Los investigadores de la Universidad de Oslo muestran cómo su sistema recoge el movimiento para modificar la música. Fuente: Universidad de Oslo.
Científicos de la computación y musicólogos de la Universidad de Oslo (Noruega) han desarrollado un nuevo software que permite poner un toque personal a la música.
El becario de postdoc Kristian Nymoen, del Departamento de Informática, explica cómo en una nota de prensa de la universidad: "Con el nuevo sistema el usuario puede utilizar el smartphone y sus propios movimientos para controlar la forma en que suenan las composiciones modernas. La tarea del compositor es crear un paisaje de musical con una gran cantidad de paisajes sonoros musicales. Entonces el usuario controla entre qué paisajes sonoros desea moverse, y también puede decidir las rutas que desea tomar dentro de los diversos paisajes sonoros".
Nymoen tiene un máster en musicología, y ha creado este marco musical junto a Jim Tørresen, profesor de Informática.
El sistema también debería ser capaz de recordar el tipo de experiencia musical que le gusta al usuario. "Usando los sensores del teléfono inteligente, poco a poco se le puede proporcionar al usuario la expresión musical que se adapta a su estado de ánimo." La clave es que todos los teléfonos inteligentes tienen sensores que reconocen el movimiento del usuario.
"La forma de moverse puede dar alguna indicación acerca del estado de ánimo. Cuando estás de buen humor te mueves de una manera diferente a cuando estás de mal humor". Si tienes el día torcido y estás de mal humor, puede proporcionarte música que contrarreste tu estado de ánimo. "El teléfono móvil puede crear música que o bien refuerce cómo te sientes o lo cambie", explica Nyemoen.
Para proporcionar una mejor descripción de los movimientos corporales, los investigadores utilizan un sensor que puede registrar los movimientos del pie y la presión en los zapatos combinado con un algoritmo que analiza la forma de caminar.
Proyecto europeo
La investigación es parte de un proyecto de investigación europeo llamado Engineering Proprioception in Computing Systems (EPiCS). La propiocepción es el sentido que informa al organismo de la posición de los músculos, es decir, la capacidad de sentir la posición relativa de partes corporales contiguas. Con ello se pretende dar a las máquinas la capacidad de adaptarse al entorno en el que se encuentran.
Dos socios industriales y seis universidades están trabajando en el proyecto. La Universidad de Klagenfurt (Austria) ha desarrollado un nuevo tipo de comunicación entre cámaras de vídeo que hace que sea posible seguir a una persona que se mueve dentro de las diversas vistas de cámara.
"Los nuevos algoritmos que estamos desarrollando en forma conjunta pretenden imitar a nuestro cerebro, que tiene una capacidad increíble para determinar cómo juntar los dedos por la espalda a pesar de que no los pueda ver,", señala Jim Tørresen.
Inspiración
Para conseguir música personalizada, los investigadores se inspiraron en la naturaleza. Una de las cosas que han hecho es una aplicación para teléfonos inteligentes que permite decidir cómo cambiar la experiencia musical -de la misma manera que una hormiga deja rastro de olores especiales para conseguir comida.
La hormiga deja un olor en la ruta para que otras hormigas pueden encontrar el camino a la fuente de la comida. Cuantas más hormigas hay en el camino, más intenso es el olor. Después de un tiempo las hormigas encontrarán una nueva zona de alimentos, y el olor en el camino de la vieja fuente desaparecerá gradualmente. La intensidad de la fragancia en el camino depende por tanto de la cantidad de comida.
"Hemos utilizado el mismo principio para hacer una regla sobre cómo los oyentes se mueven entre paisajes sonoros en un paisaje musical. Los oyentes pueden usar sus teléfonos inteligentes para dejar esencias en las transiciones entre paisajes sonoros. Cuantos más olores, mayor es la probabilidad de que la música se mueva entre estos paisajes sonoros", explican los investigadores.
"También podemos insertar una función desaparición que hace que estas transiciones vayan desapareciendo, si el usuario no actúa y deja aún más aromas. Esto significa que el compositor establece el marco, mientras que el usuario puede controlar la música dentro de este marco. El reto es hacer que sea fácil de usar para el oyente, al mismo tiempo que no exija demasiada capacidad de procesamiento".
El becario de postdoc Kristian Nymoen, del Departamento de Informática, explica cómo en una nota de prensa de la universidad: "Con el nuevo sistema el usuario puede utilizar el smartphone y sus propios movimientos para controlar la forma en que suenan las composiciones modernas. La tarea del compositor es crear un paisaje de musical con una gran cantidad de paisajes sonoros musicales. Entonces el usuario controla entre qué paisajes sonoros desea moverse, y también puede decidir las rutas que desea tomar dentro de los diversos paisajes sonoros".
Nymoen tiene un máster en musicología, y ha creado este marco musical junto a Jim Tørresen, profesor de Informática.
El sistema también debería ser capaz de recordar el tipo de experiencia musical que le gusta al usuario. "Usando los sensores del teléfono inteligente, poco a poco se le puede proporcionar al usuario la expresión musical que se adapta a su estado de ánimo." La clave es que todos los teléfonos inteligentes tienen sensores que reconocen el movimiento del usuario.
"La forma de moverse puede dar alguna indicación acerca del estado de ánimo. Cuando estás de buen humor te mueves de una manera diferente a cuando estás de mal humor". Si tienes el día torcido y estás de mal humor, puede proporcionarte música que contrarreste tu estado de ánimo. "El teléfono móvil puede crear música que o bien refuerce cómo te sientes o lo cambie", explica Nyemoen.
Para proporcionar una mejor descripción de los movimientos corporales, los investigadores utilizan un sensor que puede registrar los movimientos del pie y la presión en los zapatos combinado con un algoritmo que analiza la forma de caminar.
Proyecto europeo
La investigación es parte de un proyecto de investigación europeo llamado Engineering Proprioception in Computing Systems (EPiCS). La propiocepción es el sentido que informa al organismo de la posición de los músculos, es decir, la capacidad de sentir la posición relativa de partes corporales contiguas. Con ello se pretende dar a las máquinas la capacidad de adaptarse al entorno en el que se encuentran.
Dos socios industriales y seis universidades están trabajando en el proyecto. La Universidad de Klagenfurt (Austria) ha desarrollado un nuevo tipo de comunicación entre cámaras de vídeo que hace que sea posible seguir a una persona que se mueve dentro de las diversas vistas de cámara.
"Los nuevos algoritmos que estamos desarrollando en forma conjunta pretenden imitar a nuestro cerebro, que tiene una capacidad increíble para determinar cómo juntar los dedos por la espalda a pesar de que no los pueda ver,", señala Jim Tørresen.
Inspiración
Para conseguir música personalizada, los investigadores se inspiraron en la naturaleza. Una de las cosas que han hecho es una aplicación para teléfonos inteligentes que permite decidir cómo cambiar la experiencia musical -de la misma manera que una hormiga deja rastro de olores especiales para conseguir comida.
La hormiga deja un olor en la ruta para que otras hormigas pueden encontrar el camino a la fuente de la comida. Cuantas más hormigas hay en el camino, más intenso es el olor. Después de un tiempo las hormigas encontrarán una nueva zona de alimentos, y el olor en el camino de la vieja fuente desaparecerá gradualmente. La intensidad de la fragancia en el camino depende por tanto de la cantidad de comida.
"Hemos utilizado el mismo principio para hacer una regla sobre cómo los oyentes se mueven entre paisajes sonoros en un paisaje musical. Los oyentes pueden usar sus teléfonos inteligentes para dejar esencias en las transiciones entre paisajes sonoros. Cuantos más olores, mayor es la probabilidad de que la música se mueva entre estos paisajes sonoros", explican los investigadores.
"También podemos insertar una función desaparición que hace que estas transiciones vayan desapareciendo, si el usuario no actúa y deja aún más aromas. Esto significa que el compositor establece el marco, mientras que el usuario puede controlar la música dentro de este marco. El reto es hacer que sea fácil de usar para el oyente, al mismo tiempo que no exija demasiada capacidad de procesamiento".
Conciertos
Los investigadores también han creado un sistema musical especial para smartphones en el que se han dejado inspirar por las luciérnagas. Las luciérnagas tienen luces en su cola que parpadean simultáneamente. En otras palabras, las luciérnagas tienen un mecanismo que les permite sincronizar su parpadeo. Los investigadores utilizarán esta idea para hacer que muchos teléfonos inteligentes trabajen juntos sin ser controlan desde una unidad central.
"Podemos usar el sonido de cada teléfono inteligente individual para conseguir que se sincronicen entre sí. Cada teléfono escuchará y usará el conocimiento que capta para sincronizarse con los demás", explican. De esta manera, todos los teléfonos inteligentes en un escenario de conciertos se podrían utilizar como altavoces.
Y como si eso no fuera suficiente, el teléfono inteligente se puede utilizar también -junto con todos los otros teléfonos inteligentes que pertenecen al resto de la audiencia- para influir en la música en el escenario.
"A pesar de que hasta ahora hemos creado un sistema que sólo funciona para unos pocos usuarios, es emocionante imaginar cómo podría ser utilizado en una gran sala donde hay un montón de gente. Imagínese un concierto con una audiencia de cientos de personas. Si un número suficiente de ellos agitan sus teléfonos al mismo tiempo, el público también puede influir en el sonido de los propios altavoces del concierto", señala Nymoen.
Propiocepción
La capacidad de los smartphones para detectar el movimiento se usa ya habitualmente para manejarlos. Científicos de Zúrich (Suiza), verbigracia, han desarrollado un sistema que permite gobernarlos haciendo gestos delante de la cámara integrada, tales como imitar un disparo o abrir los dedos. Al imitar el disparo de una pistola, por ejemplo, un usuario puede cambiar a otra pestaña del navegador, cambiar la visión de un mapa de satélite a estándar, o derribar aviones enemigos en un juego. Abrir los dedos aumenta una sección de un mapa o pasa la página de un libro.
La propiocepción se usa también en el ámbito de las prótesis robóticas. Un ejemplo es una investigación publicada este año por la Asociación Americana de Neurocirujanos (AANS), que demostró la eficacia de una interfaz cerebro-ordenador, implantada en el cerebro, que permitía a los pacientes controlar un miembro robótico.
Los investigadores también han creado un sistema musical especial para smartphones en el que se han dejado inspirar por las luciérnagas. Las luciérnagas tienen luces en su cola que parpadean simultáneamente. En otras palabras, las luciérnagas tienen un mecanismo que les permite sincronizar su parpadeo. Los investigadores utilizarán esta idea para hacer que muchos teléfonos inteligentes trabajen juntos sin ser controlan desde una unidad central.
"Podemos usar el sonido de cada teléfono inteligente individual para conseguir que se sincronicen entre sí. Cada teléfono escuchará y usará el conocimiento que capta para sincronizarse con los demás", explican. De esta manera, todos los teléfonos inteligentes en un escenario de conciertos se podrían utilizar como altavoces.
Y como si eso no fuera suficiente, el teléfono inteligente se puede utilizar también -junto con todos los otros teléfonos inteligentes que pertenecen al resto de la audiencia- para influir en la música en el escenario.
"A pesar de que hasta ahora hemos creado un sistema que sólo funciona para unos pocos usuarios, es emocionante imaginar cómo podría ser utilizado en una gran sala donde hay un montón de gente. Imagínese un concierto con una audiencia de cientos de personas. Si un número suficiente de ellos agitan sus teléfonos al mismo tiempo, el público también puede influir en el sonido de los propios altavoces del concierto", señala Nymoen.
Propiocepción
La capacidad de los smartphones para detectar el movimiento se usa ya habitualmente para manejarlos. Científicos de Zúrich (Suiza), verbigracia, han desarrollado un sistema que permite gobernarlos haciendo gestos delante de la cámara integrada, tales como imitar un disparo o abrir los dedos. Al imitar el disparo de una pistola, por ejemplo, un usuario puede cambiar a otra pestaña del navegador, cambiar la visión de un mapa de satélite a estándar, o derribar aviones enemigos en un juego. Abrir los dedos aumenta una sección de un mapa o pasa la página de un libro.
La propiocepción se usa también en el ámbito de las prótesis robóticas. Un ejemplo es una investigación publicada este año por la Asociación Americana de Neurocirujanos (AANS), que demostró la eficacia de una interfaz cerebro-ordenador, implantada en el cerebro, que permitía a los pacientes controlar un miembro robótico.