Concepto desarrollado por Inforges Consultores S.L.
Viajar a Egipto es una experiencia para muchos irrepetible. Es un viaje de iniciación y revelación. Descubrir que hace tantos de años ya estaba “casi todo” inventado nos ayuda a ponernos a nosotros, nuestra civilización y nuestra propia experiencia personal -con todos sus problemas y avatares- en perspectiva.
Como consultores de gestión, venimos hablando de muchos temas de gestión y organización de la Pyme: gestión del cambio, gestión del conocimiento, protocolo familiar, plan estratégico, business intelligence, balanced scorecard (cuadro de mando integral), retribución variable, plan de carrera... Algunos son conceptos novedosos, otros ya sabemos lo que significan y algunos ya los hemos aplicado.
Todos estos elementos conforman el proceso de profesionalización de la Pyme. Este proceso implica cambios profundos en la forma de trabajo. Una empresa de quince empleados difiere notablemente de una de cincuenta, aunque no lo parezca. La complejidad es exponencial... cada vez que se incorpora una persona nueva en la empresa, los retos de comunicación y organización se multiplican... y como queremos y debemos crecer, necesitamos adaptarnos a la nueva dimensión y las nuevas necesidades de gestión que nos van a surgir.
Mayor complejidad
A medida que aumenta la dimensión de la empresa el reto de comunicación y coordinación es más grande. Por eso es necesario tener definido un rumbo claro (Plan Estratégico), contar con un Cuadro de Mando o indicadores para verificar que se camina en la dirección adecuada (“Business Intelligence”, “Balanced Scorecard”) y contar con herramientas de seguimiento (Comités, Evaluación del desempeño) y orientación (Formación, Objetivos e Incentivos Salariales)... Los consultores y gurús del marketing y la gestión han desarrollado estos conceptos porque nos ayudan en dicho camino; son las herramientas que ayudan a realizar la transformación de la pequeña empresa en mediana y de ésta en grande.
Para resumir todos estos conceptos utilizamos la Pirámide Doble de la Empresa familiar. La Pirámide describe la estructura de dirección y la de gobierno, distingue propiedad (arriba) y gestión (abajo) y ayuda a entender las necesidades reales de cada empresa. También ilustra las necesidades de nuevas herramientas de comunicación, gestión, alineación de objetivos y coordinación a medida que la empresa crece en su volumen y madura en su estructura accionarial. Como el proceso es paulatino, el empresario puede no percibirlo, pero está ahí y es un proceso inexorable. El empresario debe entender y sobre todo gestionar el cambio para que la empresa siga adelante.
La Pirámide nos ayuda así a entender que la complejidad es inherente a la nueva dimensión del negocio y nos ayuda a explicar cómo la información es el cemento que une y el aceite que engrasa esta maquinaria que llamamos empresa.
Nuevas formas de trabajo
¿Es necesaria toda esta complejidad? Sólo podemos responder que definitivamente, sí. Sin formas adecuadas de comunicación, sin una organización clara, sin un rumbo marcado no se puede mover una empresa de cierta dimensión. Lo que antes era posible de una forma sencilla, hoy no lo va a poder ser si no adoptamos nuevas formas de trabajo. Si además de la empresa, profesionalizamos la propiedad, nos encontramos con más conceptos: algunas son los mismos que utilizamos en la pirámide “inferior” pero otros son específicos de la pirámide superior (Protocolo Familiar, Plan de Sucesión, Consejo de Administración, Gobierno de la Empresa)
Muchos empresarios y propietarios de Pymes han encontrado en la Pirámide una forma sencilla de entender lo que les está ocurriendo y de explicar que trabajar en paralelo en la profesionalización de ambas pirámides y en las herramientas de información, es imprescindible para cerrar el círculo del cambio.
Muchas empresas acometen proyectos específicos o segmentados que sólo atacan parte del desafío y olvidan otras, no menos importantes. Así, es común encontrar empresas con un Protocolo Familiar no implantado a pesar de haber sido cuidadosamente redactado, con herramientas de Inteligencia no explotadas, o que han arrancado su Consejo de Administración sin la información pertinente, por lo que se ha vuelto inútil y acaban por abandonarlo. ¿Se han equivocado en emprender el camino del cambio? No, pero está claro que si no se tocan todos los “palillos” necesarios a la vez, es muy difícil gestionar la nueva empresa que se ha ido creando.
Al hablar de los conceptos aplicables a la gestión empresarial, conocer la metodología y la terminología es importante, pero más importante es entender la relación entre los conceptos, su utilidad y sobre todo su aplicación en nuestra empresa... Al final, son los ladrillos para nuestra Pirámide y es necesario conocerlos todos e ir aplicándolos a medida que sea necesario, en un proceso que no termina nunca...
En cuanto a Usted, ¿ya ha estado en Egipto?
Javier Fernández Gallardo es Socio-Director de Inforges Consultores.
Como consultores de gestión, venimos hablando de muchos temas de gestión y organización de la Pyme: gestión del cambio, gestión del conocimiento, protocolo familiar, plan estratégico, business intelligence, balanced scorecard (cuadro de mando integral), retribución variable, plan de carrera... Algunos son conceptos novedosos, otros ya sabemos lo que significan y algunos ya los hemos aplicado.
Todos estos elementos conforman el proceso de profesionalización de la Pyme. Este proceso implica cambios profundos en la forma de trabajo. Una empresa de quince empleados difiere notablemente de una de cincuenta, aunque no lo parezca. La complejidad es exponencial... cada vez que se incorpora una persona nueva en la empresa, los retos de comunicación y organización se multiplican... y como queremos y debemos crecer, necesitamos adaptarnos a la nueva dimensión y las nuevas necesidades de gestión que nos van a surgir.
Mayor complejidad
A medida que aumenta la dimensión de la empresa el reto de comunicación y coordinación es más grande. Por eso es necesario tener definido un rumbo claro (Plan Estratégico), contar con un Cuadro de Mando o indicadores para verificar que se camina en la dirección adecuada (“Business Intelligence”, “Balanced Scorecard”) y contar con herramientas de seguimiento (Comités, Evaluación del desempeño) y orientación (Formación, Objetivos e Incentivos Salariales)... Los consultores y gurús del marketing y la gestión han desarrollado estos conceptos porque nos ayudan en dicho camino; son las herramientas que ayudan a realizar la transformación de la pequeña empresa en mediana y de ésta en grande.
Para resumir todos estos conceptos utilizamos la Pirámide Doble de la Empresa familiar. La Pirámide describe la estructura de dirección y la de gobierno, distingue propiedad (arriba) y gestión (abajo) y ayuda a entender las necesidades reales de cada empresa. También ilustra las necesidades de nuevas herramientas de comunicación, gestión, alineación de objetivos y coordinación a medida que la empresa crece en su volumen y madura en su estructura accionarial. Como el proceso es paulatino, el empresario puede no percibirlo, pero está ahí y es un proceso inexorable. El empresario debe entender y sobre todo gestionar el cambio para que la empresa siga adelante.
La Pirámide nos ayuda así a entender que la complejidad es inherente a la nueva dimensión del negocio y nos ayuda a explicar cómo la información es el cemento que une y el aceite que engrasa esta maquinaria que llamamos empresa.
Nuevas formas de trabajo
¿Es necesaria toda esta complejidad? Sólo podemos responder que definitivamente, sí. Sin formas adecuadas de comunicación, sin una organización clara, sin un rumbo marcado no se puede mover una empresa de cierta dimensión. Lo que antes era posible de una forma sencilla, hoy no lo va a poder ser si no adoptamos nuevas formas de trabajo. Si además de la empresa, profesionalizamos la propiedad, nos encontramos con más conceptos: algunas son los mismos que utilizamos en la pirámide “inferior” pero otros son específicos de la pirámide superior (Protocolo Familiar, Plan de Sucesión, Consejo de Administración, Gobierno de la Empresa)
Muchos empresarios y propietarios de Pymes han encontrado en la Pirámide una forma sencilla de entender lo que les está ocurriendo y de explicar que trabajar en paralelo en la profesionalización de ambas pirámides y en las herramientas de información, es imprescindible para cerrar el círculo del cambio.
Muchas empresas acometen proyectos específicos o segmentados que sólo atacan parte del desafío y olvidan otras, no menos importantes. Así, es común encontrar empresas con un Protocolo Familiar no implantado a pesar de haber sido cuidadosamente redactado, con herramientas de Inteligencia no explotadas, o que han arrancado su Consejo de Administración sin la información pertinente, por lo que se ha vuelto inútil y acaban por abandonarlo. ¿Se han equivocado en emprender el camino del cambio? No, pero está claro que si no se tocan todos los “palillos” necesarios a la vez, es muy difícil gestionar la nueva empresa que se ha ido creando.
Al hablar de los conceptos aplicables a la gestión empresarial, conocer la metodología y la terminología es importante, pero más importante es entender la relación entre los conceptos, su utilidad y sobre todo su aplicación en nuestra empresa... Al final, son los ladrillos para nuestra Pirámide y es necesario conocerlos todos e ir aplicándolos a medida que sea necesario, en un proceso que no termina nunca...
En cuanto a Usted, ¿ya ha estado en Egipto?
Javier Fernández Gallardo es Socio-Director de Inforges Consultores.