Un nuevo libro sintetiza el debate entre neurociencias y religión

Para el profesor norteamericano Kevin Seybold, los creyentes no deben temer a la ciencia


Un nuevo libro del profesor norteamericano Kevin Seybold sintetiza el debate entre ciencia y religión, particularmente en los aspectos relacionados con las neurociencias y la psicología. Para el autor del libro, estos temas preocupan a los cristianos porque muchos de ellos se preguntan si la ciencia puede estar cuestionando unas creencias que son esenciales para sus vidas. Los creyentes, señala Kevin Seybold, no deben eludir o temer la ciencia porque es posible ser una persona de fe y al mismo tiempo mantenerse bien informado acerca de los últimos descubrimientos científicos, incluidos aquéllos que, desde la neurociencia o desde la psicología, tienen implicaciones directas en las creencias religiosas. Por Olga Castro-Perea.


Olga Castro-Perea
17/10/2007

Kevin S. Seybold, director del departamento de psicología y profesor de psicología del Grove City College, de Pennsylvania, es un científico dedicado a estudiar la relación entre cerebro y religión, así como el papel de la religión y de la espiritualidad en la vida humana.

Recientemente ha publicado el libro Explorations in Neuroscience, Psychology and Religion, en el que analiza los progresos más recientes en la comprensión del comportamiento y el sentimiento religiosos en relación con el cerebro.

Según el texto de presentación del libro, preguntas como si el alma es un producto de la mente o del cerebro, si la espiritualidad humana es una característica propia de la evolución biológica del Hombre o qué efectos puede tener una enfermedad como el Alzheimer en la religiosidad de un individuo, han ido aumentando desde los años 90, gracias a la información que cada vez más facilitan campos alejados de la religión, como la neurociencia y la psicología.

En esta obra, Seybold ha reunido algunos de los descubrimientos científicos de diversas disciplinas que han vertido luz en los aspectos relacionados con la espiritualidad y los explica de una manera comprensible y divulgativa aunque, aclara de manera explícita la editorial, sin amenazar a la fe cristiana.

Según señala el propio autor en la introducción del libro, el drástico incremento de la investigación en el cerebro en la década de los 90 ha conllevado implicaciones para todas las cuestiones acerca del comportamiento y la naturaleza humanos.

En los últimos quince años, los avances de la neurociencia y de la psicología han permitido elucidar los mecanismos cerebrales relacionados con estos descubrimientos. La obra explica lo que las nuevas perspectivas pueden añadir a la pregunta de por qué nos comportamos como lo hacemos, especialmente en las áreas relacionadas con la religión.

Abarcar distintos niveles de realidad

Con una serie de capítulos iniciales acerca de los terrenos de la neurociencia, la psicología, la religión y la filosofía de la ciencia, el autor ha investigado las vías a través de las cuales el conocimiento científico ha ayudado o ayuda actualmente a comprender mejor la fe y las acciones religiosas cristianas. En concreto, Seybold relaciona la doctrina del cristianismo protestante con los últimos avances en neurociencia y psicología, para hacer llegar estos conocimientos a los creyentes.

Actividad y organización neuronal, neurofisiología, profundización en las raíces de la psicología contemporánea, preguntas esenciales sobre qué es la religión, qué es la espiritualidad o cómo se relacionan ambas, así como un análisis sobre la antropología teológica cristiana que, según el autor, conduce a una comprensión no dualista de la naturaleza del Hombre, se aúnan en la obra en un intento de sintetizar fe y ciencia para una comprensión de la realidad a distintos niveles.

Cuando habla de la filosofía de la ciencia, Seybold defiende que ésta contiene a la fuerza una dimensión social muy importante, dado que la ciencia necesita reconocer dichos niveles de realidad para implantar y adaptar sus métodos de conocimiento, de forma que pueda llegar a atributos únicos de cada uno de estos niveles de la naturaleza.

La ciencia, según él, no puede limitarse a las disciplinas de la física, la química o la biología, por ejemplo, sino que debe incluir otros estratos de la realidad humana. Para justificar este punto de vista, Seybold añade a continuación diversos momentos históricos en los que interactuaron religión y ciencia, entrando en conflicto (planteamientos de Galileo, Darwin, etc.)

Otros aspectos

Según se explica al respecto en la revista The Global Spiral, del Instituto Metanexus, a continuación de estos capítulos iniciales el autor analiza conceptos como la mente desde el punto de vista psicológico, el dualismo, el monismo o la filosofía de la mente.

Además, analiza la significación de la psicología evolucionista para asuntos como la moralidad, el altruismo, la sexualidad o la religión, así como las formas en que la religión o la espiritualidad pueden relacionarse con la salud mental y física, centrándose en las dimensiones religiosas y neuropsicológicas del perdón.

Finalmente, la obra presenta algunas de las áreas de investigación en religión, psicología y neurociencia, como el transhumanismo o la neuroética, que han llegado a tener una importancia particular para los creyentes de tradición cristiana.

El transhumanismo es un concepto filosófico y un movimiento intelectual internacional que apoya el empleo de las nuevas ciencias y de las tecnologías para la mejora de las capacidades mentales y físicas del ser humano. En cuanto a la neuroética, diversas investigaciones; recientes en el terreno de la tecnología de escáner cerebral utilizada para identificar actividad neuronal relacionada con acciones o comportamientos humanos, han revelado la necesidad de considerar las consecuencias éticas del futuro de estas tecnologías.

Fe y ciencia para conocer la realidad

Para Seybold todos estos temas preocupan a los cristianos, dado que muchos de ellos se preguntan si la ciencia puede estar cuestionando unas creencias que son esenciales para sus vidas. El autor señala que su intención no es otra que explicar a los creyentes estos descubrimientos científicos en relación con su fe, señalando que en la actualidad, al contrario que en otras épocas, él no considera que la religión y la ciencia se encuentren enfrentadas.

La realidad es compleja y presenta multitud de facetas, y se necesitan múltiples perspectivas para alcanzar una visión completa y ajustada de ella. La ciencia y la religión pueden reunirse para dar lugar a un patrón comprensible, por lo que los creyentes, según Seybold, no deben eludir o temer la ciencia porque es posible ser una persona de fe y al mismo tiempo mantenerse bien informado acerca de los últimos descubrimientos científicos, incluidos aquéllos que, desde la neurociencia o desde la psicología, tienen implicaciones directas en las creencias religiosas.



Olga Castro-Perea
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