Mujeres de ciencia. Andrey Kulygin. Photoxpress.
Pese al aumento en la cantidad de mujeres dedicadas a la ciencia en Europa, éstas siguen siendo una minoría: sólo el 30% del total de investigadores europeos son, hoy por hoy, mujeres.
Además, los puestos científicos de más responsabilidad siguen estando copados por hombres, advierte la última versión del informe sobre mujeres y ciencia en Europa «She Figures 2009. Statistics and Indicators on Gender Equality in Science”, que cada tres años publican la Comisión Europea y el Grupo de Helsinki sobre mujeres y ciencia.
Según declaraciones de Janez Potocnik, Comisario de Ciencia e Investigación de la UE, aparecidas en un comunicado de la agencia de noticias CORDIS, aunque algunas tendencias en este sentido son positivas, el dato de que las mujeres se encuentren ínfimamente representadas en la ciencia debería resultar preocupante para todos.
Potocnik señala que “este desequilibrio entre los sexos en la ciencia es un desperdicio de oportunidades y talento que Europa no se puede permitir.»
Lentos avances
Cierto es que, según el informe, se han producido algunos avances: la cantidad de científicas aumenta en la actualidad a mayor velocidad que la de los hombres: entre 2002 y 2006, el porcentaje de mujeres se elevó un 6,3% anual, mientras que el aumento de los hombres fue sólo del 3,7%.
Por otro lado, la cantidad de mujeres con un doctorado también aumentó. En 2006, el 45% de los doctorados se otorgó a mujeres, en comparación con el 39,6% de 2001. En muchos campos son más las mujeres que se doctoran que los hombres, sobre todo en los de educación, artes y humanidades, agronomía y veterinaria y servicios sociales y sanitarios.
La cantidad total de científicas aumenta en la mayoría de las disciplinas, particularmente en las ciencias médicas, humanidades, ingeniería y tecnología y ciencias sociales.
Diferencias por cifras
A pesar de estos porcentajes, las cifras ponen de manifiesto que existen grandes diferencias entre disciplinas y sectores, en lo que a presencia femenina se refiere.
Así, por ejemplo, mientras que las mujeres suponen un 39% y un 37% del total de investigadores en el sector gubernamental y de la educación superior respectivamente, tan sólo representan el 19% en el sector empresarial.
«La inversión en I+D por cada investigador es normalmente mayor en el sector empresarial», se indica en el informe. «Parece existir una relación negativa entre el volumen de inversión y la representación femenina, ya que el sector empresarial es precisamente en el que las mujeres están menos representadas.»
Si se comparan las cifras entre disciplinas, las mujeres suponen el 64% de los doctorados en educación y algo más del 50% en los de las artes y humanidades, sanidad y bienestar y agronomía y veterinaria. En cambio, obtuvieron el 41% de los doctorados en ciencia, matemáticas y computación, y tan sólo el 25% en las áreas de ingeniería, fabricación y construcción.
Segregación vertical
Otro tema de suma importancia destacado en el informe consiste en la «segregación vertical» que se da en la profesión académica. El porcentaje femenino del alumnado universitario es superior al masculino y las mujeres obtienen casi la mitad de los doctorados. Sin embargo, cuanto más alto se sube en los puestos de responsabilidad en este ámbito, menor es la proporción de mujeres.
Así, las mujeres representan el 44% de los investigadores de grado C (postdoctorado), el 36% del personal de grado B y tan sólo el 18% de los de grado A (profesores titulares).
Incluso en las disciplinas con mayor proporción de investigadoras, las profesoras siguen siendo minoría: sólo el 27% del profesorado de humanidades y el 18,6% del de ciencias sociales. En el campo de la ingeniería y la tecnología las profesoras sólo suponen el 7,2% del total de plazas docentes.
Además, únicamente el 13% de las instituciones de educación superior y el 9% de las universidades están dirigidas por mujeres, y sólo el 22% de los miembros de los consejos de administración son mujeres.
Posibles soluciones
Aunque Potonick afirma que “no existe ninguna solución instantánea”, en el resumen ejecutivo de “She Figures 2009” se sugiere que, para paliar esta desigualdad por sexos en la ciencia, se podría recurrir a algunas medidas.
Comisiones de contratación que cuenten con individuos de ambos sexos, aumento de la objetividad en los criterios de selección aplicados o la fijación de cuotas son algunas de estas medidas, que servirían para equilibrar una situación desigual que continúa prevaleciendo en el sector académico, y para luchar contra la discriminación.
Además, advierte el informe, conviene luchar contra los estereotipos de género y promover la enseñanza mixta en todos los campos escolares de primaria y de secundaria para propiciar el acceso de las niñas al campo de la ingeniería y de la tecnología, en los que las mujeres están particularmente poco representadas.
Diferencias retributivas
La diferencia en la retribución entre hombres y mujeres científicos está ampliamente extendida, sobre todo en la empresa pública (las investigadoras cobran menos por regla general).
Sin embargo, donde más se da esta situación es en aquellos puestos o profesiones más abiertas a las investigadoras de alto nivel. La diferencia entre los sueldos de científicos y científicas aumenta asimismo a medida que avanza la edad de los investigadores.
Por último, no se ha observado una reducción espontánea de la diferencia en retribuciones a lo largo del tiempo, una conclusión que se sostiene para todas las desigualdades de género analizadas.
Diversidad para la excelencia
A modo de conclusión, el informe señala que, a pesar de la rápida progresión de las mujeres en la ciencia, “todavía no se ha logrado una igualdad de oportunidades para participar en los órganos de decisión relativos a las políticas científicas, temas de investigación y becas”.
Sin embargo resulta “crucial que se promocione una elevada representación femenina en los consejos de administración que determinan la política científica de todos los países. Su presencia es básica no sólo para la promoción de las mujeres en la ciencia sino también porque la diversidad es un factor que influye en las posibilidades de alcanzar la excelencia”.
She Figures 2009 es la tercera edición de una serie de estudios (después de She
Figures 2003 y She Figures 2006) realizados para comprender correctamente la situación actual de las mujeres en la ciencia y para poder tomar medidas que impulsen el papel de éstas en el terreno científico europeo.
Además, los puestos científicos de más responsabilidad siguen estando copados por hombres, advierte la última versión del informe sobre mujeres y ciencia en Europa «She Figures 2009. Statistics and Indicators on Gender Equality in Science”, que cada tres años publican la Comisión Europea y el Grupo de Helsinki sobre mujeres y ciencia.
Según declaraciones de Janez Potocnik, Comisario de Ciencia e Investigación de la UE, aparecidas en un comunicado de la agencia de noticias CORDIS, aunque algunas tendencias en este sentido son positivas, el dato de que las mujeres se encuentren ínfimamente representadas en la ciencia debería resultar preocupante para todos.
Potocnik señala que “este desequilibrio entre los sexos en la ciencia es un desperdicio de oportunidades y talento que Europa no se puede permitir.»
Lentos avances
Cierto es que, según el informe, se han producido algunos avances: la cantidad de científicas aumenta en la actualidad a mayor velocidad que la de los hombres: entre 2002 y 2006, el porcentaje de mujeres se elevó un 6,3% anual, mientras que el aumento de los hombres fue sólo del 3,7%.
Por otro lado, la cantidad de mujeres con un doctorado también aumentó. En 2006, el 45% de los doctorados se otorgó a mujeres, en comparación con el 39,6% de 2001. En muchos campos son más las mujeres que se doctoran que los hombres, sobre todo en los de educación, artes y humanidades, agronomía y veterinaria y servicios sociales y sanitarios.
La cantidad total de científicas aumenta en la mayoría de las disciplinas, particularmente en las ciencias médicas, humanidades, ingeniería y tecnología y ciencias sociales.
Diferencias por cifras
A pesar de estos porcentajes, las cifras ponen de manifiesto que existen grandes diferencias entre disciplinas y sectores, en lo que a presencia femenina se refiere.
Así, por ejemplo, mientras que las mujeres suponen un 39% y un 37% del total de investigadores en el sector gubernamental y de la educación superior respectivamente, tan sólo representan el 19% en el sector empresarial.
«La inversión en I+D por cada investigador es normalmente mayor en el sector empresarial», se indica en el informe. «Parece existir una relación negativa entre el volumen de inversión y la representación femenina, ya que el sector empresarial es precisamente en el que las mujeres están menos representadas.»
Si se comparan las cifras entre disciplinas, las mujeres suponen el 64% de los doctorados en educación y algo más del 50% en los de las artes y humanidades, sanidad y bienestar y agronomía y veterinaria. En cambio, obtuvieron el 41% de los doctorados en ciencia, matemáticas y computación, y tan sólo el 25% en las áreas de ingeniería, fabricación y construcción.
Segregación vertical
Otro tema de suma importancia destacado en el informe consiste en la «segregación vertical» que se da en la profesión académica. El porcentaje femenino del alumnado universitario es superior al masculino y las mujeres obtienen casi la mitad de los doctorados. Sin embargo, cuanto más alto se sube en los puestos de responsabilidad en este ámbito, menor es la proporción de mujeres.
Así, las mujeres representan el 44% de los investigadores de grado C (postdoctorado), el 36% del personal de grado B y tan sólo el 18% de los de grado A (profesores titulares).
Incluso en las disciplinas con mayor proporción de investigadoras, las profesoras siguen siendo minoría: sólo el 27% del profesorado de humanidades y el 18,6% del de ciencias sociales. En el campo de la ingeniería y la tecnología las profesoras sólo suponen el 7,2% del total de plazas docentes.
Además, únicamente el 13% de las instituciones de educación superior y el 9% de las universidades están dirigidas por mujeres, y sólo el 22% de los miembros de los consejos de administración son mujeres.
Posibles soluciones
Aunque Potonick afirma que “no existe ninguna solución instantánea”, en el resumen ejecutivo de “She Figures 2009” se sugiere que, para paliar esta desigualdad por sexos en la ciencia, se podría recurrir a algunas medidas.
Comisiones de contratación que cuenten con individuos de ambos sexos, aumento de la objetividad en los criterios de selección aplicados o la fijación de cuotas son algunas de estas medidas, que servirían para equilibrar una situación desigual que continúa prevaleciendo en el sector académico, y para luchar contra la discriminación.
Además, advierte el informe, conviene luchar contra los estereotipos de género y promover la enseñanza mixta en todos los campos escolares de primaria y de secundaria para propiciar el acceso de las niñas al campo de la ingeniería y de la tecnología, en los que las mujeres están particularmente poco representadas.
Diferencias retributivas
La diferencia en la retribución entre hombres y mujeres científicos está ampliamente extendida, sobre todo en la empresa pública (las investigadoras cobran menos por regla general).
Sin embargo, donde más se da esta situación es en aquellos puestos o profesiones más abiertas a las investigadoras de alto nivel. La diferencia entre los sueldos de científicos y científicas aumenta asimismo a medida que avanza la edad de los investigadores.
Por último, no se ha observado una reducción espontánea de la diferencia en retribuciones a lo largo del tiempo, una conclusión que se sostiene para todas las desigualdades de género analizadas.
Diversidad para la excelencia
A modo de conclusión, el informe señala que, a pesar de la rápida progresión de las mujeres en la ciencia, “todavía no se ha logrado una igualdad de oportunidades para participar en los órganos de decisión relativos a las políticas científicas, temas de investigación y becas”.
Sin embargo resulta “crucial que se promocione una elevada representación femenina en los consejos de administración que determinan la política científica de todos los países. Su presencia es básica no sólo para la promoción de las mujeres en la ciencia sino también porque la diversidad es un factor que influye en las posibilidades de alcanzar la excelencia”.
She Figures 2009 es la tercera edición de una serie de estudios (después de She
Figures 2003 y She Figures 2006) realizados para comprender correctamente la situación actual de las mujeres en la ciencia y para poder tomar medidas que impulsen el papel de éstas en el terreno científico europeo.