Un modelo de cálculo español minimiza el daño de la luz sobre las pinturas al óleo

Otro grupo de la Universidad Complutense diseña una hamburguesa rica en calcio


Científicos de la Universidad Complutense y de la Universidad Politécnica de Madrid, junto con el Museo del Prado, han diseñado un modelo de cálculo que informa de dónde es mejor colocar, y en qué condiciones, pinturas al óleo, para reducir los daños producidos por la luz. El sistema he demostrado su efectividad en el Monasterio de El Paular (Madrid). Además, otro grupo de la Complutense ha desarrollado una hamburguesa rica en calcio que podría ser comercializable. Por Carlos Gómez Abajo.


18/12/2015

Claustro del Monasterio de El Paular, con los cuadros de Vicente Carducho. Imagen: Tamorlan. Fuente: Wikipedia.
Es inevitable que las pinturas expuestas a la luz natural envejezcan, pero gracias a un nuevo modelo de cálculo se puede minimizar su deterioro. Este sistema, diseñado por investigadores de la Universidad Complutense de Madrid y otras instituciones españolas, ha demostrado su efectividad en una exposición ubicada en el claustro del Monasterio de Santa María de El Paular (Madrid).

Los rayos del sol son fuente de inspiración para muchos artistas, aunque también se pueden convertir en su peor enemigo, al dañar las obras cuando están expuestas. “En las pinturas al óleo existe un efecto fotoquímico producido por la luz visible y ultravioleta que provoca cambios en las estructuras moleculares de las obras, modificando el color y acelerando su envejecimiento”, explica Santiago Mayorga Pinilla, investigador de la facultad de Óptica y Optometría de la UCM.

A esto hay que sumar la exposición al infrarrojo –en la que el Sol emite una cantidad de radiación muy elevada– la cual, además de producir una alteración fotoquímica, modifica la temperatura, lo que facilita la ruptura de enlaces químicos. Esto provoca un aumento del efecto fotoquímico producido por la radiación visible.

“Si estos valores están por encima de 25 ºC se consideran perjudiciales, a lo que hay que sumar que los cambios de temperatura bruscos generan agrietamientos en las pinturas al óleo, por las tensiones mecánicas”, añade el físico en una nota de prensa de la UCM.

Para abordar este problema, los científicos de la UCM, en colaboración con la Universidad Politécnica de Madrid y el Museo del Prado, entre otros, han desarrollado un modelo de cálculo muy preciso que tiene en cuenta todos los factores que intervienen en el proceso, analizando tanto la cantidad de radiación en el tiempo y en el espacio, como su distribución espectral.

El método, que se publica en la revista Renewable Energy, ha sido probado en el claustro del Monasterio de Santa María de El Paular (Madrid), donde se exponen 54 cuadros de Vicente Carducho (siglo XVI-XVII). El cálculo ideado por los científicos tiene en cuenta la posición del Sol, cada tipo de día desde el punto de vista meteorológico y cómo se comporta esta radiación en el claustro, en concreto, en las zonas donde están colocadas las pinturas.

Menos daños

“El método permite conocer en todo momento la cantidad de radiación de forma espectral a la que están sometidas las obras de arte, y proponer actuaciones como modificar la ubicación de los cuadros, poner más protección en las ventanas o utilizar en ciertas zonas iluminación artificial”, enumera Mayorga.

Aunque es imposible evitar el envejecimiento de las obras de arte que se exponen a la luz, con el nuevo sistema los científicos intentan controlar estos efectos dañinos y minimizarlos, retrasando su deterioro. Para ello han utilizado softwares matemáticos, de diseño CAD y de iluminación, además de aparatos de medida de iluminación y de espectros específicos.

“Este trabajo es exportable a cualquier exposición que se ilumine con luz natural, teniendo en cuenta las características del material utilizado”, afirma el físico.

Científicos de la UCM han creado una hamburguesa enriquecida con calcio. Imagen: Antonio Thomás Koenigkam Oliveira. Fuente: Flickr.
Otro estudio

Otro equipo de la Universidad Complutense ha elaborado hamburguesas enriquecidas con calcio, más saludables, y han estudiado sus características sensoriales. Los ensayos realizados con métodos in vitro revelan que el organismo podría absorber hasta un 14% del calcio añadido a estos alimentos, contribuyendo así a alcanzar la dosis diaria recomendada por la Unión Europea.

Como explica la UCM en un comunicado, el reciente informe de la Organización Mundial de la Salud donde relacionaba el consumo de carnes procesadas con el aumento del riesgo de desarrollar algunos tipos de cáncer ha puesto en el punto de mira a los productos cárnicos.

Desde hace años, muchos investigadores llevan desarrollando alimentos cárnicos más saludables que aporten compuestos bioactivos cuyo efecto repercuta favorablemente en la salud del consumidor.

En esta línea, un equipo de investigadoras de la UCM ha desarrollado hamburguesas enriquecidas con calcio. “Hasta ahora, se han incorporado con éxito muchos compuestos a los productos cárnicos como fibras, ácidos grasos omega-3, antioxidantes, vitaminas y minerales, pero nunca se habían hecho estudios con el calcio, uno de los minerales más importantes en el organismo humano por su papel en la salud ósea”, explica Mª Dolores Selgas, profesora del departamento de Nutrición, Bromatología y Tecnología de la facultad de Veterinaria de la UCM y autora principal del trabajo.

En el estudio, publicado en Italian Journal of Food Science, se utilizaron diferentes lotes de hamburguesas preparadas con carne de ternera y fueron enriquecidas con diferentes tipos de sales de calcio: gluconato, lactato y citrato-malato cálcico, caracterizadas por su alta solubilidad, lo que facilitaría su absorción por el organismo.

Las sales de calcio se añadieron en diferentes concentraciones, intentando buscar un equilibrio entre la máxima concentración de calcio y las características propias de las hamburguesas.

Los mejores resultados se obtuvieron con el citrato-malato cálcico. El trabajo revela que sería posible incorporar lactato cálcico pero, sobre todo, citrato-malato cálcico en cantidad suficiente como para que una hamburguesa de 100 gramos aportase hasta el 40% de la ingesta diaria de calcio recomendada por la Unión Europea (800 miligramos al día).

Con estas cantidades, las hamburguesas presentaron una buena calidad sensorial, es decir, un olor, color y sabor sin apenas diferencias respecto a las tradicionales.

Digestión simulada

Las investigadoras han estudiado la biodisponibilidad del calcio con métodos in vitro. Para ello, han reproducido el proceso de digestión gástrica e intestinal que ocurre en el organismo humano, utilizando sales, enzimas, temperaturas y tiempos de incubación similares a los del aparato digestivo.

“El paso a través de la barrera intestinal se simula usando membranas de diálisis con poros de tamaño suficiente para que pase el nutriente –el calcio en este caso–, o con líneas celulares, que actúan de forma similar a las células del intestino humano”, resume la autora principal del trabajo.

Los ensayos de biodisponibilidad demuestran que, de la cantidad de calcio ingerida, el organismo podría absorber hasta el 14%, lo que confiere a estas hamburguesas un valor nutritivo superior al de una convencional, según la profesora.

De momento no se están comercializando, “pero son trabajos de investigación que resultan perfectamente transferibles a la industria, que tendría así la oportunidad de ampliar la gama de productos más saludables dentro del sector cárnico”, propone Selgas.

Referencias bibliográficas:

Santiago Mayorga Pinilla, Daniel Vázquez Moliní, Antonio Álvarez Fernández-Balbuena, Gabriel Hernández Raboso, Juan Antonio Herráez, Marta Azcutia y Ángel García Botella: Advanced daylighting evaluation applied to cultural heritage buildings and museums: Application to the cloister of Santa Maria El Paular. Renewable Energy (2016). DOI:10.1016/j.renene.2015.07.011.

Ana M. Soto, M. Luisa García y M. Dolores Selgas. Technological and sensory properties of hamburgers enriched with calcium study of the in vitro bioavailability. Italian Journal of Food Science (2015). DOI: 10.14674/1120-1770%2FIJFS.V73.



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