Tsunami europeo


Los resultados de las elecciones anticipadas británicas ponen de manifiesto una tendencia que se está haciendo global: la división social está haciendo ingobernables países y procesos políticos como el Brexit, así como amenazando los mandatos de May y Trump.


09/06/2017

Los resultados de las elecciones anticipadas británicas constituyen un nuevo tsunami para Europa. Con el Brexit planteado, el Reino Unido se ha quedado sin manos para gestionar la salida de la UE, con una primera ministra que, según los medios británicos, se ha pegado un tiro en la cabeza, y con una oposición que, si bien sale reforzada en el Parlamento, al mismo tiempo se queda sin posibilidad de dirigir una partida razonable del concierto europeo. Y los plazos de la negociación siguen corriendo.

Es el resultado de una decisión, la que tomó el año pasado David Cameron convocando el referéndum, que no ha estado bien gestionada por la división que puso de manifiesto en el seno de la población británica: difícilmente se puede articular nada coherente con la mitad de la población pensando de forma tan diferente sobre la permanencia en la UE.

El caso británico no es el único en manifestar esta profunda división social. Estados Unidos es otro ejemplo elocuente de cómo la fragmentación del electorado provoca situaciones como el triunfo de Donald Trump, hoy el presidente más impopular de la historia norteamericana moderna  y amenazado también, como Theresa May, de no poder tal vez terminar su mandato. Esta división social se está convirtiendo en tendencia global y dificulta la gobernabilidad, al menos tal como se ha entendido hasta ahora.

El año pasado, 150 miembros de la Royal Society, entre ellos Stephen Hawking, ya habían calificado el Brexit como un “desastre para la ciencia y las universidades británicas”. El pronóstico sigue siendo válido, pero amplía sus dimensiones para convertirse en un desastre para el Reino Unido y el proyecto europeo, abocado a una profunda renovación si quiere superar sus desafíos actuales y resolver adecuadamente el problema británico.



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