Un objeto ubicado a 656 millones de años luz de distancia de la Tierra, que previamente había sido clasificado como una radiogalaxia estándar, es en realidad algo más: posee un monstruoso agujero negro supermasivo, emitiendo un chorro de plasma que ahora apunta en dirección directa hacia la Tierra, a velocidades relativistas que oscilan entre un 95 % y un 99 % de la velocidad de la luz. Esta condición lo transforma en un blázar, una de las fuentes energéticas más intensas que existen en el cosmos.
Fuente : https://www.levante-emv.com/tendencias21/2023/04/0...
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