Una nueva investigación potencia la fiebre del oro en Africa Occidental

Permite determinar mejor la ubicación y la profundidad de los filones


En un artículo publicado en Nature Geoscience, un equipo internacional de científicos cuestiona los conocimientos actuales sobre los orígenes de la tectónica de placas, tras una investigación sobre la historia térmica de los yacimientos de oro de las cuencas de África Occidental que ha aplicado un innovador programa de modelización metamórfica. Esta investigación permite determinar mejor la ubicación y la profundidad de los filones y ofrece aplicaciones prometedoras a los países de esta gran región africana. (IRD/T21)


IRD/T21
29/03/2012

Mapa que muestra la ubicación y movimiento de las placas tectónicas en la corteza terrestre. USGS.
En África Occidental, algunos de los países más pobres del planeta ocultan bajo la sabana un tesoro potencial. A lo largo de centenares de kilómetros, de Senegal al Níger, se extienden inmensas cuencas auríferas. Con el alza de los precios del precioso metal desde hace cinco años, las prospecciones mineras se multiplican. Pero, para que esta fiebre del oro africano pueda continuar, es necesario encontrar nuevos filones.

Un descubrimiento, publicado en Nature Geoscience, viene a trastornar los conocimientos sobre la historia de la Tierra y mejorar las perspectivas de exploración. Gracias a un programa innovador de modelización, un equipo de investigación coordinado por un geólogo del IRD, revisita los orígenes de la tectónica de placas a través de la historia térmica de los yacimientos de oro de las cuencas de África occidental. Estos trabajos permitirán determinar mejor la ubicación y la profundidad de los filones. Un resultado fundamental que ofrece aplicaciones prometedoras a los países de África Occidental.

La historia de la Tierra, antigua de 4,5 mil millones de años, está marcada por grandes episodios de intensa actividad magmática. Estas “crisis geológicas” se asocian a la formación de inmensas provincias graníticas y yacimientos metalíferos-, en particular, auríferos- como los observados en África Occidental.

Sucediéndose unas a otras, estas “crisis” modificaron considerablemente la composición y la estructura de la litósfera (capa superficial rígida de la Tierra, constituida de la corteza y de la parte superficial del manto), así como su resistencia frente a las dificultades tectónicas. Un cambio fundamental en el modo de funcionamiento de nuestro planeta se opera entonces con el nacimiento de la tectónica de placas llamada “moderna”, es decir, similar a las que conocemos hoy: zonas de subducción (la subducción es el proceso de deslizamiento de una placa tectónica bajo otra placa) llamadas “frías” se desarrollan en la frontera de las placas oceánicas y zonas de colisión continental dan nacimiento a las cadenas de montañas.

La historia de la Tierra revisitada

Hasta ahora, los científicos pensaban que la llegada de esta tectónica de placas moderna se había producido hacía sólo 900 millones de años. Pero un reciente estudio internacional, publicado en el Nature Geoscience y coordinado por Jérôme Ganne, geólogo del IRD, viene a trastornar de manera fundamental la historia del planeta tal como la conocemos.

Estos investigadores descubrieron en África Occidental rocas antiguas de más de 2 mil millones de años producidas por subducciones “frías”. Retrocediendo el curso cronológico de más de mil millones de años, este resultado cuestiona nuestros conocimientos sobre los orígenes de la tectónica de placas.

Para estos trabajos, el equipo de investigación recogió muestras en las “cuencas” de rocas verdes (conjunto de rocas de distintos orígenes y cuyo color dominante es el verde) que se extienden sobre varios centenares de kilómetros, desde Senegal oriental hasta Níger occidental. Las rocas sedimentarias y volcánicas contenidas en estas “cuencas” sufrieron transformaciones metamórficas (transformaciones mineralógicas y a veces químicas de la roca bajo la acción de muy fuertes presiones y/o temperaturas) en la instauración del nuevo régimen tectónico.

Los científicos entonces caracterizaron las condiciones de presión y de temperatura que precedieron la formación de estas rocas metamórficas recientemente formadas. Más concretamente, se interesaron en los minerales filosilicatos como las micas y las cloritas - a menudo asociadas a la presencia de oro -, que cristalizan a baja temperatura y son muy difíciles de analizar.

Para su análisis, los geólogos aplicaron una tecnología única, basada en un programa innovador de modelización metamórfica. Gracias a los modelos metamórficos establecidos para sus muestras, pusieron de relieve que estos minerales se formaron a alta presión, a lo largo de un gradiente térmico frío inferior a 15°C por kilómetro: una característica de las zonas de subducción modernas. Ahora bien la edad de estas micas y cloritas ya se conoce con precisión: estos minerales son antiguos con más de… 2 mil millones de años. Lo que significa que la geodinámica actual existía ya en esta época.

La fiebre del oro africano continúa

Estos trabajos mejoran considerablemente la comprensión de la evolución térmica y mecánica de la litósfera durante la historia de la Tierra. Proporcionan también informaciones cruciales para orientar las futuras prospecciones en las cuencas mineras del África Occidental, en particular para determinar la profundidad de los filones auríferos aún inexplotados. Las perspectivas son inmensas para el continente, cuyo subsuelo oculta la mitad de las reservas de oro mundial.

Con el alza del precio del precioso metal desde el 2007, las prospecciones de las compañías auríferas se multiplican. Hoy en día, más de una treintena de países producen oro, esencialmente en África Occidental y en África Central. En total, se extraen más de 600 toneladas de oro al año, o sea alrededor del cuarto de la producción mundial anual. Después de Sudáfrica, llegan a la cabeza Ghana, históricamente llamada “Gold Coast” con más de 75 toneladas al año, Malí con un promedio de 50 toneladas, Guinea de 10 a 20 toneladas y también Senegal, Burkina Faso, Níger y Costa de Marfil.

Si se considera que los más grandes yacimientos mundiales auríferos conocidos - Abitibi en Canadá y Yilgarn en Australia - se encuentran en terrenos antiguos con más de 2,5 mil millones de años, el descubrimiento de los investigadores, a la vez fundamental y aplicado, abre enormes perspectivas a la fiebre del oro de África occidental.

Referencia

J. Ganne, V. De Andrade, R. F. Weinberg, O. Vidal, B. Dubacq, N. Kagambega, S. Naba, L. Baratoux, M. Jessell & J. Allibon, Modern-style plate subduction preserved in the Palaeoproterozoic West African craton, Nature Geoscience 5, 60–65 (2012) doi:10.1038/ngeo1321



IRD/T21
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