Un hueso tallado hace 10.000 años refleja la antigua evolución de los símbolos

Tiene dos rostros humanos tallados, algo propio del Neolítico, frente a las representaciones de animales que abundaban en el Paleolítico


Científicos de varios países, liderados por el CSIC, han encontrado en Siria un hueso tallado de bóvido, de 10.000 años de antigüedad, en el que aparecen dos caras humanas. El hallazgo refleja el cambio de mentalidad de las sociedades del Neolítico, que empezaron a centrarse en la imagen humana en sus representaciones simbólicas, dejando atrás las representaciones de animales más propias del Paleolítico.


CSIC/T21
25/03/2014

El fósil hallado en Siria. Fuente: CSIC.
Un equipo internacional de investigadores liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha descubierto en el yacimiento arqueológico de Tell Qarassa (Siria) un hueso tallado en el que aparecen dos caras humanas.

El fósil, que tiene unos 10.000 años de antigüedad, refleja la evolución del arte figurativo y el cambio de mentalidad de las primeras comunidades de agricultores y ganaderos respecto a los últimos grupos de cazadores recolectores. Los resultados del estudio han sido publicados en la revista Antiquity.

“La iconografía de los cazadores-recolectores en el Paleolítico consiste principalmente en representaciones naturalistas de animales, mientras que la figura humana, salvo escasas excepciones, es mucho más esquemática. A medida que comienzan las transformaciones económicas y sociales que llevan al Neolítico, las representaciones simbólicas comienzan a centrarse en la imagen humana y aparecen las primeras representaciones naturalistas de rostros humanos, como los que hemos encontrado en Tell Qarassa”, explica el investigador del CSIC Juan José Ibañez, de la Institución Milà y Fontanals, en la nota de prensa del Consejo.

La talla, encontrada en Siria en 2009, mide 51 milímetros de largo, 17 de ancho y 7 de grosor. Está fabricada a partir de una costilla de gran bóvido, probablemente un uro euroasiático, y fechada alrededor del año 8200 antes de nuestra era. Las dos caras representadas, una sobre la otra en sentido vertical, muestran las mismas características: frente alta y despejada, arcos superciliares bien definidos, ojos cerrados, nariz larga y recta conectada con la frente, boca pequeña hecha con una incisión corta y recta y barbilla curva. Ambos rostros carecen de pelo y de orejas.

Representaciones faciales

En la transición del Paleolítico al Neolítico este tipo de representaciones faciales aparecen tanto en esculturas monumentales, como en los denominados cráneos modelados (cráneos de antepasados sobre los que se reproducen por modelado los rasgos anatómicos).

En ambos casos, apunta el investigador del CSIC, “la representación de la cara sirve para potenciar el vínculo de los vivos con seres sobrenaturales. Se trata de un tipo de relación simbólica que supone una de las innovaciones clave asociadas al origen del Neolítico”.

En la investigación también han participado investigadores de la Universidad de Cantabria y del Centre National de la Recherche Scientifique de Francia.

Referencia bibliográfica:

Juan José Ibáñez, Jesús E. González-Urquijo & Frank Braemer. The human face and the origins of the Neolithic: the carved bone wand from Tell Qarassa North, Syria. Antiquity (2014).



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