Un estudio revela que el pensamiento paradójico puede promover la paz

Contribuye a una mayor apertura de ideas y a un cambio de perspectiva en sociedades con conflictos enquistados, como el palestino-israelí


El pensamiento paradójico ha impulsado importantes avances en la ciencia, la filosofía y las matemáticas a lo largo de la historia. ¿Podría ayudar a mejorar también las sociedades? Según un estudio realizado en Israel, sí. La investigación reveló que este tipo de pensamiento puede contribuir a una mayor apertura de ideas y un cambio de perspectiva en sociedades con conflictos enquistados, como el palestino-israelí.


SINC/T21
15/07/2014

Uno de los símbolos de la paz. Imagen: JorgenCarlberg. Fuente: Wikipedia.
Un equipo de investigadores de psicología de las universidades de Tel-Aviv, Jerusalén y Herzliya, todas en Israel, ha realizado un trabajo que demuestra que la introducción del pensamiento paradójico puede contribuir a una mayor apertura de ideas y un cambio de perspectiva en sociedades con conflictos enquistados, como el palestino-israelí.

El estudio, publicado esta semana en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), señala que habitualmente las estrategias de intervención en enfrentamientos implican la presentación de información para desestabilizar las creencias de los bandos en conflicto, y así inspirar un cambio de perspectiva.

“Sin embargo, estas tácticas pueden provocar que las personas vean amenazadas sus ideas y acaben ignorando la nueva información, aferrándose a sus viejas creencias”, explica Eran Halperin, autor principal del trabajo, en declaraciones recogidas por Sinc.

Halperin y sus colegas de investigación experimentaron con una estrategia alternativa en la que emplearon técnicas de pensamiento paradójico.
Para ello, enseñaron durante un mes a un grupo judíos de Israel vídeos que ilustraban “ideas consistentes con las creencias de estas personas, pero presentándolas de una manera que parecieran extremas o irracionales”, señala.

En los vídeos, los autores mostraron a 161 participantes un escenario de control y otro que sugería que poner fin al conflicto con los palestinos podría poner en peligro los valores judío-israelíes de justicia, moral y unidad.

Resultados obtenidos

Los participantes que vieron los vídeos diseñados para fomentar el pensamiento paradójico dijeron sentirse más dispuestos a reevaluar sus posiciones, a transigir, y culparon menos a los palestinos de la perpetuación de la lucha que el grupo de control al que se mostró anuncios genéricos de televisión.

Los voluntarios de equipo sometido a las ideas paradójicas también manifestaron mayor tendencia a votar por partidos favorables a la búsqueda de la paz, en las elecciones generales de Israel 2013, que los del grupo de control.

Según escriben los investigadores en PNAS: “La intervención incluso influyó en los patrones de voto reales de los participantes (en el estudio), en las elecciones generales de 2013 en Israel: Aquellos que estuvieron expuestos a la intervención paradójica, que se desarrolló poco tiempo antes de las elecciones generales, informaron que tendieron a votar más a los partidos pacifistas y a abogar por una solución pacífica al conflicto”.

Estos efectos fueron duraderos, pues los participantes sometidos a ideas paradójicas mantuvieron una mayor voluntad de compromiso al ser encuestados un año después.

Por todo ello, los investigadores israelíes opinan que las tácticas de pensamiento paradójico podrían contribuir a promover la resolución de conflictos a largo plazo, y proponen añadir este tipo de pensamiento a la teoría general de la persuasión.

Imagen ilustrativa de la dualidad onda-partícula, en el cual se puede ver cómo un mismo fenómeno puede tener dos percepciones distintas.
“Nosotros” no es distinto de “los otros”

El psicólogo Sinesio Madrona ha explicado en Tendencias21 que la especie humana, como cada individuo de esta, vive un desarrollo marcado por varias fases.

En una primera fase, la prepersonal (similar a la de la primera infancia o la de las culturas sociocéntricas), no habría separación entre el yo y los otros. En una segunda etapa, la personal –en la que se encuentra la cultura moderna- se desarrollaría la dualidad, el individualismo y la competitividad.

Por último, habría una tercera fase –que, según Madrona, se estaría desarrollando actualmente- caracterizada por una unidad-dual que nos permite comprender con una lógica paradójica: por ejemplo, el yo como parte de un todo o la naturaleza onda-partícula de todas las cosas detectada por la ciencia (a este respecto, en 2001, Stephen Hawking escribía: “Actualmente se considera que la dualidad onda-partícula es un “concepto de la mecánica cuántica según el cual no hay diferencias fundamentales entre partículas y ondas: las partículas pueden comportarse como ondas y viceversa”). En esta estapa, la realidad –personal, material, etc.- pasa a ser “esto-y-lo-otro”. Se entiende que, bajo esta perspectiva, los conflictos puedan dejar de tener sentido.

En términos generales, una paradoja es una idea extraña que infringe el sentido común o implica contradicción, pero que aún así tiene una coherencia intrínseca (las famosas expresiones “solo sé que no sé nada” o “la mejor improvisación es la adecuadamente preparada” son algunos ejemplos de pensamiento paradójico).

La paradoja es un poderoso estímulo para la reflexión. De hecho, a menudo los filósofos se han servido de ellas para revelar la complejidad de la realidad y para demostrar las limitaciones de las herramientas de la mente humana. La identificación de paradojas basadas en conceptos que a simple vista parecen simples y razonables ha impulsado importantes avances en la ciencia, la filosofía y las matemáticas.

Referencia bibliográfica:

Eran Halperin et al. Paradoxical thinking as a new avenue of intervention to promote peace. Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) (2014). DOI: 10.1073/pnas.1407055111.



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