Sólo el 8% de los europeos se acoge al Triple Pay

El crecimiento del sector es muy tímido en Europa


Un estudio del gabinete Forrester ha descubierto la modestia del mercado de Triple Pay en Europa, en el que participa únicamente el 8% de los europeos, un 3% más que el año pasado. El Reino Unido es el país más sensible a esta oferta, seguido de Francia, Holanda y España. Sin embargo, el 37% de los europeos está dispuesto a considerar una propuesta que combine Internet, telefonía IP y televisión por ADSL, y la mayoría prefiere contratarla con el operador histórico de su país. Pero habrá que ir despacio. Por Vanessa Marsh.


Vanessa Marsh
10/10/2006

Sólo el 8% de los europeos se ha acogido a una oferta de Triple Pay (fórmula que integra Internet de alta velocidad, telefonía IP y televisión por ADSL) a 30 de junio pasado, según el último estudio de este mercado realizado por el gabinete de estudios norteamericano Forrester Research.

En el mismo período del año anterior el porcentaje de usuarios de Triple Pay en Europa era del 5%, por lo que el crecimiento del sector en los últimos doce meses se establece en el 3%. Son porcentajes modestos, pero que crecen lentamente.

El estudio se ha realizado sobre una encuesta a 25.447 hogares repartidos en siete países de Europa, entre ellos España. La disparidad regional aflora en esta encuesta: el Reino Unido es el país más sensible a estas ofertas, con una tasa de penetración del 13%. Francia le sigue con un 12% y holandeses y españoles comparten la tercera posición con el 10% de penetración. Alemanes, suecos e italianos no muestran mayor interés por esta oferta.

Sin embargo, las expectativas no son malas: el 36% de los europeos que no están abonados actualmente han mostrado interés por una oferta de Triple Pay. El año pasado era el 35%, por lo que se aprecia un tímido desarrollo de la sensibilidad hacia esta modalidad de consumo.

Sensibilidad relativa

Por el contrario, los europeos que ya tienen una conexión doméstica de bando de ancha pierden interés por el Triple Pay: eran el 49% de este colectivo en junio de 2005 y ahora son sólo un 47%. Únicamente Suecia (donde el interés ha evolucionado en un año del 46 al 51%) y Alemania (que ha pasado del 49% al 54%) muestran signos positivos.

Forrester ha indagado acerca de los atractivos de la oferta: casi la mitad de los europeos (de los que el 60% están equipados con banda ancha) justifican su predisposición por la posibilidad de reducir su factura mensual de consumo de Internet.

El siguiente atractivo es la posibilidad de unificar en una factura tres servicios diferentes, lo que interesa al 42% de los europeos. La tercera razón esgrimida es la posibilidad de mejorar las condiciones de la navegación por Internet, obteniendo mayor rapidez en la transmisión de datos, lo que argumentan el 27% de los europeos.

Otro dato sorprendente: el 26% de los europeos prefieren el servicio de Triple Pay que pueda ofertarle su operador de telefonía fija, tendencia que en la mayoría de los casos beneficia a los operadores históricos de cada país. Sólo un 10% preferiría cambiar a un proveedor de acceso a Internet alternativo (FAI) o un operador de cable.

En este aspecto, los datos regionales también son dispares: más de una tercera parte de los españoles se muestra favorables a la oferta de Triple Pay que puede realizar el operador histórico, Telefónica, mientras que sólo el 5% está dispuesto a acudir a otros operadores alternativos. En Francia, sin embargo, sucede lo contrario: los usuarios prefieren operadores alternativos para suscribir una oferta de Triple Pay, según Forrester.

Severa advertencia

En cualquier caso, Forrester no se muestra demasiado optimista respecto a la evolución de este mercado y en otro estudio advierte del riesgo de que las operadoras estén adentrándose en un estado de suicidio financiero por las inversiones en esta oferta rodeada de tanta incertidumbre.

Según Forrester, el incremento del número de abonados a las ofertas de Triple Pay no es suficiente para compensar las enormes inversiones que los operadores históricos están destinando a estos servicios, lo que puede suponer la acumulación de pérdidas considerables. Forrester estima que la cuota media europea por estos servicios dentro de diez años se situará en torno a los 3.700 euros anuales por abonado.

Forrester recomienda, particularmente a Deutsche Telekom y France Télécom, que reconsideren sus estrategias de inversiones para llevar Triple Pay a los hogares de sus respectivos países, señalando que lo más probable es que resulten en un fracaso.

A la vista de las expectativas del mercado, Forrester propone a los operadores históricos que renuncien a sus sueños de grandeza en las infraestructuras de fibra para servicios Triple Pay y que se concentren en una primera fase en la convergencia fijo-móvil. De esta forma, bajarían la movilidad de sus clientes hasta conseguir que su estrategia sobre Triple Pay y su capacidad de reacción operacional sean una realidad.

En cualquier caso, Forrester no es la única voz de alarma. El pasado enero, la revista Time dedicó un reportaje al sector preguntándose si el mercado previsible de los servicios Triple Pay sería suficiente para compensar las inversiones y generar beneficios.



Vanessa Marsh
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