Fuente: everystockphoto.
El pasado 27 de octubre se presentó en Madrid el "Informe sobre radiofrecuencias y salud 2007-2008", elaborado por el Comité Científico Asesor en Radio-frecuencias y Salud (CCARS), institución independiente formada por reconocidos expertos y que está patrocinada por la Fundación General de la Universidad Complutense de Madrid.
Según dicho informe, a pesar de que en los últimos años la percepción del riesgo de los campos electromagnéticos (generados, por ejemplo, por las antenas de telefonía móvil o por los mismos dispositivos móviles) ha aumentado considerablemente en nuestra sociedad, las últimas investigaciones científicas realizadas señalan que el teléfono móvil no tiene ningún efecto nocivo para la salud.
Una inquietud generalizada
Según publica PortalTIC.es, los estudios más recientes no han podido encontrar pruebas que permitan afirmar que las emisiones procedentes de las estaciones base y de los teléfonos móviles sean perniciosos.
Concretamente, en nuestro país los resultados han sido contundentes: en los análisis experimentales no se ha recogido ninguna señal concluyente de efectos genotóxicos ni carcinogénicos derivados de la exposición a los campos de radiofrecuencia, dentro de los límites de seguridad establecidos internacionalmente.
En los últimos años, cuestiones como si es cierto que utilizar el teléfono móvil puede producir cáncer o si la existencia de una antena base cerca de un colegio puede resultar perjudicial para la salud de los niños han acaparado las páginas de los medios de comunicación.
Según publicamos en Tendencias21 anteriormente, de hecho, casi la mitad de los europeos cree que los teléfonos móviles afectan a su salud. El informe del CCARS parece, sin embargo, tranquilizador.
En él, se resume la visión generalizada de los comités nacionales e internacionales acerca de la valoración de riesgos relacionados con la exposición a señales de radiofrecuencias en ambientes residenciales, públicos u ocupacionales, destacando su inocuidad.
Otros resultados
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los campos electromagnéticos no procedentes de fuentes naturales se producen, por ejemplo, cuando se usan rayos X para diagnosticar el estado de los huesos o en la transmisión de información por medio de antenas de televisión, estaciones de radio o estaciones base de telefonía móvil.
Estos campos son más intensos en los puntos cercanos a su origen y su intensidad disminuye rápidamente conforme aumenta la distancia desde la fuente. Los materiales comunes, como las paredes de los edificios, no bloquean los campos magnéticos.
Ya en el año 2000, la OMS, dentro del marco del Proyecto Internacional de Campos Electromagnéticos (CEM) señalaba que, según las evidencias científicas obtenidas en diversos experimentos, es improbable que las emisiones de los teléfonos móviles y sus estaciones base produzcan cáncer.
La OMS afirmaba, en cambio, que sí podía haber otros riesgos considerados mínimos para la salud, como cambios en la actividad normal del cerebro, en el tiempo de reacción, y en los patrones de sueño.
En 2005, el proyecto europeo Reflex, que reunió a un consorcio de 12 laboratorios establecidos en siete países europeos, reveló en 2005, sin embargo, unos resultados inesperados.
En pruebas realizadas con sistemas celulares expuestos a señales con frecuencias de telefonía móvil, se constataron efectos genotóxicos y fenotípicos que afectaron a dichos sistemas. Se sabe que estos efectos pueden conllevar patologías cancerosas y/o neurodegenerativas.
Conclusiones del informe de 2008
Pero los datos recogidos en el "Informe sobre radiofrecuencias y salud 2007-2008" van más bien en el sentido contrario.
Algunas de sus conclusiones son que los niveles de exposición a los campos electromagnéticos que producen dispositivos como los teléfonos móviles son extremadamente bajos, y que la percepción de peligrosidad no se corresponde con datos reales.
Por otro lado, según declaró Patricia Crespo, secretaria de CCARS, en la presentación del informe, celebrada en la Biblioteca Histórica de la Universidad Complutense de Madrid: "los estudios epidemiológicos muestran que no existen riesgos de que los adultos padezcan tumores por usar el móvil durante un periodo de tiempo inferior a 10 años”.
No existen datos sobre el efecto de los teléfonos para periodos de tiempo más largos, por lo que los expertos recomiendan usar el móvil de forma racional.
En lo que se refiere a la población infantil, lo cierto es que no hay estudios concluyentes sobre su exposición a las ondas electromagnéticas. Y en lo referente a las personas con hipersensibilidad a estos campos (personas que afirman sufrir electrosensibilidad, los resultados no señalan una relación causal entre la exposición a las ondas y los síntomas que padecen, afirmó Crespo.
Las conclusiones del presente informe coinciden en parte con las de otro estudio reciente, llevado a cabo en Alemania, en la que se constató que el uso del teléfono móvil no incrementa el riesgo de padecer cáncer.
Según PortalTIC, en España hay un total de 3.818 áreas sensibles a estar expuestos a estos campos electromagnéticos, como guarderías, centros de educación infantil, centros de salud, hospitales o parques públicos, siendo Madrid la localidad con mayor nivel de exposición.
Según dicho informe, a pesar de que en los últimos años la percepción del riesgo de los campos electromagnéticos (generados, por ejemplo, por las antenas de telefonía móvil o por los mismos dispositivos móviles) ha aumentado considerablemente en nuestra sociedad, las últimas investigaciones científicas realizadas señalan que el teléfono móvil no tiene ningún efecto nocivo para la salud.
Una inquietud generalizada
Según publica PortalTIC.es, los estudios más recientes no han podido encontrar pruebas que permitan afirmar que las emisiones procedentes de las estaciones base y de los teléfonos móviles sean perniciosos.
Concretamente, en nuestro país los resultados han sido contundentes: en los análisis experimentales no se ha recogido ninguna señal concluyente de efectos genotóxicos ni carcinogénicos derivados de la exposición a los campos de radiofrecuencia, dentro de los límites de seguridad establecidos internacionalmente.
En los últimos años, cuestiones como si es cierto que utilizar el teléfono móvil puede producir cáncer o si la existencia de una antena base cerca de un colegio puede resultar perjudicial para la salud de los niños han acaparado las páginas de los medios de comunicación.
Según publicamos en Tendencias21 anteriormente, de hecho, casi la mitad de los europeos cree que los teléfonos móviles afectan a su salud. El informe del CCARS parece, sin embargo, tranquilizador.
En él, se resume la visión generalizada de los comités nacionales e internacionales acerca de la valoración de riesgos relacionados con la exposición a señales de radiofrecuencias en ambientes residenciales, públicos u ocupacionales, destacando su inocuidad.
Otros resultados
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los campos electromagnéticos no procedentes de fuentes naturales se producen, por ejemplo, cuando se usan rayos X para diagnosticar el estado de los huesos o en la transmisión de información por medio de antenas de televisión, estaciones de radio o estaciones base de telefonía móvil.
Estos campos son más intensos en los puntos cercanos a su origen y su intensidad disminuye rápidamente conforme aumenta la distancia desde la fuente. Los materiales comunes, como las paredes de los edificios, no bloquean los campos magnéticos.
Ya en el año 2000, la OMS, dentro del marco del Proyecto Internacional de Campos Electromagnéticos (CEM) señalaba que, según las evidencias científicas obtenidas en diversos experimentos, es improbable que las emisiones de los teléfonos móviles y sus estaciones base produzcan cáncer.
La OMS afirmaba, en cambio, que sí podía haber otros riesgos considerados mínimos para la salud, como cambios en la actividad normal del cerebro, en el tiempo de reacción, y en los patrones de sueño.
En 2005, el proyecto europeo Reflex, que reunió a un consorcio de 12 laboratorios establecidos en siete países europeos, reveló en 2005, sin embargo, unos resultados inesperados.
En pruebas realizadas con sistemas celulares expuestos a señales con frecuencias de telefonía móvil, se constataron efectos genotóxicos y fenotípicos que afectaron a dichos sistemas. Se sabe que estos efectos pueden conllevar patologías cancerosas y/o neurodegenerativas.
Conclusiones del informe de 2008
Pero los datos recogidos en el "Informe sobre radiofrecuencias y salud 2007-2008" van más bien en el sentido contrario.
Algunas de sus conclusiones son que los niveles de exposición a los campos electromagnéticos que producen dispositivos como los teléfonos móviles son extremadamente bajos, y que la percepción de peligrosidad no se corresponde con datos reales.
Por otro lado, según declaró Patricia Crespo, secretaria de CCARS, en la presentación del informe, celebrada en la Biblioteca Histórica de la Universidad Complutense de Madrid: "los estudios epidemiológicos muestran que no existen riesgos de que los adultos padezcan tumores por usar el móvil durante un periodo de tiempo inferior a 10 años”.
No existen datos sobre el efecto de los teléfonos para periodos de tiempo más largos, por lo que los expertos recomiendan usar el móvil de forma racional.
En lo que se refiere a la población infantil, lo cierto es que no hay estudios concluyentes sobre su exposición a las ondas electromagnéticas. Y en lo referente a las personas con hipersensibilidad a estos campos (personas que afirman sufrir electrosensibilidad, los resultados no señalan una relación causal entre la exposición a las ondas y los síntomas que padecen, afirmó Crespo.
Las conclusiones del presente informe coinciden en parte con las de otro estudio reciente, llevado a cabo en Alemania, en la que se constató que el uso del teléfono móvil no incrementa el riesgo de padecer cáncer.
Según PortalTIC, en España hay un total de 3.818 áreas sensibles a estar expuestos a estos campos electromagnéticos, como guarderías, centros de educación infantil, centros de salud, hospitales o parques públicos, siendo Madrid la localidad con mayor nivel de exposición.