Cartel de la obra. Fuente: Teatro Cofidis Alcázar.
Trabajos de amor perdidos (Love’s Labour’s Lost), proyecto conjunto de la Fundación Siglo de Oro en asociación con el Shakespeare’s Globe Theatre, se estrenó el 23 de abril, aniversario de la muerte del genio inglés, en el Castillo de Olite, en Navarra.
Tras su paso por los Teatros del Canal de Madrid, el público tiene una espléndida oportunidad durante las semanas estivales de disfrutar durante dos horas largas con este espectáculo tan brillante dramáticamente como excelentemente interpretado.
Obra de juventud, simpática comedia de enredo, su argumento gira en torno a unos hechos asaz extravagantes: en un presunto y contemporáneo reino de Navarra, su rey y tres de sus más allegados consejeros deciden encerrarse en el castillo y hacer voto de dedicarse por entero al estudio y la meditación filosófica, rechazando cualquier tentación placentera, evitando el contacto femenino durante ese tiempo.
La llegada al castillo de la Princesa de Francia y tres de sus damas quebrará la firme determinación de los caballeros, dando lugar a la confrontación entre los votos de mantenerse en abstinencia, y la seducción que supone la ruptura del juramento para dejarse llevar por las atracciones del amor.
Tras su paso por los Teatros del Canal de Madrid, el público tiene una espléndida oportunidad durante las semanas estivales de disfrutar durante dos horas largas con este espectáculo tan brillante dramáticamente como excelentemente interpretado.
Obra de juventud, simpática comedia de enredo, su argumento gira en torno a unos hechos asaz extravagantes: en un presunto y contemporáneo reino de Navarra, su rey y tres de sus más allegados consejeros deciden encerrarse en el castillo y hacer voto de dedicarse por entero al estudio y la meditación filosófica, rechazando cualquier tentación placentera, evitando el contacto femenino durante ese tiempo.
La llegada al castillo de la Princesa de Francia y tres de sus damas quebrará la firme determinación de los caballeros, dando lugar a la confrontación entre los votos de mantenerse en abstinencia, y la seducción que supone la ruptura del juramento para dejarse llevar por las atracciones del amor.
Plagada de marcas shakespirianas
Comedia galante, llena de juegos lingüísticos, trampantojos, travestimentos, malentendidos, disfrace y ocultaciones, trasluce la alegría de vivir, el poder de la seducción y la obligación de ser fiel a la palabra dada. Una muy brillante adaptación de la misma, en clave de musical de Hollywood, fue llevada al cine por Kenneth Branagh en 2000.
La versión que nos ocupa destaca por un espacio escénico representado con una profusión de postes tejidos y enredados por cordeles, que hacen las veces de bosque, sala de palacio o jardín laberíntico, según convenga, y que, simbólicamente, revelan el enredo y la ocultación de unos personajes, decididos en teoría a cometer empresas intelectuales e incapaces, a las primeras de cambio, de cumplir con sus compromisos.
La obra está plagada de marcas shakespirianas: teatro dentro del teatro, el disfraz, la mezcla de estilos, del sublime al vulgar, y se cimenta en lo que para mí es la gran clave de este espectáculo: el elenco de actores y la dirección de los mismos.
Observe el espectador lo bien resueltas que están las transiciones, la complicidad tensa de cuerpos y miradas, admire la presencia en escena de Lucía Quintana, una espléndida Rosalina, a quien ya elogiamos en estas páginas hace unos meses por su actuación en Los hermanos Karamazov, secundada con altura por el resto de compañeros. Se nota que los actores se divierten con la función y el público responde con agrado a su entrega.
Esta obra no está entre lo más conocido ni representado de Shakespeare, por eso creo que esta versión merece mucho la pena y el público fiel y acalorado puede resguardarse de la calima durante dos horas, en un teatro recién remozado. No se la pierdan.
Comedia galante, llena de juegos lingüísticos, trampantojos, travestimentos, malentendidos, disfrace y ocultaciones, trasluce la alegría de vivir, el poder de la seducción y la obligación de ser fiel a la palabra dada. Una muy brillante adaptación de la misma, en clave de musical de Hollywood, fue llevada al cine por Kenneth Branagh en 2000.
La versión que nos ocupa destaca por un espacio escénico representado con una profusión de postes tejidos y enredados por cordeles, que hacen las veces de bosque, sala de palacio o jardín laberíntico, según convenga, y que, simbólicamente, revelan el enredo y la ocultación de unos personajes, decididos en teoría a cometer empresas intelectuales e incapaces, a las primeras de cambio, de cumplir con sus compromisos.
La obra está plagada de marcas shakespirianas: teatro dentro del teatro, el disfraz, la mezcla de estilos, del sublime al vulgar, y se cimenta en lo que para mí es la gran clave de este espectáculo: el elenco de actores y la dirección de los mismos.
Observe el espectador lo bien resueltas que están las transiciones, la complicidad tensa de cuerpos y miradas, admire la presencia en escena de Lucía Quintana, una espléndida Rosalina, a quien ya elogiamos en estas páginas hace unos meses por su actuación en Los hermanos Karamazov, secundada con altura por el resto de compañeros. Se nota que los actores se divierten con la función y el público responde con agrado a su entrega.
Esta obra no está entre lo más conocido ni representado de Shakespeare, por eso creo que esta versión merece mucho la pena y el público fiel y acalorado puede resguardarse de la calima durante dos horas, en un teatro recién remozado. No se la pierdan.
Referencia:
Obra: Trabajos de amor perdidos.
Autor: William Shakespeare.
Dirección y escenografía: Tim Hoare, Rodrigo Arribas.
Reparto: Lucía Quintana, Javier Collado, Alejandra Mayo, Julio Hidalgo.
Próximas representaciones: Hasta el 11 de septiembre de 2016 (miércoles a viernes 20:30 h. Sábados 19h. y 22h. domingos 19h) en Teatro Cofidis Alcázar.
Obra: Trabajos de amor perdidos.
Autor: William Shakespeare.
Dirección y escenografía: Tim Hoare, Rodrigo Arribas.
Reparto: Lucía Quintana, Javier Collado, Alejandra Mayo, Julio Hidalgo.
Próximas representaciones: Hasta el 11 de septiembre de 2016 (miércoles a viernes 20:30 h. Sábados 19h. y 22h. domingos 19h) en Teatro Cofidis Alcázar.