El virus del sida (VIH) es como una lata herméticamente sellada que todavía nadie ha sido capaz de abrir. Por eso, aunque los pacientes infectados con él desarrollan de manera natural anticuerpos con el potencial de matar sus células infectadas, dichos anticuerpos no pueden acceder a esas células para acabar con la enfermedad.
La buena noticia es que investigadores del Centro de Investigación CHUM de la Universidad de Montreal (Canadá) han encontrado un "abrelatas" molecular que puede forzar al virus del VIH a abrirse y, en consecuencia, volverse vulnerable. Esto permitiría a las células del sistema inmunológico acabar con las células infectadas.
Artillería molecular
En un estudio previo, también publicado en 2015, el mismo equipo de investigadores demostró que el suero de pacientes infectados con VIH-1 (virus más virulento que el segundo tipo de virus del sida encontrado, el VIH-2) facilita la eliminación de células infectadas por VIH en la medida en que dos proteínas específicas (Nef y Vpu) son desactivadas mediante mutación genética.
Pero, en la vida real, los pacientes no presentan esta mutación genética, por lo que el salvaje VIH-1, responsable de la gran mayoría de las infecciones en el mundo, cuenta con esas proteínas como ‘guardaespaldas’.
La solución contra esto ideada por los científicos canadienses ha sido sacar “artillería pesada” de diseño: una molécula llamada JP-III-48 que imita a otra proteína que actúa justo en sentido contrario que la Nef y Vpu, pues hace que el virus del sida se abra como una flor.
De esta forma, los anticuerpos presentes de forma natural en el organismo tras la infección pueden dirigirse a las células infectadas y asesinarlas.
La molécula JP-III-48 había sido desarrollada por investigadores de la Universidad de Harvard y la Universidad de Pennsylvania, informa el CHUM en un comunicado.
La buena noticia es que investigadores del Centro de Investigación CHUM de la Universidad de Montreal (Canadá) han encontrado un "abrelatas" molecular que puede forzar al virus del VIH a abrirse y, en consecuencia, volverse vulnerable. Esto permitiría a las células del sistema inmunológico acabar con las células infectadas.
Artillería molecular
En un estudio previo, también publicado en 2015, el mismo equipo de investigadores demostró que el suero de pacientes infectados con VIH-1 (virus más virulento que el segundo tipo de virus del sida encontrado, el VIH-2) facilita la eliminación de células infectadas por VIH en la medida en que dos proteínas específicas (Nef y Vpu) son desactivadas mediante mutación genética.
Pero, en la vida real, los pacientes no presentan esta mutación genética, por lo que el salvaje VIH-1, responsable de la gran mayoría de las infecciones en el mundo, cuenta con esas proteínas como ‘guardaespaldas’.
La solución contra esto ideada por los científicos canadienses ha sido sacar “artillería pesada” de diseño: una molécula llamada JP-III-48 que imita a otra proteína que actúa justo en sentido contrario que la Nef y Vpu, pues hace que el virus del sida se abra como una flor.
De esta forma, los anticuerpos presentes de forma natural en el organismo tras la infección pueden dirigirse a las células infectadas y asesinarlas.
La molécula JP-III-48 había sido desarrollada por investigadores de la Universidad de Harvard y la Universidad de Pennsylvania, informa el CHUM en un comunicado.
Aplicaciones
El avance, afirman los científicos, abre un nuevo camino en la lucha contra esta enfermedad, que se calcula afecta hoy día a 35 millones de personas en todo el mundo.
Podría conducir al diseño de una vacuna para prevenir la transmisión del virus. Durante décadas, los especialistas han estado tratando de diseñar una vacuna para bloquear la infección por VIH porque, aunque los fármacos antirretrovirales pueden reducir la propagación del virus, este permanece oculto en estado latente en las células y reaparece cuando los tratamientos cesan.
La nueva vacuna forzaría al virus del sida a salir de su escondite y a continuación mataría a las células infectadas. Lo haría con la molécula JP-III-48, en primer lugar. Luego entrarían en juego los anticuerpos correspondientes, que son fáciles de generar en laboratorio. El siguiente paso de la investigación será poner a prueba en monos el potencial de esta molécula abrelatas.
Anticuerpos clonados que quizá puedan usarse
El mes pasado, investigadores de la Universidad de Rockefeller en Nueva York (EE UU) hicieron público en Nature otro avance muy interesante para la lucha contra el sida.
Estos científicos clonaron anticuerpos de individuos afectados por el VIH-1 que, como se ha dicho, son potentes neutralizadores serológicos de la enfermedad. El funcionamiento de estos clones fue probado en primer lugar con ratones humanizados –roedores a los que se le introdujeron genes humanos– y en primates con la enfermedad. Se demostró así su capacidad para reducir notablemente la carga vírica del sida.
Luego, los anticuerpos clonados fueron probados también en humanos. Se hizo en concreto con un anticuerpo llamado 3BNC117, que fue insertado en los linfocitos CD4 –un tipo de células humanas presentes en la sangre que activan el sistema inmunitario–.
Las pruebas se realizaron en 17 individuos infectados con este subtipo de VIH, y en 12 individuos sanos. Los resultados constataron que el 3BNC117 resulta “ampliamente neutralizante contra el VIH”, que es seguro y que, además, es bien tolerado por los pacientes.
El avance, afirman los científicos, abre un nuevo camino en la lucha contra esta enfermedad, que se calcula afecta hoy día a 35 millones de personas en todo el mundo.
Podría conducir al diseño de una vacuna para prevenir la transmisión del virus. Durante décadas, los especialistas han estado tratando de diseñar una vacuna para bloquear la infección por VIH porque, aunque los fármacos antirretrovirales pueden reducir la propagación del virus, este permanece oculto en estado latente en las células y reaparece cuando los tratamientos cesan.
La nueva vacuna forzaría al virus del sida a salir de su escondite y a continuación mataría a las células infectadas. Lo haría con la molécula JP-III-48, en primer lugar. Luego entrarían en juego los anticuerpos correspondientes, que son fáciles de generar en laboratorio. El siguiente paso de la investigación será poner a prueba en monos el potencial de esta molécula abrelatas.
Anticuerpos clonados que quizá puedan usarse
El mes pasado, investigadores de la Universidad de Rockefeller en Nueva York (EE UU) hicieron público en Nature otro avance muy interesante para la lucha contra el sida.
Estos científicos clonaron anticuerpos de individuos afectados por el VIH-1 que, como se ha dicho, son potentes neutralizadores serológicos de la enfermedad. El funcionamiento de estos clones fue probado en primer lugar con ratones humanizados –roedores a los que se le introdujeron genes humanos– y en primates con la enfermedad. Se demostró así su capacidad para reducir notablemente la carga vírica del sida.
Luego, los anticuerpos clonados fueron probados también en humanos. Se hizo en concreto con un anticuerpo llamado 3BNC117, que fue insertado en los linfocitos CD4 –un tipo de células humanas presentes en la sangre que activan el sistema inmunitario–.
Las pruebas se realizaron en 17 individuos infectados con este subtipo de VIH, y en 12 individuos sanos. Los resultados constataron que el 3BNC117 resulta “ampliamente neutralizante contra el VIH”, que es seguro y que, además, es bien tolerado por los pacientes.
Referencias bibliográficas:
Jonathan Richard, et al. CD4 mimetics sensitize HIV-1-infected cells to ADCC. PNAS (2015). DOI: 10.1073/pnas.1506755112.
Marina Caskey et al. Viraemia suppressed in HIV-1-infected humans by broadly neutralizing antibody 3BNC117. Nature (2015). DOI:10.1038/nature14411.
Jonathan Richard, et al. CD4 mimetics sensitize HIV-1-infected cells to ADCC. PNAS (2015). DOI: 10.1073/pnas.1506755112.
Marina Caskey et al. Viraemia suppressed in HIV-1-infected humans by broadly neutralizing antibody 3BNC117. Nature (2015). DOI:10.1038/nature14411.