Fuente: Everystockphoto.
La oración potencia el perdón, señalan los resultados de un estudio realizado por psicólogos de la Florida State University y del que informa la revista Psychological Science, de la Association for Psychological Science de Estados Unidos, en un comunicado
Todas las personas han hecho alguna vez daño a otros bien traicionando su confianza bien con actos o palabras dañinas, por ejemplo. Por otra parte, se sabe que la inmensa mayoría de la gente reza, al menos de vez en cuando.
Dadas estas dos situaciones tan comunes, el psicólogo de la Florida State University, Nathaniel Lambert, y sus colaboradores, decidieron investigar qué pasaría si el individuo dañado dedica sus plegarias a aquél que le ha hecho daño. ¿Es posible que rezar promueva el perdón y ayude a preservar las relaciones?, se preguntaron los investigadores.
Una sola plegaria
Para buscar una respuesta a estas cuestiones, los científicos realizaron dos experimentos, detallados en un artículo más extenso, también publicado por Psychological Science.
El primero de estos experimentos consistió en pedirle a un grupo de 52 hombres y mujeres que rogaran, en una única plegaria, por el bienestar de sus parejas. A otro grupo de personas de control, se le pidió que, simplemente, describiesen a sus parejas, que hablasen de ellas mientras su charla se grababa en una cinta.
Después de ambas actividades, se evaluó el “grado de perdón” de los participantes. Como perdón, los científicos definieron la reducción de aquellos sentimientos negativos que surgen cuando alguien nos hace daño.
Los resultados demostraron que aquellas personas que habían rezado por sus parejas albergaban escasos pensamientos y emociones negativos hacia ellos: se sentían preparados para perdonar y seguir adelante.
Si una sola plegaria puede ocasionar diferencias en nuestros sentimientos hacia los más allegados, a pesar de que éstos puedan hacernos daño ocasionalmente, ¿qué sucedería en una relación si se reza durante un cierto periodo de tiempo?
Desvanecimiento del conflicto
En un segundo experimento, los científicos pidieron a un grupo de 67 hombres y mujeres que rezaran por un amigo íntimo a diario, durante cuatro semanas.
A individuos de otro grupo se les pidió que simplemente que meditaran sobre su relación, que tuviesen pensamientos positivos hacia sus amigos, pero que no rezasen por su bienestar.
Las evaluaciones posteriores demostraron que los rezos aumentaron la preocupación desinteresada por los amigos, lo que a su vez puede fomentar los sentimientos de perdón, explican los científicos.
La explicación que dan éstos a que una práctica espiritual común pueda producir efectos beneficiosos es la siguiente: la mayor parte del tiempo, las parejas mantienen objetivos compartidos. Sin embargo, si se enfrentan, estos objetivos pueden pasar a ser objetivos conflictivos, como la venganza o el resentimiento de un miembro de la pareja hacia el otro.
Los objetivos conflictivos provocan que la atención de cada individuo se centre en el “yo”. Dado que la oración permite enfocar la atención hacia otros, puede permitir que el resentimiento se desvanezca.
Rezar y agradecer
En un trabajo de investigación anterior, Nathaniel Lambert y sus colaboradores analizaron el potencial de las plegarias para aumentar la gratitud.
Tal y como se explica en un artículo publicado al respecto, para aquel estudio se realizaron varias pruebas de plegarias diarias, durante de cuatro a seis semanas.
Tras ellas, se demostró que las personas que habían rezado cada día puntuaron más alto en evaluaciones sobre su nivel de gratitud que otros participantes en los experimentos, que no habían rezado.
Los investigadores afirmaron en dicho artículo, que estos resultados constituyen la primera constatación empírica de que los niveles de gratitud pueden modificarse y que el mecanismo para hacerlo puede ser la oración.
Por otro lado, los científicos señalaron que estos estudios sirven para recordar que la comprensión completa del comportamiento humano requiere de la investigación sistemática de sus actividades espirituales, entre las que se cuenta la oración.
Todas las personas han hecho alguna vez daño a otros bien traicionando su confianza bien con actos o palabras dañinas, por ejemplo. Por otra parte, se sabe que la inmensa mayoría de la gente reza, al menos de vez en cuando.
Dadas estas dos situaciones tan comunes, el psicólogo de la Florida State University, Nathaniel Lambert, y sus colaboradores, decidieron investigar qué pasaría si el individuo dañado dedica sus plegarias a aquél que le ha hecho daño. ¿Es posible que rezar promueva el perdón y ayude a preservar las relaciones?, se preguntaron los investigadores.
Una sola plegaria
Para buscar una respuesta a estas cuestiones, los científicos realizaron dos experimentos, detallados en un artículo más extenso, también publicado por Psychological Science.
El primero de estos experimentos consistió en pedirle a un grupo de 52 hombres y mujeres que rogaran, en una única plegaria, por el bienestar de sus parejas. A otro grupo de personas de control, se le pidió que, simplemente, describiesen a sus parejas, que hablasen de ellas mientras su charla se grababa en una cinta.
Después de ambas actividades, se evaluó el “grado de perdón” de los participantes. Como perdón, los científicos definieron la reducción de aquellos sentimientos negativos que surgen cuando alguien nos hace daño.
Los resultados demostraron que aquellas personas que habían rezado por sus parejas albergaban escasos pensamientos y emociones negativos hacia ellos: se sentían preparados para perdonar y seguir adelante.
Si una sola plegaria puede ocasionar diferencias en nuestros sentimientos hacia los más allegados, a pesar de que éstos puedan hacernos daño ocasionalmente, ¿qué sucedería en una relación si se reza durante un cierto periodo de tiempo?
Desvanecimiento del conflicto
En un segundo experimento, los científicos pidieron a un grupo de 67 hombres y mujeres que rezaran por un amigo íntimo a diario, durante cuatro semanas.
A individuos de otro grupo se les pidió que simplemente que meditaran sobre su relación, que tuviesen pensamientos positivos hacia sus amigos, pero que no rezasen por su bienestar.
Las evaluaciones posteriores demostraron que los rezos aumentaron la preocupación desinteresada por los amigos, lo que a su vez puede fomentar los sentimientos de perdón, explican los científicos.
La explicación que dan éstos a que una práctica espiritual común pueda producir efectos beneficiosos es la siguiente: la mayor parte del tiempo, las parejas mantienen objetivos compartidos. Sin embargo, si se enfrentan, estos objetivos pueden pasar a ser objetivos conflictivos, como la venganza o el resentimiento de un miembro de la pareja hacia el otro.
Los objetivos conflictivos provocan que la atención de cada individuo se centre en el “yo”. Dado que la oración permite enfocar la atención hacia otros, puede permitir que el resentimiento se desvanezca.
Rezar y agradecer
En un trabajo de investigación anterior, Nathaniel Lambert y sus colaboradores analizaron el potencial de las plegarias para aumentar la gratitud.
Tal y como se explica en un artículo publicado al respecto, para aquel estudio se realizaron varias pruebas de plegarias diarias, durante de cuatro a seis semanas.
Tras ellas, se demostró que las personas que habían rezado cada día puntuaron más alto en evaluaciones sobre su nivel de gratitud que otros participantes en los experimentos, que no habían rezado.
Los investigadores afirmaron en dicho artículo, que estos resultados constituyen la primera constatación empírica de que los niveles de gratitud pueden modificarse y que el mecanismo para hacerlo puede ser la oración.
Por otro lado, los científicos señalaron que estos estudios sirven para recordar que la comprensión completa del comportamiento humano requiere de la investigación sistemática de sus actividades espirituales, entre las que se cuenta la oración.