Foxiris, subiendo un escalón. Imagen: Li Vigni-Kavanagh. Fuente: Total.
La corporación privada vasca Tecnalia será la coordinadora en territorio español de un programa de la Agencia Espacial Europea (ESA) que busca fomentar la transferencia de tecnología procedente del sector espacial a funciones terrestres como la prospección de gas y petróleo.
La iniciativa, explica el Parque Tecnológico Vasco en una nota de prensa, tiene el objetivo de evaluar e identificar las posibles aplicaciones terrestres de tecnologías aeroespaciales y actuar como intermediario entre los proveedores de esos desarrollos y los potenciales beneficiarios.
La corporación ya ha tenido un papel destacado en la evaluación de las posibilidades de transferencia de un robot basado en la nave de la ESA ExoMars que tiene opciones de hacerse un hueco en plataformas de gas y petróleo por sus posibilidades para trabajar en entornos de difícil acceso.
Este equipamiento, desarrollado por un equipo hispano-portugués liderado por la compañía española GMV, compite en un concurso de tres años de duración financiado por la multinacional de hidrocarburos Total, que impulsa el uso de robots para trabajar en zonas de producción de hidrocarburos extremas.
El robot, denominado Foxiris, está equipado con sensores de navegación interna e instrumentación científica que incluye cámaras, imágenes térmicas, sensores de gas y micrófonos. La instrumentación permite inspeccionar y vigilar medidores de presión, válvulas e indicadores de nivel y detectar superficies calientes, alarmas de sonido y fugas de gas.
Se trata un robot todoterreno, resistente al agua y cuya locomoción se basa principalmente en sistema de transmisión por cadenas mejorado.
La iniciativa, explica el Parque Tecnológico Vasco en una nota de prensa, tiene el objetivo de evaluar e identificar las posibles aplicaciones terrestres de tecnologías aeroespaciales y actuar como intermediario entre los proveedores de esos desarrollos y los potenciales beneficiarios.
La corporación ya ha tenido un papel destacado en la evaluación de las posibilidades de transferencia de un robot basado en la nave de la ESA ExoMars que tiene opciones de hacerse un hueco en plataformas de gas y petróleo por sus posibilidades para trabajar en entornos de difícil acceso.
Este equipamiento, desarrollado por un equipo hispano-portugués liderado por la compañía española GMV, compite en un concurso de tres años de duración financiado por la multinacional de hidrocarburos Total, que impulsa el uso de robots para trabajar en zonas de producción de hidrocarburos extremas.
El robot, denominado Foxiris, está equipado con sensores de navegación interna e instrumentación científica que incluye cámaras, imágenes térmicas, sensores de gas y micrófonos. La instrumentación permite inspeccionar y vigilar medidores de presión, válvulas e indicadores de nivel y detectar superficies calientes, alarmas de sonido y fugas de gas.
Se trata un robot todoterreno, resistente al agua y cuya locomoción se basa principalmente en sistema de transmisión por cadenas mejorado.
Concurso
Total, informa la ESA, espera que en un futuro los robots autónomos refuercen la seguridad de los operadores llevando a cabo tareas rutinarias y repetitivas, como las inspecciones, así como detectar anomalías, alertar a los operadores e intervenir en emergencias.
El consorcio de GMV Foxiris fue uno de los cinco equipos escogidos en 2014 como competidores en el concurso, denominado Argos.
“Queremos que el robot sea capaz de moverse por las instalaciones, llegando dondequiera que llega hoy un humano”, explica Kris Kydd, jefe de misión de Argos, del departamento de Exploration & Production R&D de Total.
“Empleando técnicas de inteligencia artificial queremos que los robots sean capaces de leer y registrar valores en la instrumentación, y de decidir de forma autónoma si son normales o no. Si hay una situación anómala el robot debe alertar al operador remoto”.
Pruebas
Los robots deben pasar tres series de pruebas en una planta en Lacq, Francia, la primera de las cuales tuvo lugar en junio. La unidad de deshidratación de gas tiene escaleras, pasadizos estrechos y los obstáculos propios de una planta de producción.
Tras la primera serie de exigentes pruebas, de cinco días de duración, el jurado de Argos comentó: “Foxiris se ha distinguido por su extraordinaria resistencia”.
El robot Foxiris está basado en un diseño ya disponible comercialmente, creado por la portuguesa IdMind, socia del consorcio. GMV aplica su experiencia en plataformas móviles espaciales para desarrollar todo el sistema de control y el software de operaciones. El tercer socio es un centro de robótica de la Universidad Politécnica de Madrid.
Total, informa la ESA, espera que en un futuro los robots autónomos refuercen la seguridad de los operadores llevando a cabo tareas rutinarias y repetitivas, como las inspecciones, así como detectar anomalías, alertar a los operadores e intervenir en emergencias.
El consorcio de GMV Foxiris fue uno de los cinco equipos escogidos en 2014 como competidores en el concurso, denominado Argos.
“Queremos que el robot sea capaz de moverse por las instalaciones, llegando dondequiera que llega hoy un humano”, explica Kris Kydd, jefe de misión de Argos, del departamento de Exploration & Production R&D de Total.
“Empleando técnicas de inteligencia artificial queremos que los robots sean capaces de leer y registrar valores en la instrumentación, y de decidir de forma autónoma si son normales o no. Si hay una situación anómala el robot debe alertar al operador remoto”.
Pruebas
Los robots deben pasar tres series de pruebas en una planta en Lacq, Francia, la primera de las cuales tuvo lugar en junio. La unidad de deshidratación de gas tiene escaleras, pasadizos estrechos y los obstáculos propios de una planta de producción.
Tras la primera serie de exigentes pruebas, de cinco días de duración, el jurado de Argos comentó: “Foxiris se ha distinguido por su extraordinaria resistencia”.
El robot Foxiris está basado en un diseño ya disponible comercialmente, creado por la portuguesa IdMind, socia del consorcio. GMV aplica su experiencia en plataformas móviles espaciales para desarrollar todo el sistema de control y el software de operaciones. El tercer socio es un centro de robótica de la Universidad Politécnica de Madrid.