El girasol, icono de las energías renovables por su enorme aprovechamiento de la luz solar, su uso para fabricar biodiésel y su "parecido" con el Sol. Fuente: Wikimedia Commons.
En 2010, un grupo de personas vinculadas a la Universitat de Girona, en Cataluña (España), vieron la necesidad de promover la participación de la ciudadanía en un cambio de modelo energético, tal y como ya se ha hecho con éxito en otros países europeos.
Con esta intención, se funda la cooperativa sin ánimo de lucro Som Energia en la Casa de Cultura de Girona, a finales de ese mismo año. Desde 2011, esta iniciativa popular funciona plenamente con el ánimo de alcanzar los siguientes objetivos: convertirse en una comercializadora de electricidad 100% renovable e iniciar los primeros proyectos propios de producción de energía.
Finalmente, en septiembre de 2011, Som Energia inicia la actividad de comercialización de electricidad verde certificada.
Una nueva conciencia sostenible
Cada día resulta más necesario generar energía localmente, a partir de fuentes renovables, por varias razones: el final de la existencia de petróleo accesible a buen precio, la necesidad de alcanzar una mayor seguridad energética (actualmente, tenemos demasiada dependencia energética exterior, de zonas en conflicto); la urgencia de eludir los efectos sobre el cambio climático que provoca el uso de combustibles fósiles, y la necesidad de fomentar la producción energética descentralizada y la economía local.
Según la página web de Som Energia, en nuestro país, la situación de las energías renovables está en una fase bastante primaria. La mayoría de los proyectos son a gran escala y han sido realizados por pocas y grandes empresas.
Pero expandiendo el apoyo popular a estas fuentes de energía renovable podría transformarse este panorama: si la gente visualiza y saca provecho de los proyectos de energías renovables ayudará al surgimiento de una nueva conciencia sostenible.
Para conseguir esto, hay que aplicar medidas de promoción local a pequeña escala. Este sistema no es nuevo, y ha funcionado ya con éxito en países como Alemania o Bélgica, y en muchas ciudades europeas, en las que han surgido iniciativas populares a pequeña escala de cooperativas de producción energética.
Muchas de estas cooperativas han tenido una buena aceptación y algunas se han convertido en organizaciones importantes y modélicas, con miles de socios y millones de euros de facturación.
Con esta intención, se funda la cooperativa sin ánimo de lucro Som Energia en la Casa de Cultura de Girona, a finales de ese mismo año. Desde 2011, esta iniciativa popular funciona plenamente con el ánimo de alcanzar los siguientes objetivos: convertirse en una comercializadora de electricidad 100% renovable e iniciar los primeros proyectos propios de producción de energía.
Finalmente, en septiembre de 2011, Som Energia inicia la actividad de comercialización de electricidad verde certificada.
Una nueva conciencia sostenible
Cada día resulta más necesario generar energía localmente, a partir de fuentes renovables, por varias razones: el final de la existencia de petróleo accesible a buen precio, la necesidad de alcanzar una mayor seguridad energética (actualmente, tenemos demasiada dependencia energética exterior, de zonas en conflicto); la urgencia de eludir los efectos sobre el cambio climático que provoca el uso de combustibles fósiles, y la necesidad de fomentar la producción energética descentralizada y la economía local.
Según la página web de Som Energia, en nuestro país, la situación de las energías renovables está en una fase bastante primaria. La mayoría de los proyectos son a gran escala y han sido realizados por pocas y grandes empresas.
Pero expandiendo el apoyo popular a estas fuentes de energía renovable podría transformarse este panorama: si la gente visualiza y saca provecho de los proyectos de energías renovables ayudará al surgimiento de una nueva conciencia sostenible.
Para conseguir esto, hay que aplicar medidas de promoción local a pequeña escala. Este sistema no es nuevo, y ha funcionado ya con éxito en países como Alemania o Bélgica, y en muchas ciudades europeas, en las que han surgido iniciativas populares a pequeña escala de cooperativas de producción energética.
Muchas de estas cooperativas han tenido una buena aceptación y algunas se han convertido en organizaciones importantes y modélicas, con miles de socios y millones de euros de facturación.
Pequeñas cantidades para conseguir grandes objetivos
El objetivo de Som Energia, como la de esas otras iniciativas europeas, es convertirse en una cooperativa que reúna a miles de personas que sientan el deseo de cambiar el modelo energético actual y de trabajar para alcanzar un modelo 100% renovable.
Según la cooperativa, “si cada uno de nosotros invierte una pequeña cantidad es posible poner en marcha proyectos de generación a partir de fuentes renovables (biogás, solar, eólica, etc.). De manera independiente, sin depender de nada más, sólo de nuestra voluntad”.
En el logro de este objetivo puede participar cualquiera: todo el que lo desee puede sumarse a Som Energia como cooperativista y consumidor (rellenando un formulario, y también como inversor en proyectos renovables para desarrollar una economía sostenible.
Por otro lado, para ser copropietario de Som Energia solo es necesaria una única aportación rembolsable de 100 euros. Todos los miembros tienen el mismo voto y conseguirán ganar independencia respecto de las grandes compañías energéticas, disfrutar de un mejor servicio, con información veraz y con un trato personal; así como participar de un modelo de negocio óptimo (sin gastos en publicidad, sin grandes sueldos a directivos, con oficinas modestas y eficientes, con una gestión y comunicación vía web), informa Som Energia.
Asimismo, los cooperativistas de Som Energia entrarán a formar parte de un movimiento social a favor de las renovables y la participación ciudadana, y a consumir responsablemente -es posible tener contrato con Som Energia para el consumo eléctrico en casa, y a un precio muy similar al que se paga en una gran compañía convencional-, promoviendo al mismo tiempo inversiones directas para generar buena energía.
El objetivo de Som Energia, como la de esas otras iniciativas europeas, es convertirse en una cooperativa que reúna a miles de personas que sientan el deseo de cambiar el modelo energético actual y de trabajar para alcanzar un modelo 100% renovable.
Según la cooperativa, “si cada uno de nosotros invierte una pequeña cantidad es posible poner en marcha proyectos de generación a partir de fuentes renovables (biogás, solar, eólica, etc.). De manera independiente, sin depender de nada más, sólo de nuestra voluntad”.
En el logro de este objetivo puede participar cualquiera: todo el que lo desee puede sumarse a Som Energia como cooperativista y consumidor (rellenando un formulario, y también como inversor en proyectos renovables para desarrollar una economía sostenible.
Por otro lado, para ser copropietario de Som Energia solo es necesaria una única aportación rembolsable de 100 euros. Todos los miembros tienen el mismo voto y conseguirán ganar independencia respecto de las grandes compañías energéticas, disfrutar de un mejor servicio, con información veraz y con un trato personal; así como participar de un modelo de negocio óptimo (sin gastos en publicidad, sin grandes sueldos a directivos, con oficinas modestas y eficientes, con una gestión y comunicación vía web), informa Som Energia.
Asimismo, los cooperativistas de Som Energia entrarán a formar parte de un movimiento social a favor de las renovables y la participación ciudadana, y a consumir responsablemente -es posible tener contrato con Som Energia para el consumo eléctrico en casa, y a un precio muy similar al que se paga en una gran compañía convencional-, promoviendo al mismo tiempo inversiones directas para generar buena energía.
Logo de la cooperativa Som Energia. Fuente: somenergia.com.
Miles de socios actualmente
El órgano de decisión más elevado de la cooperativa es la asamblea general de socios y socias, en la que cada persona tiene un voto. El consejo rector se encarga de las decisiones diarias y del funcionamiento ordinario, pero siempre respetando y dando continuidad a las directrices marcadas por la asamblea.
A día de hoy, Som Energia cuenta ya con un total de 3.196 socios y una inversión de 1.155.330 euros.
Dispone además de una instalación de energía fotovoltaica y está poniendo en marcha diversos proyectos de instalaciones de energía renovable, tareas que lleva a cabo con el apoyo del trabajo de voluntariado y con la contribución de pequeños inversores.
La iniciativa ha sido recientemente galardonada con el El Premio Medio Ambiente, que convoca el Departamento de Territorio y sostenibilidad de la Generalidad de Cataluña y que se enmarca en la celebración del Año Internacional de la Energía Sostenible para Todos, proclamado por las Naciones Unidas con el objetivo de reconocer la importancia del acceso sostenible a la energía, la eficiencia energética y la energía renovable en el ámbito local, nacional, regional e internacional.
El órgano de decisión más elevado de la cooperativa es la asamblea general de socios y socias, en la que cada persona tiene un voto. El consejo rector se encarga de las decisiones diarias y del funcionamiento ordinario, pero siempre respetando y dando continuidad a las directrices marcadas por la asamblea.
A día de hoy, Som Energia cuenta ya con un total de 3.196 socios y una inversión de 1.155.330 euros.
Dispone además de una instalación de energía fotovoltaica y está poniendo en marcha diversos proyectos de instalaciones de energía renovable, tareas que lleva a cabo con el apoyo del trabajo de voluntariado y con la contribución de pequeños inversores.
La iniciativa ha sido recientemente galardonada con el El Premio Medio Ambiente, que convoca el Departamento de Territorio y sostenibilidad de la Generalidad de Cataluña y que se enmarca en la celebración del Año Internacional de la Energía Sostenible para Todos, proclamado por las Naciones Unidas con el objetivo de reconocer la importancia del acceso sostenible a la energía, la eficiencia energética y la energía renovable en el ámbito local, nacional, regional e internacional.