Un software identifica delincuentes a través de sus tatuajes

El FBI prepara un método que permita automatizar este tipo de reconocimiento


Utilizar el tatuaje como un dato biométrico más para reconocer a una persona, junto a la huella digital o el reconocimiento facial, es el objetivo del Centro de Excelencia Biométrica del FBI, para lo que está desarrollando un software que pueda identificarlos automáticamente. De momento ha funcionado bien en algunos supuestos, con tasas de precisión por encima del 90 por ciento. La herramienta sería de gran utilidad para rastrear delincuentes o identificar víctimas de desastres. Por Patricia Pérez


Patricia Pérez Corrales
17/06/2015

Fuente: Jhong Dizon/ Flickr
Según encuestas recientes, se calcula que uno de cada cinco adultos en Estados Unidos (EEUU) lleva un tatuaje, por lo que se trata de un símbolo identificativo destacable. No es de extrañar por tanto que el gobierno trate de reforzar una tecnología que pueda identificar automáticamente a la gente por sus tatuajes.

Un grupo internacional de expertos de la industria, el ámbito académico y órganos de gobierno ha participado en un evento organizado por el Instituto Nacional de Normas y Tecnología (NIST), que promueve la innovación y la competencia industrial en EEUU, para debatir precisamente sobre desafíos y posibles métodos con los que automatizar el reconocimiento de tatuajes.

El evento, según recoge la web Biometric Update, reunió a investigadores del mundo académico y el sector privado de todo el mundo para ver quién podía ofrecer mejor tecnología de reconocimiento de imágenes con la que desarrollar softwares y algoritmos que identifiquen tatuajes con mayor precisión.

Este avance tecnológico contribuiría a facilitar la identificación de delincuentes o víctimas de desastres, como tsunamis o terremotos. No es de extrañar por tanto el interés del FBI en este campo, para lo que lleva varios años rastreando tatuajes que sirvan como un identificador biométrico más que añadir a su completas bases de datos.

Se trata de un trabajo que realizan en el Centro de Excelencia Biométrica del FBI (BCOE), donde han desarrollado una versión preliminar de un software de reconocimiento automático de tatuajes que presentaron y pusieron a prueba en este evento internacional.

Buenos resultados

Para poner a prueba el software, todas las organizaciones participantes en el encuentro utilizaron el mismo catálogo proporcionado por el BCOE, creado a partir de miles de imágenes de bases de datos del gobierno. Se plantearon cinco casos de uso en los que debían buscar tatuajes similares visualmente o relacionados en personas diferentes, varios ejemplos de un tatuaje de la misma persona en diferentes momentos, algún detalle de interés dentro de una imagen más grande, tatuajes similares o relacionados usando diferentes tipos de imágenes, y si la imagen contenía o no tatuajes.

El algoritmo funcionó muy bien en algunos casos, con tasas de precisión muy por encima del 90 por ciento, como explicó Mei Ngan, el científico de la computación del NIST que organizó el reto. Ocurrió en la pruebas para detectar tatuajes en una imagen, encontrar diferentes ejemplos del mismo tatuaje de una persona pese al paso del tiempo o para buscar pequeños detalles.

Sin embargo, detectó que había dos áreas que necesitaban más investigación, incluyendo la identificación de tatuajes similares en personas diferentes o en otros medios que no fueran una foto, como un boceto o un gráfico por ordenador. "Mejorar la calidad de las imágenes durante la recopilación es otra área que perfeccionaría la precisión del reconocimiento", destaca Ngan.

Pros y contras

Con todo, las imágenes de tatuajes ya forman parte del denominado "Next Generation Identification System", la completa base de datos del FBI, disponible para la policía de todo el mundo, centrada en identificadores biométricos, incluyendo huellas dactilares y reconocimiento facial.

Sin embargo, el método que se utiliza hasta ahora para catalogar esas imágenes, está completamente ligado a la elección de una palabra clave y descripciones escritas, algo insuficiente para las aspiraciones de este ambicioso catálogo. Eso conlleva que, dependiendo de quién examine, un mismo tatuaje puede estar etiquetado con diferentes palabras clave. Sin contar con diferentes acepciones o sentidos de una palabra, que pueden llevar a etiquetar con la misma palabra un tatuaje de Hello Kitty y el de un gato salvaje. De ahí la importancia del algoritmo.

"No se puede utilizar como biométrica principal, como una huella digital o facial, porque no es necesariamente un identificador exclusivo", explica Ngan, pero sí puede ser determinante en aquellos casos donde no se cuente con estos elementos.

Además, este método puede plantear incluso menos problemas de privacidad que otros tipos de identificadores físicos. En un artículo publicado en el periódico The Washington Post, Alvaro Bedoya, director ejecutivo del Centro de Privacidad y Tecnología de la Universidad Georgetown Law, subraya que “los tatuajes son algo que habitualmente la gente pone en su cuerpo para distinguirse de otras personas, a diferencia de alguien que es reconocido porque su cara ha quedado registrada en una cámara de seguridad o porque se ha analizado su forma de andar". Pero ese ya es otro tema que el FBI deberá aclarar.



Patricia Pérez Corrales
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