Imagen de iMAGINE. PohotoXpress.
Los empleados enfermos siguen siendo motivo de discusión: por un lado, para ellos es un estrés permanente el pensar en llegar a enfermarse porque, si ello sucede, tienen que enfrentarse con las presiones de la oficina y decidir entre trabajar sintiéndose muy mal o ausentarse y afrontar determinadas consecuencias directas o indirectas; y, por otro, están las empresas que, aunque afirmen formalmente que aceptan que sus empleados no vayan a trabajar estando enfermos, tal vez no les dan a entender lo mismo a ellos o les demuestran lo contrario con su actitud cuando esto sucede.
Se trata de un problema que pareciera no tener tanta relevancia, pero que, en la práctica, realmente la tiene, ya que no solo se limita a la salud y la parte emocional de millones de trabajadores en el mundo, sino que también se traslada al ambiente laboral de las empresas y a sus resultados generales, debido a las consecuencias negativas y los costos tanto del presentismo como del contagio de enfermedades.
Y es que los datos continúan confirmando que las empresas siguen fomentando el presentismo. Una nueva encuesta de CareerBuilder, en la que participaron más de 3700 trabajadores, reveló que casi tres de cada cuatro empleados (72%) generalmente van a trabajar aunque estén enfermos debido a las presiones y al presentismo. Además, el miedo a las consecuencias de faltar al trabajo hace que 55% de los trabajadores se sientan culpables si llaman para decir que se ausentarán.
Aumentan los enfermos
Es posible que los empleados piensen que sus directivos valoren el que no se ausenten, sino que hagan el esfuerzo de ir a trabajar aunque estén enfermos. Es posible que algunos directivos realmente lo valoren y lo prefieran. Pero se trata de una mirada miope que no alcanza a ver que las consecuencias negativas de no quedarse en casa durante la enfermedad son muchas más que las positivas.
Un trabajador enfermo en la oficina no solo no podrá realizar bien sus labores y sentirá su bienestar vulnerado, sino que se convertirá en un riesgo de contagio para todos los demás, haciendo que esto se convierta en un ciclo.
De acuerdo con la encuesta, 53% de los empleados afirman haber sido contagiados de una enfermedad por un compañero que asistió a la oficina estando enfermo y 12% aseguran haber recibido el bicho en el transporte público, proveniente de alguna persona que estaba enferma, en la ida hacia o desde el trabajo.
Rosemary Haefner, vice presidenta de Recursos Humanos en CareerBuilder, explica que “Es importante que los empleados cuiden su salud y la salud de los demás, quedándose en la casa cuando no se sienten bien. Aunque los trabajadores sientan presión para estar presentes en la oficina, deberían hablar con sus directivos acerca de quedarse en casa si están enfermos, o preguntar por otras opciones como trabajar desde casa. La mayoría de los empleadores son flexibles y entienden que los empleados son más productivos si se están en su mejor ánimo”.
Se trata de un problema que pareciera no tener tanta relevancia, pero que, en la práctica, realmente la tiene, ya que no solo se limita a la salud y la parte emocional de millones de trabajadores en el mundo, sino que también se traslada al ambiente laboral de las empresas y a sus resultados generales, debido a las consecuencias negativas y los costos tanto del presentismo como del contagio de enfermedades.
Y es que los datos continúan confirmando que las empresas siguen fomentando el presentismo. Una nueva encuesta de CareerBuilder, en la que participaron más de 3700 trabajadores, reveló que casi tres de cada cuatro empleados (72%) generalmente van a trabajar aunque estén enfermos debido a las presiones y al presentismo. Además, el miedo a las consecuencias de faltar al trabajo hace que 55% de los trabajadores se sientan culpables si llaman para decir que se ausentarán.
Aumentan los enfermos
Es posible que los empleados piensen que sus directivos valoren el que no se ausenten, sino que hagan el esfuerzo de ir a trabajar aunque estén enfermos. Es posible que algunos directivos realmente lo valoren y lo prefieran. Pero se trata de una mirada miope que no alcanza a ver que las consecuencias negativas de no quedarse en casa durante la enfermedad son muchas más que las positivas.
Un trabajador enfermo en la oficina no solo no podrá realizar bien sus labores y sentirá su bienestar vulnerado, sino que se convertirá en un riesgo de contagio para todos los demás, haciendo que esto se convierta en un ciclo.
De acuerdo con la encuesta, 53% de los empleados afirman haber sido contagiados de una enfermedad por un compañero que asistió a la oficina estando enfermo y 12% aseguran haber recibido el bicho en el transporte público, proveniente de alguna persona que estaba enferma, en la ida hacia o desde el trabajo.
Rosemary Haefner, vice presidenta de Recursos Humanos en CareerBuilder, explica que “Es importante que los empleados cuiden su salud y la salud de los demás, quedándose en la casa cuando no se sienten bien. Aunque los trabajadores sientan presión para estar presentes en la oficina, deberían hablar con sus directivos acerca de quedarse en casa si están enfermos, o preguntar por otras opciones como trabajar desde casa. La mayoría de los empleadores son flexibles y entienden que los empleados son más productivos si se están en su mejor ánimo”.
Un lugar de trabajo más saludable
Las enfermedades son algo que tanto los empleados como los directivos quieren evitar a toda costa, ya que, definitivamente, presentan inconvenientes de diversas índoles como en el bienestar de los trabajadores y en su capacidad de trabajo, en la productividad de la empresa, en los riesgos de contagio a otros empleados, en las tensiones que pueden surgir a la hora de ausentarse o asistir sin sentirse bien, entre otros.
De acuerdo con la encuesta, 19% de los trabajadores afirmaron que sus compañías les han proporcionado vacunas contra la gripa en la oficina y 38% dijeron haber actuado de manera proactiva buscando ellos mismo esta vacuna para aplicársela este año.
Además, los participantes de la encuesta mencionan otras medidas que toman para evitar los gérmenes como lavarse las manos continuamente (78%); mantener desinfectantes a la mano para usarlos frecuentemente (32%); limpiar constantemente el teclado del computador, el teléfono y el escritorio (30%); evitar darles la mano a otros (15%); y no asistir a reuniones en las que hay alguien enfermo (3%).
Por otra parte, Haefner ofrece algunos consejos para controlar las enfermedades: quedarse en casa para no regar los gérmenes o, al menos, trabajar en un salón aparte y taparse al estornudar y toser; tomar descansos necesarios durante el día y hacer prácticas relajantes como yoga para no dejar que las cargas de trabajo perturben la salud; y hablar claramente con los directivos y con recursos humanos para saber cómo se manejan las ausencias por enfermedad y así poder descansar lo necesario durante días de estos.
Las empresas deben tener en cuenta que la salud de uno de sus trabajadores termina relacionándose no solo con la de todo el personal, sino también con la propia salud de la organización.
Las enfermedades son algo que tanto los empleados como los directivos quieren evitar a toda costa, ya que, definitivamente, presentan inconvenientes de diversas índoles como en el bienestar de los trabajadores y en su capacidad de trabajo, en la productividad de la empresa, en los riesgos de contagio a otros empleados, en las tensiones que pueden surgir a la hora de ausentarse o asistir sin sentirse bien, entre otros.
De acuerdo con la encuesta, 19% de los trabajadores afirmaron que sus compañías les han proporcionado vacunas contra la gripa en la oficina y 38% dijeron haber actuado de manera proactiva buscando ellos mismo esta vacuna para aplicársela este año.
Además, los participantes de la encuesta mencionan otras medidas que toman para evitar los gérmenes como lavarse las manos continuamente (78%); mantener desinfectantes a la mano para usarlos frecuentemente (32%); limpiar constantemente el teclado del computador, el teléfono y el escritorio (30%); evitar darles la mano a otros (15%); y no asistir a reuniones en las que hay alguien enfermo (3%).
Por otra parte, Haefner ofrece algunos consejos para controlar las enfermedades: quedarse en casa para no regar los gérmenes o, al menos, trabajar en un salón aparte y taparse al estornudar y toser; tomar descansos necesarios durante el día y hacer prácticas relajantes como yoga para no dejar que las cargas de trabajo perturben la salud; y hablar claramente con los directivos y con recursos humanos para saber cómo se manejan las ausencias por enfermedad y así poder descansar lo necesario durante días de estos.
Las empresas deben tener en cuenta que la salud de uno de sus trabajadores termina relacionándose no solo con la de todo el personal, sino también con la propia salud de la organización.