial en el modelo cosmológico de Friedman era una sobreidealización, y que el Universo se contraería antes de empezar a expandirse nuevamente. Ésta es la teoría de Richard Tolman de un Universo oscilante. En los años 1960, Stephen Hawking y otros demostraron que esta idea no era factible, y que la singularidad es un componente esencial de la gravedad de Einstein. Esto llevó a la mayoría de los cosmólogos a aceptar la teoría del Big Bang, según la cual el Universo que observamos se inició hace un tiempo finito.
Prácticamente todos los trabajos teóricos actuales en cosmología tratan de ampliar o concretar aspectos de la teoría del Big Bang. Gran parte del trabajo actual en cosmología trata de entender cómo se formaron las galaxias en el contexto del Big Bang, comprender lo que allí ocurrió y cotejar nuevas observaciones con la teoría fundamental.
A finales de los años 1990 y principios del siglo XXI, se lograron grandes avances en la cosmología del Big Bang como resultado de importantes adelantos en telescopía, en combinación con grandes cantidades de datos satelitales de COBE, el telescopio espacial Hubble y WMAP. Estos datos han permitido a los cosmólogos calcular muchos de los parámetros del Big Bang hasta un nuevo nivel de precisión, y han conducido al descubrimiento inesperado de que el Universo está en aceleración.
Michio Kaku ha señalado cierta paradoja en la denominación big bang (gran explosión): en cierto modo no puede haber sido grande ya que se produjo exactamente antes del surgimiento del espacio-tiempo, habría sido el mismo big bang lo que habría generado las dimensiones desde una singularidad; tampoco es exactamente una explosión en el sentido propio del término ya que no se propagó fuera de sí mismo.
Basándose en medidas de la expansión del Universo utilizando observaciones de las supernovas tipo 1a, en función de la variación de la temperatura en diferentes escalas en la radiación de fondo de microondas y en función de la correlación de las galaxias, la edad del Universo es de aproximadamente 13,7 ± 0,2 miles de millones de años. Es notable el hecho de que tres mediciones independientes sean consistentes, por lo que se consideran una fuerte evidencia del llamado modelo de concordancia que describe la naturaleza detallada del Universo.
El universo en sus primeros momentos estaba lleno homogénea e isótropamente de una energía muy densa y tenía una temperatura y presión concomitantes. Se expandió y se enfrió, experimentando cambios de fase análogos a la condensación del vapor o a la congelación del agua, pero relacionados con las partículas elementales.
Aproximadamente 10-35 segundos después de la época de Planck un cambio de fase causó que el Universo se expandiese de forma exponencial durante un período llamado inflación cósmica. Al terminar la inflación, los componentes materiales del Universo quedaron en la forma de un plasma de quarks-gluones, en donde todas las partes que lo formaban estaban en movimiento en forma relativista. Con el crecimiento en tamaño del Universo, la temperatura descendió. A cierta temperatura, y debido a un cambio aún desconocido denominado bariogénesis, los quarks y los gluones se combinaron en bariones tales como el protón y el neutrón, produciendo de alguna manera la asimetría observada actualmente entre la materia y la antimateria. Las temperaturas aún más bajas condujeron a nuevos cambios de fase, que rompieron la simetría, así que les dieron su forma actual a las fuerzas fundamentales de la física y a las partículas elementales. Más tarde, protones y neutrones se combinaron para formar los núcleos de deuterio y de helio, en un proceso llamado nucleosíntesis primordial. Al enfriarse el Universo, la materia gradualmente dejó de moverse de forma relativista y su densidad de energía comenzó a dominar gravitacionalmente sobre la radiación. Pasados 300.000 años, los electrones y los núcleos se combinaron para formar los átomos (mayoritariamente de hidrógeno). Por eso, la radiación se desacopló de los átomos y continuó por el espacio prácticamente sin obstáculos. Ésta es la radiación de fondo de microondas.
Al pasar el tiempo, algunas regiones ligeramente más densas de la materia casi uniformemente distribuida crecieron gravitacionalmente, haciéndose más densas, formando nubes, estrellas, galaxias y el resto de las estructuras astronómicas que actualmente se observan. Los detalles de este proceso dependen de la cantidad y tipo de materia que hay en el Universo. Los tres tipos posibles se denominan materia oscura fría, materia oscura caliente y materia bariónica. Las mejores medidas disponibles (provenientes del WMAP) muestran que la forma más común de materia en el universo es la materia oscura fría. Los otros dos tipos de materia sólo representarían el 20 por ciento de la materia del Universo.
El Universo actual parece estar dominado por una forma misteriosa de energía conocida como energía oscura. Aproximadamente el 70 por ciento de la densidad de energía del universo actual está en esa forma. Una de las propiedades características de este componente del universo es el hecho de que provoca que la expansión del universo varíe de una relación lineal entre velocidad y distancia, haciendo que el espacio-tiempo se expanda más rápidamente que lo esperado a grandes distancias. La energía oscura toma la forma de una constante cosmológica en las ecuaciones de campo de Einstein de la relatividad general, pero los detalles de esta ecuación de estado y su relación con el modelo estándar de la física de partículas continúan siendo investigados tanto en el ámbito de la física teórica como por medio de observaciones.
Más misterios aparecen cuando se investiga más cerca del principio, cuando las energías de las partículas eran más altas de lo que ahora se puede estudiar mediante experimentos. No hay ningún modelo físico convincente para el primer 10-33 segundo del universo, antes del cambio de fase que forma parte de la teoría de unificación grande. En el "primer instante", la teoría gravitacional de Einstein predice una singularidad gravitacional en donde las densidades son infinitas. Para resolver esta paradoja física, hace falta una teoría de la gravedad cuántica. La comprensión de este período de la historia del universo figura entre los mayores problemas no resueltos de la física.
En su forma actual, la teoría del Big Bang depende de tres suposiciones:
1. La universalidad de las leyes de la físicas, en particular de la teoría de la relatividad general
2. El principio cosmológico
3. El principio de Copérnico
Inicialmente, estas tres ideas fueron tomadas como postulados, pero actualmente se intenta verificar cada una de ellas. La universalidad de las leyes de física ha sido verificada al nivel de las más grandes constantes físicas, llevando su margen de error hasta el orden de 10-5. La isotropía del universo que define el principio cosmológico ha sido verificada hasta un orden de 10-5. Actualmente se intenta verificar el principio de Copérnico observando la interacción entre grupos de galaxias y el CMB por medio del efecto Sunyaev-Zeldovich con un nivel de exactitud del 1 por ciento.
La teoría del Big Bang utiliza el postulado de Weyl para medir sin ambigüedad el tiempo en cualquier momento en el pasado a partir del la época de Planck. Las medidas en este sistema dependen de coordenadas conformales, en las cuales las llamadas distancias codesplazantes y los tiempos conformales permiten no considerar la expansión del universo para las medidas de espacio-tiempo. En ese sistema de coordenadas, los objetos que se mueven con el flujo cosmológico mantienen siempre la misma distancia codesplazante, y el horizonte o límite del universo se fija por el tiempo codesplazante.
Visto así, el Big Bang no es una explosión de materia que se aleja para llenar un universo vacío; es el espacio-tiempo el que se extiende. Y es su expansión la que causa el incremento de la distancia física entre dos puntos fijos en nuestro universo. Cuando los objetos están ligados entre ellos (por ejemplo, por una galaxia), no se alejan con la expansión del espacio-tiempo, debido a que se asume que las leyes de la física que los gobiernan son uniformes e independientes del espacio métrico. Más aún, la expansión del universo en las escalas actuales locales es tan pequeña que cualquier dependencia de las leyes de la física en la expansión no sería medible con las técnicas actuales.
En general, se consideran tres las evidencias empíricas que apoyan la teoría cosmológica del Big Bang. Éstas son: la expansión del universo que se expresa en la Ley de Hubble y que se puede apreciar en el corrimiento hacia el rojo de las galaxias, las medidas detalladas del fondo cósmico de microondas, y la abundancia de elementos ligeros. Además, la función de correlación de la estructura a gran escala en el universo encaja con la teoría del Big Bang.
El Big Bang como teoría científica no se encuentra asociado con ninguna religión. Mientras algunas interpretaciones fundamentalistas de las religiones entran en conflicto con la historia del universo postulada por la teoría del Big Bang, la mayoría de las interpretaciones son liberales. A continuación sigue una lista de varias interpretaciones religiosas de la teoría del Big Bang (que son hasta cierto punto incompatibles con la propia descripción científica del mismo):
-En la Biblia cristiana aparecen dos versículos que hablarían del big bang y el big crunch: «Él está sentado sobre el círculo de la tierra, cuyos moradores son como langostas; él extiende los cielos como una cortina, los despliega como una tienda para morar» (Isaías 40.22). «Y todo el ejército de los cielos se disolverá, y se enrollarán los cielos como un libro; y caerá todo su ejército como se cae la hoja de la parra, y como se cae la de la higuera» (Isaías 34.4).
-La Iglesia Católica Romana ha aceptado el Big Bang como una descripción del origen del Universo. Se ha sugerido que la teoría del Big Bang es compatible con las vías de santo Tomás de Aquino, en especial con la primera de ellas sobre el movimiento, así como con la quinta.
-Algunos estudiantes del Kabbalah, el deísmo y otras fes no antropomórficas, concuerdan con la teoría del Big Bang, conectándola por ejemplo con la teoría de la "retracción divina" (tzimtzum) como es explicado por el judío Moisés Maimónides.
-Algunos musulmanes modernos creen que el Corán hace un paralelo con el Big Bang en su relato sobre la creación: « ¿No ven los no creyentes que los cielos y la Tierra fueron unidos en una sola unidad de creación, antes de que nosotros los separásemos a la fuerza? Hemos creado todos los seres vivientes a partir del agua» (capítulo 21, versículo 30). El Corán también parece describir un universo en expansión: «Hemos construido el cielo con poder, y lo estamos expandiendo» (52.47).
-Algunas ramas teístas del hinduismo, tales como las tradiciones vishnuistas, conciben una teoría de la creación con ejemplos narrados en el tercer canto del Bhagavata Purana (principalmente, en los capítulos 10 y 26), donde se describe un estado primordial se expande mientras el Gran Vishnú observa, transformándose en el estado activo de la suma total de la materia (prakriti).
-El budismo posee una concepción del universo en el cual no hay un evento de creación. Sin embargo, no parece ser que la teoría del Big Bang entrara en conflicto con la misma, ya que existen formas de obtener un universo eterno según el paradigma. Cierto número de populares filósofos Zen estuvieron muy interesados, en particular, por el concepto del universo oscilante.

4. ¿A toda o a una parte? La poderosa intuición de Plotino le induce a suponer la existencia de una materia oscura oculta. A buen seguro, el filósofo de Licópolis no podía figurarse entonces que había tocado uno de los problemas fundamentales de la física contemporánea. Pero si leemos y releemos la obra de Plotino, intuimos en ella una premonición de la moderna física teórica que a veces resulta sorprendente. Por eso, puesto que Plotino la cita, creemos conveniente decir un par de cosas sobre este asunto.
En astrofísica y cosmología física se denomina materia oscura a la materia hipotética de composición desconocida que no emite o refleja suficiente radiación electromagnética para ser observada directamente con los medios técnicos actuales pero cuya existencia puede inferirse a partir de los efectos gravitacionales que causa en la materia visible, tales como las estrellas o las galaxias, así como en las anisotropías del fondo cósmico de microondas. No se debe confundir la materia oscura con la energía oscura. De acuerdo con las observaciones actuales de estructuras mayores que una galaxia, así como la cosmología del Big Bang, la materia oscura constituye la gran mayoría de la masa en el Universo observable. Fritz Zwicky la utilizó por primera vez para declarar el fenómeno observado consistente con las observaciones de materia oscura como la velocidad rotacional de las galaxias y las velocidades orbitales de las galaxias en los cúmulos, las lentes gravitacionales de objetos de fondo por los cúmulos de galaxias así como el Cúmulo Bala (1E 0657-56) y la distribución de temperatura de gas caliente en galaxias y cúmulos de galaxias. La materia oscura también juega un papel central en la formación de estructuras y la evolución de galaxias y tiene efectos mensurables en la anisotropía de la radiación de fondo de microondas. Todas estas líneas de pruebas sugieren que las galaxias, los cúmulos de galaxias y el Universo como un todo contienen mucha más materia que la que interactúa con la radiación electromagnética: lo restante es llamado "el componente de materia oscura".
La composición de la materia oscura se desconoce, pero puede incluir neutrinos ordinarios y pesados, partículas elementales recientemente postuladas como los WIMPs y los axiones, cuerpos astronómicos como las estrellas enanas y los planetas (colectivamente llamados MACHOs) y las nubes de gases no luminosos. Las pruebas actuales favorecen los modelos en que el componente primario de la materia oscura son las nuevas partículas elementales llamadas colectivamente materia oscura no bariónica.
El componente de materia oscura tiene bastante más masa que el componente "visible" del Universo. En el presente, la densidad de bariones ordinarios y la radiación en el Universo se estima que son equivalentes aproximadamente a un átomo de hidrógeno por metro cúbico de espacio. Sólo aproximadamente el 5% de la densidad de energía total en el Universo (inferido de los efectos gravitacionales) se puede observar directamente. Se piensa que entorno al 23% está compuesto de materia oscura. El 72% restante se piensa que consiste de energía oscura, un componente incluso más extraño, distribuido difusamente en el espacio. Alguna materia bariónica difícil de detectar realiza una contribución a la materia oscura, aunque algunos autores defienden que constituye sólo una pequeña porción. Aun así, hay que tener en cuenta que del 5% de materia bariónica estimada, la mitad de ella todavía no se ha encontrado, por lo que se puede considerar materia oscura bariónica: Todas las estrellas, galaxias y gas observable forman menos de la mitad de los bariones que se supone debería haber y se cree que toda esta materia puede estar distribuida en filamentos gaseosos de baja densidad formando una red por todo el universo y en cuyos nodos se encuentran los diversos cúmulos de galaxias. Recientemente (mayo 2008) el telescopio XMM-Newton de la agencia espacial europea ha encontrado pruebas de la existencia de dicha red de filamentos.
La determinación de la naturaleza de esta masa ausente es uno de los problemas más importantes de la cosmología moderna y la física de partículas. Se ha puesto de manifiesto que los nombres "materia oscura" y la "energía oscura" sirven principalmente como expresiones de nuestra ignorancia, casi como los primeros mapas etiquetados como "Terra incognita".
En la cultura popular representada por algunos videojuegos y otros trabajos de ficción aparecen menciones a la materia oscura. En tales casos, normalmente se le atribuyen propiedades físicas o mágicas extraordinarias. Tales descripciones a menudo son inconsistentes con las propiedades de la materia oscura propuestas en la física y la cosmología. Por ejemplo:
-La serie de televisión Futurama, en la que la materia oscura es maloliente, sirve de combustible a las naves espaciales y es tan pesada que 10 cm³ pesan más de 5000 kilogramos.
-En el videojuego de GBA Golden Sun: La Edad Perdida, la materia oscura aparece como un material que puede ser utilizado para fabricar armas y escudos.
-En el videojuego de Wii Super Mario Galaxy, la materia oscura aparece con la propiedad de crear agujeros en suelos, agujeros que "proyectan" la materia oscura, y finalmente, con una propiedad particular de desintegrar a quien la toque (en este caso Mario o Luigi).
-En el videojuego MMORPG Maple Story, la materia oscura aparece como un objeto que se consigue por Cash, que con la culminación de ciertas misiones, dan ciertos equipamentos y armas raras y ventajosas.
-En la saga Final fantasy la materia oscura es un item usado para crear pociones, armas, otros tipos de artefactos.

5. En filosofía, la ontología (del griego οντος, genitivo del participio del verbo ειμι, ser, estar y λóγος, ciencia, estudio, teoría) es una disciplina que la Escolástica medieval identifica con la Metafísica . Ella es considerada, tal vez, como las más importantes disciplinas filosóficas, que estudia lo que es en tanto que es y existe como sub-stantia de los fenómenos. Por ello la metafísica es muchas veces, más erróneamente, estimada como ontología, teoría del ser, es decir, el estudio de todo lo que es: qué es, cómo es y cómo es posible. La ontología se ocupa de la definición del ser y de establecer las categorías fundamentales o modos generales de ser de las cosas a partir del estudio de sus propiedades, estructuras y sistemas . Tradicionalmente, gracias a la Escolástica medieval, se le conoce como una rama de la Metafísica y se ocupa de cuestiones como la existencia de los entes, cómo esos entes pueden ser clasificados dentro de una jerarquía, y subdivididos de acuerdo a similitudes y diferencias.
Por ello, trata de escribir o proponer las categorías y relaciones básicas del ser o la existencia para definir las entidades y de qué tipo son. Las entidades comprenden los objetos, las personas, los conceptos, las ideas, las cosas, etc. En cierto modo, reflexiona sobre las concepciones de la realidad, sus relaciones y características.
Discípulos de Aristóteles utilizaron el término metafísica por primera vez (literalmente quiere decir "después de la física") para referirse a lo que su maestro describió como "la ciencia del ser qua ser", posteriormente conocida como ontología. "Qua" significa "en la capacidad de". Por consiguiente, la ontología es la investigación del ser en tanto que ser, o del ser en general, más allá de cualquier cosa en particular que es o existe. Es también el estudio de los seres en la medida en que existen, y no en la medida en que hechos particulares obtienen de ellos o propiedades particulares para ellos. Tome cualquier cosa que pueda encontrar en el mundo, y obsérvelo, no como a una mascota o a una rebanada de pizza, o a una silla o a un presidente, sino simplemente como algo que es. Más específicamente, la ontología se encarga de determinar qué categorías del ser son fundamentales y se pregunta si a los objetos en esas categorías se les puede calificar de “seres”, y en qué sentido.
Algunos filósofos, sobre todo de la escuela de Platón, sostienen que todos los sustantivos se refieren a entidades existentes. Otros afirman que los sustantivos no siempre nombran entidades, sino que ofrecen una forma de referencia a una colección de objetos o sucesos. En este sentido, la mente, en lugar de referirse a una entidad, se refiere a una colección de sucesos mentales experimentados por una persona.
Al parecer el primero en usar la expresión “ontología" (aunque con carácteres griegos) en sentido filosófico fue Rodolfo Goclenio en obra “Lexicon philosophicum, quo tanquam clave philosophiae fores aperiuntur” en el año 1613. Se afirma allí que la ontología es la filosofía del ente.
Después de diversos usos y su paso a caracteres latinos, Leibniz usa la expresión en su Introductio ad Encyclopaediam arcanam y la define como “ciencia de lo que es y de la nada, del ente y del no ente, de las cosas y de sus modos, de la sustancia y del accidente”.
Ya como término técnico la encontramos en la obra Ontologia sive de ente in genere de Jean Le Clerc publicada en 1692. Y Christian Wolff la populariza definiéndola como “ciencia del ente en general, en cuanto que ente”. Afirma que usa un método demostrativo o deductivo y analiza los predicados que corresponden al ente en cuanto ente.
Todos estos sentidos contribuyeron a identificarla en la práctica con la metafísica.
Dada la acepción cada vez más restringida que la ontología iba tomando, dentro de la Neoescolástica quedó como una investigación de las propiedades llamadas Trascendentales. De ahí que Kant pueda afirmar –trasladando esta noción a su propia filosofía–, que la ontología es el estudio de los conceptos a priori que residen en el entendimiento y tienen su uso en la experiencia, llevando la noción hacia un sentido más inmanentista.
Husserl
Según Husserl la ontología es una ciencia de las esencias que puede ser formal o material. La primera se dedica a las esencias formales, es decir, a las propiedades de todas las esencias. Las ontologías materiales tratan de esencias materiales y se restringen según los modos de sus objetos. Por tanto, son llamadas también “ontologías regionales” Obviamente la ontología formal abarca todas las materiales e incluso las del ser...
Heidegger
Heidegger afirma que existe una ontología fundamental que es llamada “metafísica de la existencia” que se encarga de descubrir “la constitución del ser de la existencia”. La ontología se refiere entonces a las condiciones de posibilidad de las existencias o al ser mismo en su apertura originaria. Además, insiste en diferenciar la metafísica de la ontología, alegando que son radicalmente distintas, pues la primera confunde ser con ente; mientras que la segunda, parte precisamente del hecho de que son diferentes.
Hartmann
Partiendo de una crítica de la noción de ontología como metafísica y con ella de toda la escolástica, Hartmann afirma que la ontología es en realidad la crítica que permite descubrir los límites de la metafísica y qué contenidos pueden ser considerados racionales o inteligibles.

6. Logos (en griego λóγος) significa: la palabra en cuanto meditada, reflexionada o razonada, es decir: "Razonamiento", "Argumentación", "Habla" o "Discurso". También puede ser entendido como: "Inteligencia", "Pensamiento","Ciencia", "Estudio", "Sentido".
Significado filosófico
Heráclito utiliza esta palabra en su teoría del ser, diciendo: "No a mí, sino habiendo escuchado al logos, es sabio decir junto a él que todo es uno." Tomando al logos como la gran unidad de la realidad, acaso lo real, Heráclito pide que la escuchemos, es decir, que esperemos que ella se manifieste sola en lugar de presionar.
El ser de Heráclito, entendido como logos, es la Inteligencia que dirige, ordena y da armonía al devenir de los cambios que se producen en la guerra que es la existencia misma. Se trata de una inteligencia sustancial, presente en todas las cosas. Cuando un ente pierde el sentido de su existencia se aparta del Logos
Significado teológico
En el prólogo del Evangelio de Juan, se menciona al Λóγος, identificándolo como a la persona espiritual con Dios en el principio de la creación. Juan 1:1 dice:
εν αρχη ην ο λογος και ο λογος ην προς τον θεον και θεος ην ο λογος
en el principio era el logos y el logos era con Dios el logos era Dios
Muchas interpretaciones han surgido en torno al significado del Logos en este versículo. Algunos lo relacionaron con el Logos de la filosofía griega y la judeohelenística de Filón de Alejandría quien precisamente utiliza -antes de del siglo I- la palabra griega Λógos para significar la sabiduría y, especialmente, la razón inherente a Dios, luego del siglo I y a partir del Evangelio según Juan Λóγος (traducido al latín como Verbum) obtiene una significación cristiana. Los gnósticos se inclinaron más por el primer componente. Los cristianos apologistas del siglo II, veían en él al Hijo de Dios, pero algunos como Tertuliano, diferenciaban entre el Logos como atributo interno en Dios, y otro el Logos que engendró Dios, que se tornaría en una persona. Otros teólogos lo entendían ontológicamente como "la razón de Dios" e inseparable de él. Los que se oponían a esta visión alegaban que al Logos se le predica sin artículo definido en Griego, y esto indicaría para algunas opiniones que este Logos era un "segundo Dios"(δευτερος θεος) (véase Orígenes de Alejandria), pero no el Dios Todopoderoso, El Dios (ο θεος), que lleva artículo definido.
El Logos es interpretado como aquello que existía desde el principio (αρχη/arkhé) con Dios (con mayúscula, porque es el nombre propio). La palabra admite más de treinta acepciones, no obstante y según san Agustín antes de la existencia de Dios no existía el tiempo, lo que convierte a la Razón en la energía del Universo.

7. Palabra utilizada por Platón al referirse a la capacidad que tiene el alma para recordar la esencia que esta pierde al entrar a un nuevo cuerpo. Este fenómeno se presenta mediante el uso de la dialéctica.

8. En varios diálogos (Fedón, Fedro y Gorgias), Platón relata la vida del más allá, la escatología del alma.
Después de la muerte, las almas humanas son juzgadas por un tribunal presidido por el rey Minos; aquellas cuya purificación es total, vuelven a la región de las Ideas, donde son eternamente felices. Las almas que no están totalmente purificadas, van a los Campos Elíseos, una especie de paraíso donde la felicidad no es completa. Las almas que no han iniciado su proceso de purificación, se dirigen a un lugar infernal, el Hades, donde son castigadas. Pasado el tiempo de purificación, salen de los Campos Elíseos o del Hades, para ser nuevamente juzgadas ante las Tres Parcas, que rigen el destino de los hombres; cada alma elige su nueva reencarnación, en un filósofo, un guerrero, en un pastor e incluso en un animal; a pesar de que el filósofo sea el mejor terreno para la purificación, sin embargo las almas cegadas aún por las pasiones, eligen todo tipo de reencarnaciones, incluso algunas prefieren reencarnarse en animales para evitar los sufrimientos de la vida humana.
Antes de reencarnarse todas las almas beben agua del río Ameles olvidando de este modo su vida anterior, y reinician el proceso de purificación hasta su retorno al mundo de las Ideas
El término escatología proviene del griego ésjatos: ‘último’ y logos: ‘estudio’. Es decir, trata de los ésjata, o realidades últimas.
Ampliando esta definición se puede decir que la escatología es también el tratado de las esperanzas últimas de una religión o sistema filosófico.
Algunas definiciones más complementarias lo conceptualizan de esta manera:
-Es la doctrina de las cosas últimas del mundo y del hombre. Las cosas últimas son la muerte, el juicio final, el infierno y la gloria o cielo (según el Lexicón alemán).
-Es el estudio teológico de las realidades últimas, es decir, posteriores a la vida terrenal del hombre y a la historia humana (según el P. Cándido Pozo).
-Es la reflexión creyente sobre el futuro de la promesa, aguardado por la esperanza cristiana (según J. R. de la Peña).
Escatología y escatología
En español, la escatología significa dos cosas completamente diferentes: el ‘conjunto de creencias referentes al fin de los tiempos’ (de ésjatos: ‘último’) y también el ‘estudio del excremento’ (de skatós: ‘excremento’). Para los ingleses, nuestro sonido j se escribe como una h o más claramente como una kh, como en Akhenaton (nuestro Ajenatón), Khakasia (Jakasia), Kharkov (Járkov), Khartum (Jartum) o Khuzestan (Juzestán). Sin embargo, los eruditos españoles trasliteraron involuntariamente dos fonemas distintos (la k y la kh inglesa) con la misma letra (c), por lo que los dos conceptos distintos quedaron homónimos.
Es notable la aclaración que hace el escritor y sacerdote católico Leonardo Castellani:
“Esjatológico: ¿por qué escatológico con jota? Porque así debe ser. Hay dos palabras morfológicamente parecidas en español: “escatológico”, que significa pornográfico —de scatós, término griego que significa ‘excremento’— y “esjatológico”, que significa ‘noticia de lo último’ —de ésjaton, ‘lo último’— las cuales son confundidas hoy día, por descuido o posdescuido o ignorancia o periodismo, incluso en los diccionarios (Espasa, Julio Casares); de modo que risueñamente el apóstol San Juan resulta un escritor ¡pornográfico o excremental! Yo hago buen uso; si el buen uso se restaura, mejor, sino, paciencia. Poco cuidado con nuestra lengua se tiene hoy día”. Leonardo Castellani, El Apokalypsis de san Juan (pág. 313). Buenos Aires: Dictio, 1977.

Para un estudio concreto se divide en:
-Escatología general o anteposhistórica (que quiere decir, antes del fin de la historia): se ocupa del destino de la humanidad y del universo.
-Escatología particular o posmortuoria: se ocupa del estado del ser humano después de su muerte.
En un sentido más estricto, implica una visión lineal histórica que inicia en un momento concreto que va hacia el fin de todo lo que existe.
Hay diversas referencias escatológicas en la mitología egipcia, griega, romana y escandinava en las cuales se da más importancia al hombre que al universo, así como la existencia del juicio final, el cielo y el infierno.
Cada religión tiene su propia visión escatológica, así como en la mitología, según cómo se interprete el devenir de los tiempos.

9. El toro de Falaris es un instrumento de tortura cuya invención se atribuye a Falaris, tirano de Agrakas (la actual Agrigento), que murió en el año 554 a. C. La leyenda cuenta que su diseñador Perillos, murió siendo introducido en su propia creación por los subordinados de Falaris.
Los ajusticiados se introducían en el interior de una efigie de bronce hueca con forma de toro. La efigie se colocaba encima de una hoguera, con lo que la temperatura del interior aumentaba como en un horno. Los alaridos y los gritos de las víctimas salían por la boca del toro, haciendo parecer que la figura mugía.

10. Filón de Alejandría (Alejandría, hacia 20 a. C. - hacia 50), también llamado Filón el Judío, es uno de los filósofos más renombrados del judaísmo helénico.
Se sabe poco sobre la vida de Filón y, en general, la mayoría de los datos biográficos proceden de su propia obra, en especial de su libro autobiográfico Legatio ad Caium (Embajada a Cayo), así como del libro Antigüedades judías, de Flavio Josefo (XVIII. 8, § 1; comp. ib. XIX. 5, § 1; XX. 5, § 2). El único dato de su biografía que puede fecharse con seguridad es su intervención en la embajada que los judíos alejandrinos enviaron al emperador romano Calígula para solicitar su protección contra los ataques de los griegos de la ciudad, y para rogarle que no reclamara ser honrado como un dios por los judíos. Esto tuvo lugar en el año 40. No se conocen las fechas exactas de su nacimiento ni de su muerte.
El pensamiento de Filón concilia la filosofía griega y el judaísmo, que intenta armonizar mediante el método alegórico, que toma tanto de la tradición exegética judía como de la filosofía estoica. Su obra no tuvo gran aceptación ni entre los judíos ni entre los griegos. Sin embargo, fue recibida con entusiasmo por los primeros cristianos, que llegaron a tenerle por uno de los suyos. Eusebio de Cesarea llegó a creer que los Therapeutae, un grupo de ermitaños judíos de vida ascética que habitaban en el desierto egipcio que Filón describe en De vita contemplativa, eran en realidad una secta cristiana.
Filón fue un autor muy prolífico. Se conservan cerca de cincuenta escritos, algunos sólo en su traducción latina o armenia. Al menos 20 o 25 de sus tratados se han perdido, de acuerdo al listado de sus obras presente en Eusebio de Cesarea (Cf. H.E. II 18,1-8). En la actualidad, las obras de Filón se suelen dividir en tres grupos, a saber: 1) tratados sobre la Ley Judía; 2) obras apologéticas, y 3) tratados filosóficos.
Tratados sobre la Ley. Estas obras consisten fundamentalmente en un comentario al Pentateuco. Destaca sobre todo el Comentario alegórico sobre las Santas Leyes (en griego, Νόμων Ἱερῶν Ἀλληγορίαι; en latín, Legum Allegoriae), interpretación alegórica de los capítulos 2, 3 y 4 del Génesis (posiblemente existiera también un comentario sobre el capítulo 1, que puede haberse perdido). Filón suele interpreta la narración bíblica como alegoría del desarrollo del alma humana.
-De vita Moysis, en 2 libros, obra biográfica sobre Moisés como legislador, predicador y profeta.
-De opificio mundi, comentario al Génesis (1-3), fundamentación cosmológica de la ley.
-De Abrahamo (die Erzväter als leibhaftiges ungeschriebenes Gesetz)
-De Iosepho, postula a José como modelo de político.
-De decalogo, interpretación alegórica de la ley.
-De specialibus legibus, en 4 libros (comentario especial a la ley)
-De virtutibus, virtudes como el valor, la amistad entre los hombres y la penitencia.
-De praemiis et poenis. De benedictionibus et exsecrationibus
Comentarios alegóricos al Génesis:
-Legum allegoriae, en 3 libros (libro 1: Gen 2,1-17; libro 2: Gen 2,18-3,1a; libro 3: Gen 3,8b-19)
-De Cherubim (Gen 3,24; 4,1)
-De sacrificiis Abelis et Caini (Gen 4,2-4)
-Quod deterius potiori insidiari soleat (Gen 4,8-15)
-De posteritate Caini (Gen 4,16-25)
-De gigantibus (Gen 6,1-4)
-Quod Deus immutabilis sit (Gen 6,4-12)
-De agricultura (Gen 9,20a)
-De plantatione (Gen 9,20b)
-De ebrietate (Gen 9,21)
-De sobrietate (Gen 9,24-27)
-De confusione linguarum (Gen 11,1-9)
-De migratione Abrahami (Gen 12,1-6)
-Quis divinarum rerum heres sit (Gen 15,2-18)
-De congressu eruditionis gratia (Gen 16,1-6)
-De fuga et inventione (Gen 16,6-14)
-De mutatione nominum (Gen 17,1-22)
-De Deo (se conserva sólo en traducción armenia) (Gen 18,2)
-De somniis, en 5 libros de los cuales se conservan sólo 2 (Los sueños en Gen 28,12ss; 31,11ss.; 37; 40s.)
-Quaestiones et Solutiones in Genesim, problemas aislados de interpretación en un esquema de pregunta y respuesta.
-Quaestiones et Solutiones in Exodum (ibidem)
Obras históricas y apologéticas
-In Flaccum, persecución en Alejandría de los judíos bajo Flaco.
-Legatio ad Gaium, persecución de los judíos en Alejandría y delegación a Roma del año 39/40 d. C.
-De vita contemplativa, descripción de comunidad de los terapeutas en las cercanías de Alejandría.
-Apologia pro Iudaeis/Hypothetica, descripción de la procedencia, costumbres y leyes de los judíos.
Tratados filosóficos. Los tratados filosóficos más importantes son Sobre la providencia y Sobre la eternidad del mundo, aunque de este último existen dudas sobre su autoría, ya que la idea de la eternidad del mundo está en contradicción con las creencias judaicas.
-Quod omnis probus liber sit, discusión sobre la libertad del ser humano en oposición al pensamiento estoico.
-De aeternitate mundi, defensa de la eternidad del cosmos.
-De providentia, en 2 libros, diálogo estoico sobre la predeterminación.
-De animalibus, conservado en versión aramea, diálogo con Alejandro sobre si los animales tiene razón.
Pensamiento. A partir del siglo III a.C., tuvo lugar el encuentro de la fe judía con la filosofía griega en el contexto de la comunidad judía de Alejandría. Allí los intelectuales hebreos, muy especialmente Filón de Alejandría, concibieron una forma de profundizar en su fe bíblica con los instrumentos de la razón griega. Era una teología convencida de que la fe mosaica y la filosofía griega coincidían en su aspiración a la verdad. A partir de la destrucción de Jerusalén del año 70, el judaísmo interrumpirá ese prometedor diálogo entre fe y razón, y se conformará con elaborar comentarios a la Torah, y a los demás libros de la Escritura.
Para Filón, hay un único Dios, incorpóreo e increado, inaprehensible para la inteligencia humana. Entre el Dios Uno y los hombres se encuentra el Logos (λόγος), expresión de la actividad intelectiva del Dios Uno, al que se debe la creación del mundo. Es el intermediario entre Dios y los hombres. Es el más antiguo de los seres; es el hijo primogénito de Dios; es la imagen de éste. El Logos, sin embargo, es inferior a Dios, se halla en la frontera que separa la creación de lo creado. No es ingénito como Dios, ni engendrado como los hombres, sino intermedio entre los dos extremos.
Por debajo del Logos se encuentran las Potencias (atributos divinos), por medio de las cuales el Dios Uno actúa sobre el mundo.
Es un precedente del neoplatonismo de Plotino.
Javier Del Arco
| Lunes, 20 de Abril 2009

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