La guerra
no es declarada,
sino continuada; lo inaudito
se ha hecho cotidiano. El héroe
se mantiene lejos del combate.
El débil
ha avanzado hacia la línea de fuego.
Uniforme del día: la paciencia,
se condecora con la pobre estrella
de la esperanza, sobre el corazón.
Se la otorga
cuando ya no ocurre nada,
cuando enmudecen los tambores,
cuando el enemigo se ha hecho invisible
y la sombra de perpetuas corazas
cubre los cielos.
Se la otorga
por la deserción,
por el valor ante el amigo,
por la traición de indignos secretos,
por el desacato
de toda orden recibida.
Ingeborg Bachmann
no es declarada,
sino continuada; lo inaudito
se ha hecho cotidiano. El héroe
se mantiene lejos del combate.
El débil
ha avanzado hacia la línea de fuego.
Uniforme del día: la paciencia,
se condecora con la pobre estrella
de la esperanza, sobre el corazón.
Se la otorga
cuando ya no ocurre nada,
cuando enmudecen los tambores,
cuando el enemigo se ha hecho invisible
y la sombra de perpetuas corazas
cubre los cielos.
Se la otorga
por la deserción,
por el valor ante el amigo,
por la traición de indignos secretos,
por el desacato
de toda orden recibida.
Ingeborg Bachmann