Cada año producen 6.000 millones de tejanos que han de ser tratados para adquirir el aspecto deseado. Imagen: Nasirkhan.
Tecnología española al servicio de la moda que evita contaminación de las aguas y el lavado a la arena.
Esto es lo que ha conseguido la empresa valenciana Jeanologia, con el desarrollo de una técnica basada en el uso del láser y una lavadora ecológica que destiñe los prendas de denim (algodón utilizado en los vaqueros o jeans) dándoles un acabado 'envejecido'.
Todo ello sin necesidad de acudir a los tradicionales lavados a la piedra o a la arena que son contaminantes para las aguas o para las personas que manipulan los productos utilizados en estos procesos.
Al año en el mundo se fabrican 6.000 millones de jeans que llegan a los consumidores con diferentes acabados: índigo, decolorados, envejecidos...
Para lograr ese aspecto de desgaste, tradicionalmente se acuden a técnicas que se basan en el rozamiento o la corrosión. Para ello, se utiliza el papel de lija, rociar sobre los artículos productos químicos, principalemente lejía, o se aplica a los productos el lavado a la piedra o a la arena.
Esto es lo que ha conseguido la empresa valenciana Jeanologia, con el desarrollo de una técnica basada en el uso del láser y una lavadora ecológica que destiñe los prendas de denim (algodón utilizado en los vaqueros o jeans) dándoles un acabado 'envejecido'.
Todo ello sin necesidad de acudir a los tradicionales lavados a la piedra o a la arena que son contaminantes para las aguas o para las personas que manipulan los productos utilizados en estos procesos.
Al año en el mundo se fabrican 6.000 millones de jeans que llegan a los consumidores con diferentes acabados: índigo, decolorados, envejecidos...
Para lograr ese aspecto de desgaste, tradicionalmente se acuden a técnicas que se basan en el rozamiento o la corrosión. Para ello, se utiliza el papel de lija, rociar sobre los artículos productos químicos, principalemente lejía, o se aplica a los productos el lavado a la piedra o a la arena.
Polvo de piedra pómez directamente al desagüe
El lavado a la piedra se puede realizar introduciendo las prendas mojadas en una lavadora con trozos de piedra volcánica.
La abrasión provoca el desgaste y el agua, con partículas de piedra pómez, se va al desagüe. Es un proceso lento que se puede acelerar utilizando polvo de piedra pómez disuelto en lejía. Entonces, la contaminación resultante es mayor.
El lavado a la arena, que tiene resultados más parecidos al envejeciento natural del algodón por el uso y lavado a lo largo de años, consiste en lanzar agua y arena a alta presión sobre los pantalones hasta envejecerlos adecuadamente.
Un método sencillo, pero devastador no solo para la prenda, sino también para el operario que la manipula. El chorro resultante genera una auténtica nube de polvo de sílice cristalizado, que puede depositarse en sus pulmones si no se adoptan estrictas medidas de seguridad.
Aún así, según denuncia la Federación SETEM en su campaña “Vaqueros Mortales ”, su inhalación acaba produciendo silicosis, esa enfermedad plaga de los mineros.
Esta organización, que agrupa a una decena de ONG de solidaridad internacional, denuncia que el riesgo de contraer silicosis “no se circunscribe sólo a la técnica manual sino también a la mecánica, porque no se aplica el chorro de arena en compartimentos perfectamente estancos, la maquinaria utilizada es vieja y no existen o no se usan los equipos de seguridad necesarios para proteger a los/as trabajadores/as de la inhalación de polvo de sílice”.
En Europa está prohibido este tipo de manipulación desde hace décadas, pero no la venta de este tipo de ropa, así que basta con trasladar el centro de producción hacia otros países con una legislación más laxa o incorporar al proceso productivo tencologías como las inventadas por empresas como la valenciana.
El lavado a la piedra se puede realizar introduciendo las prendas mojadas en una lavadora con trozos de piedra volcánica.
La abrasión provoca el desgaste y el agua, con partículas de piedra pómez, se va al desagüe. Es un proceso lento que se puede acelerar utilizando polvo de piedra pómez disuelto en lejía. Entonces, la contaminación resultante es mayor.
El lavado a la arena, que tiene resultados más parecidos al envejeciento natural del algodón por el uso y lavado a lo largo de años, consiste en lanzar agua y arena a alta presión sobre los pantalones hasta envejecerlos adecuadamente.
Un método sencillo, pero devastador no solo para la prenda, sino también para el operario que la manipula. El chorro resultante genera una auténtica nube de polvo de sílice cristalizado, que puede depositarse en sus pulmones si no se adoptan estrictas medidas de seguridad.
Aún así, según denuncia la Federación SETEM en su campaña “Vaqueros Mortales ”, su inhalación acaba produciendo silicosis, esa enfermedad plaga de los mineros.
Esta organización, que agrupa a una decena de ONG de solidaridad internacional, denuncia que el riesgo de contraer silicosis “no se circunscribe sólo a la técnica manual sino también a la mecánica, porque no se aplica el chorro de arena en compartimentos perfectamente estancos, la maquinaria utilizada es vieja y no existen o no se usan los equipos de seguridad necesarios para proteger a los/as trabajadores/as de la inhalación de polvo de sílice”.
En Europa está prohibido este tipo de manipulación desde hace décadas, pero no la venta de este tipo de ropa, así que basta con trasladar el centro de producción hacia otros países con una legislación más laxa o incorporar al proceso productivo tencologías como las inventadas por empresas como la valenciana.