Algunos de los molares y premolares estudiados en Atapuerca. Fuente: CENIEH.
Los paleoantropólogos llevan años buscando el antepasado de neandertales y sapiens, y hasta ahora tenían varios candidatos, entre ellos, Homo heidelbergensis, H. erectus y H. antecessor. Pero ninguno de los homínidos conocidos se ajusta al perfil esperado, según lo que se publica esta semana en la revista PNAS.
Científicos de varios países, informa SINC, han colaborado para analizar la forma de los dientes fósiles de trece especies de homínidos con métodos cuantitativos.
“Nuestros resultados llaman la atención sobre la gran discrepancia que existe entre las estimaciones moleculares y paleontológicas del momento en el que se separaron ambas especies”, explica Aída Gómez-Robles, primera autora del artículo, que ahora trabaja en el Center for the Advanced Study of Hominid Paleobiology de la Universidad George Washington (EE UU).
“Estas diferencias no pueden ser ignoradas, sino que es necesario encontrar una forma de conciliarlas”, continúa esta investigadora, que hizo su tesis doctoral en la Universidad de Granada y en el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), en un comunicado de este centro.
Para llegar a la conclusión de que ninguna de las especies candidatas, incluidas Homo heidelbergensis, H. erectus y H. antecessor, tiene la forma dental esperada en este ancestro, los investigadores han estudiado unos 1.200 molares y premolares fósiles, muchos de ellos procedentes de Atapuerca (Burgos), mediante análisis morfométricos y técnicas estadísticas desarrolladas en la Universidad de Indiana.
El estudio también muestra que las potenciales especies ancestrales descubiertas en Europa son morfológicamente más similares a los neandertales que a los humanos modernos, lo que sugiere que el linaje neandertal apareció hace aproximadamente un millón de años y que la divergencia tuvo lugar antes de lo que se pensaba.
Científicos de varios países, informa SINC, han colaborado para analizar la forma de los dientes fósiles de trece especies de homínidos con métodos cuantitativos.
“Nuestros resultados llaman la atención sobre la gran discrepancia que existe entre las estimaciones moleculares y paleontológicas del momento en el que se separaron ambas especies”, explica Aída Gómez-Robles, primera autora del artículo, que ahora trabaja en el Center for the Advanced Study of Hominid Paleobiology de la Universidad George Washington (EE UU).
“Estas diferencias no pueden ser ignoradas, sino que es necesario encontrar una forma de conciliarlas”, continúa esta investigadora, que hizo su tesis doctoral en la Universidad de Granada y en el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), en un comunicado de este centro.
Para llegar a la conclusión de que ninguna de las especies candidatas, incluidas Homo heidelbergensis, H. erectus y H. antecessor, tiene la forma dental esperada en este ancestro, los investigadores han estudiado unos 1.200 molares y premolares fósiles, muchos de ellos procedentes de Atapuerca (Burgos), mediante análisis morfométricos y técnicas estadísticas desarrolladas en la Universidad de Indiana.
El estudio también muestra que las potenciales especies ancestrales descubiertas en Europa son morfológicamente más similares a los neandertales que a los humanos modernos, lo que sugiere que el linaje neandertal apareció hace aproximadamente un millón de años y que la divergencia tuvo lugar antes de lo que se pensaba.
Ancestro africano
Los métodos cuantitativos y estadísticos proporcionan un medio más exacto para resolver los debates sobre los orígenes humanos que los análisis descriptivos que se han usado en el pasado.
“Nuestro primer objetivo es situar las cuestiones sobre la evolución humana en un contexto evaluable y cuantitativo y ofrecer un método objetivo para ordenar debates sobre la filogenia de los homínidos que parecen no tener solución”, indica el artículo, y propone aplicar estos métodos al estudio de otras partes esqueléticas representadas en el registro fósil.
Los escurridizos ancestros podrían encontrarse en las especies de homínidos africanos. “Aún hay hallazgos esperándonos, y los fósiles africanos de una antigüedad aproximada de un millón de años merecen una especial atención como posibles ancestros de los neandertales y los humanos modernos”, concluye David Polly, profesor del Departamento de Ciencias Geológicas de la Universidad de Indiana, donde Gómez-Robles inició este estudio durante una estancia investigadora.
Los métodos cuantitativos y estadísticos proporcionan un medio más exacto para resolver los debates sobre los orígenes humanos que los análisis descriptivos que se han usado en el pasado.
“Nuestro primer objetivo es situar las cuestiones sobre la evolución humana en un contexto evaluable y cuantitativo y ofrecer un método objetivo para ordenar debates sobre la filogenia de los homínidos que parecen no tener solución”, indica el artículo, y propone aplicar estos métodos al estudio de otras partes esqueléticas representadas en el registro fósil.
Los escurridizos ancestros podrían encontrarse en las especies de homínidos africanos. “Aún hay hallazgos esperándonos, y los fósiles africanos de una antigüedad aproximada de un millón de años merecen una especial atención como posibles ancestros de los neandertales y los humanos modernos”, concluye David Polly, profesor del Departamento de Ciencias Geológicas de la Universidad de Indiana, donde Gómez-Robles inició este estudio durante una estancia investigadora.
Referencia bibliográfica:
Aida Gómez-Robles, José María Bermúdez de Castro, Juan-Luis Arsuaga, Eudald Carbonell y P. David Polly. No known hominin species matches the expected dental morphology of the last common ancestor of Neanderthals and modern humans. PNAS (2013). DOI: 10.1073/pnas.1302653110.
Aida Gómez-Robles, José María Bermúdez de Castro, Juan-Luis Arsuaga, Eudald Carbonell y P. David Polly. No known hominin species matches the expected dental morphology of the last common ancestor of Neanderthals and modern humans. PNAS (2013). DOI: 10.1073/pnas.1302653110.