Una red de observartorios se convierte en el telescopio más potente del mundo

El efecto se consigue combinando las observaciones simultáneas de observatorios repartidos por el globo


Astrónomos de varios países han unido varios radiotelescopios de diversos continentes y conseguido el telescopio virtual más potente del mundo, capaz de distinguir objetos 3.000 veces más pequeños que los que puede observar el Hubble. Su finalidad es desentrañar uno de los misterios fundamentales de la astronomía moderna: cómo es posible que algunas galaxias generen mucha más energía que la que procede de sus estrellas. Por Raúl Morales.


Raúl Morales
06/10/2002

Telescopio de Bonn
Varios equipos de astrónomos han creado un telescopio virtual compartido que se ha convertido en el más potente del mundo, ya que es capaz de distinguir objetos 3.000 veces más pequeños que los que puede observar el Hubble y opera con las ondas de radio más cortas que se han conseguido, de sólo 2 mm.

La proeza se ha conseguido uniendo en red radiotelescopios de diversos continentes, estando implicados dos de Estados Unidos, uno de España, otro de Finlandia y un último de Chile.

La captación simultánea de datos procedentes de la misma fuente cósmica por parte de instrumentos repartidos por el globo terráqueo y su posterior análisis conjunto en un superordenador, es lo que realmente convierte a este telescopio virtual en el más potente del mundo.

Los socios principales del proyecto son la Universidad de Arizona, el Instituto Tecnológico de Massachussets, MIT el, Instituto de Radioastronomía Max Planck de Bonn, el Instituto de radioastronomía milimétrica IRAM, de Francia, así como el radio-observador Metsahovi de Finlandia y el radiotelescopio SEST de Suecia.

El mayor misterio astronómico

La resolución alcanzada por el nuevo telescopio virtual es equivalente a ver desde Nueva York los hoyos de un campo de golf en California. El telescopio virtual está especialmente diseñado para averiguar cómo las galaxias activas llegan a producir cantidades increíbles de energía, mucha más de la que generan todas sus estrellas reunidas, lo que representa uno de los misterios fundamentales de la astronomía moderna.

Para aumentar la capacidad del telescopio, los científicos programan los instrumentos de los distintos continentes para poder registrar las emisiones de radio del mismo objeto al mismo tiempo, usando para ello una técnica llamada interferometría de fondo (VLBI).

Los datos, obtenidos simultáneamente por el uso de relojes atómicos muy exactos, son luego registrados en cintas magnéticas que son analizadas después conjuntamente en un superordenador, que es el que en realidad se convierte en el radiotelescopio virtual

Los informes de las primeras pruebas del telescopio virtual fueron presentados en junio pasado en la conferencia anual de la red europea VLBI que tuvo lugar en Bonn, Alemania. El proyecto se ha desarrollado en el último año.







Raúl Morales
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