1 / 1 El extraño cráter lo descubrieron pilotos rusos al sobrevolar la península de Yamal, al noroeste de Siberia. Imagen: Bulka-YouTube. Fuente: Sinc.
En la Región Autónoma de Yamalo-Nenets, al norte de Rusia, se ha hallado una gran fosa que desconcierta a los científicos.
Se observó desde un avión a unos 30 kilómetros de la localidad de Bovanenkovo, en la península de Yamal, que en el idioma nativo significa ‘fin del mundo’.
El vídeo con las imágenes se colocó en Youtube la semana pasada, y desde entonces los rumores sobre el posible origen del misterioso agujero, con aspecto de cráter sin fondo, se han disparado en la red: ¿Fenómeno geológico, impacto de meteorito, ovnis, pruebas de armamento…?
Un equipo de investigadores se está desplazando hacia la zona para observar in situ el gigantesco hueco, además de para tomar muestras que ayuden a descifrar el misterio, informa la plataforma Sinc.
Se trata de dos investigadores del Centro de Investigación del Ártico y otro más del Instituto de la Criosfera de la Academia Rusia de las Ciencias. Planean tomar muestras de suelo, del aire y del agua presentes en el escenario, y estarán acompañados por un especialista del Ministerio de Emergencias, informa el diario Siberian Times.
Se observó desde un avión a unos 30 kilómetros de la localidad de Bovanenkovo, en la península de Yamal, que en el idioma nativo significa ‘fin del mundo’.
El vídeo con las imágenes se colocó en Youtube la semana pasada, y desde entonces los rumores sobre el posible origen del misterioso agujero, con aspecto de cráter sin fondo, se han disparado en la red: ¿Fenómeno geológico, impacto de meteorito, ovnis, pruebas de armamento…?
Un equipo de investigadores se está desplazando hacia la zona para observar in situ el gigantesco hueco, además de para tomar muestras que ayuden a descifrar el misterio, informa la plataforma Sinc.
Se trata de dos investigadores del Centro de Investigación del Ártico y otro más del Instituto de la Criosfera de la Academia Rusia de las Ciencias. Planean tomar muestras de suelo, del aire y del agua presentes en el escenario, y estarán acompañados por un especialista del Ministerio de Emergencias, informa el diario Siberian Times.
Medidas y posibles causas
Según este medio, el agujero tendría unos 80 metros de diámetros, y una profundidad aún no estimada. También señala que hay científicos que apuntan a que el calentamiento global podría ser la causa de la formación.
Anna Kurchatova, del Centro de Investigación Científica del SubÁrtico, habla para este diario de la ignición de una mezcla de agua, sal y gas que hubiese provocado una explosión subterránea.
El calentamiento global habría causado una fusión del permafrost, provocando la liberación del gas y causando un efecto similar al del estallido de un corcho de botella de champán.
Por su parte, el canal Zvezda TV ha señalado que el color oscuro del cráter indica 'algunos procesos de temperatura", sin entrar en explicaciones detalladas.
Otros expertos han adelantado que posiblemente se trate del resultado de fenómenos periglaciares de deshielo típicos de la región, próxima al océano Ártico, o bien relacionados con la liberación de gas de los numerosos depósitos de la zona. Aunque es menos probable, tampoco se descarta la opción del meteorito.
Según este medio, el agujero tendría unos 80 metros de diámetros, y una profundidad aún no estimada. También señala que hay científicos que apuntan a que el calentamiento global podría ser la causa de la formación.
Anna Kurchatova, del Centro de Investigación Científica del SubÁrtico, habla para este diario de la ignición de una mezcla de agua, sal y gas que hubiese provocado una explosión subterránea.
El calentamiento global habría causado una fusión del permafrost, provocando la liberación del gas y causando un efecto similar al del estallido de un corcho de botella de champán.
Por su parte, el canal Zvezda TV ha señalado que el color oscuro del cráter indica 'algunos procesos de temperatura", sin entrar en explicaciones detalladas.
Otros expertos han adelantado que posiblemente se trate del resultado de fenómenos periglaciares de deshielo típicos de la región, próxima al océano Ártico, o bien relacionados con la liberación de gas de los numerosos depósitos de la zona. Aunque es menos probable, tampoco se descarta la opción del meteorito.