Un software que emula a un niño de 13 años marca un hito en la historia de la informática

Consiguió superar el Test de Turing, el mismo día en que se cumplía el 60 aniversario de la muerte del "padre de la informática"


Por primera vez, el software instalado en un superordenador, el Eugene Goostman (que simula a un niño de 13 años), ha superado la Prueba de Turing. El hito fue alcanzado en un evento celebrado por la Royal Society en Londres el mismo día en que se cumplía el 60 aniversario de la muerte del "padre de la informática".


Redacción T21
09/06/2014

Imagen del software.
Un hito histórico de la inteligencia artificial establecido por Alan Turing -el padre de la informática moderna- ha sido alcanzado en el marco de un evento organizado por la Universidad de Reading, en el Reino Unido.

Por primera vez, el software instalado en un superordenador, el Eugene Goostman (que simula a un niño de 13 años y que fue desarrollado en San Petersburgo, Rusia), ha superado la Prueba de Turing 2014, celebrada por la Royal Society en Londres el pásado sábado.

Qué es el Test de Turing

El test de Turing fue propuesto en 1950 por Alan Turing para demostrar la existencia de inteligencia en una máquina.

Consiste en un desafío. Se supone un juez situado en una habitación, una máquina y un ser humano en otra. El juez debe descubrir cuál es el ser humano y cuál es la máquina, estándoles a los dos permitido mentir al contestar por escrito las preguntas que el juez les hiciera. La tesis de Turing es que si ambos jugadores eran suficientemente hábiles, el juez no podría distinguir quién era el ser humano y quién la máquina.

En 1990 se inició un concurso, el Premio Loebner, una competición de carácter anual entre programas de ordenador que sigue el estándar establecido en la prueba de Turing. Un juez humano se enfrenta a dos pantallas de ordenador, una de ellas que se encuentra bajo el control de un ordenador, y la otra bajo el control de un humano.

El juez plantea preguntas a las dos pantallas y recibe respuestas. El premio está dotado con 100.000 dólares estadounidenses para el programa que pase el test, y un premio de consolación para el mejor programa mensual.

La primera que un juez confundió a una máquina con un humano fue en el año 2010, cuando el robot Suzette, de Bruce Wilcox, superó la prueba. Ahora, el software informático 'Eugene' ha superado el examen en una experiencia con método científico.

Eugene consiguió, más concretamente, convencer al 33% de los jueces humanos de que era humano, publica la Universidad de Reading en un comunicado.

Un evento conmovedor

La prueba de Turing, aunque superada, en términos generales puede servir para controlar el spam. Dado el gran volumen de correos electrónicos enviados, el spam es, por lo general, enviado automáticamente por una máquina. Dicha prueba puede usarse para distinguir si el correo electrónico es enviado por un remitente humano o por una máquina.

También podría ayudar a evitar engaños de máquinas que se hacen pasar por personas conocidas para llevar a cabo delitos informáticos. La prueba de Turing es una herramienta vital para la lucha contra esta amenaza, afirman los expertos, pues ayuda a comprender una falsa comunicación humana puede engañar a los usuarios.

El evento londinense ha sido particularmente conmovedor porque ha coincidido con el 60 aniversario de la muerte de Turing (murió el siete de junio de 1954), y porque se ha producido además casi seis meses después de que al científico se le concediera un indulto real póstumo.

El genio Turing no fue bien tratado en vida. El Gobierno de su propio país lo condenó por ser homosexual, lo que lo llevó al suicidio. Por eso, le fue concedido dicho indulto, a modo de compensación.

Cien años después de su nacimiento, aún relucen prodigiosamente los logros de Alan Turing, considerado el padre de la informática moderna y una de las mentes más brillantes del siglo XX.

Aunque normalmente es más conocido como el genio que rompió los códigos secretos de Alemania durante la Segunda Guerra Mundial, hoy en día, todos aquellos que hagan clic con su ratón en un ordenador, naveguen por Internet, usen un móvil o tengan un robot limpiador en casa en realidad viven bajo la influencia de sus ideas, aunque no sean plenamente conscientes.



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