Edward O. Wilson
En Estados Unidos se está formando una coalición espontánea que reúne por un lado a evangelistas cristianos, por otro a ejecutivos de empresas que figuran en el ránking de las 500 más importantes seleccionadas por la revista Fortune, y finalmente a científicos como el biólogo Edgard O. Wilson. La finalidad de esta coalición es presionar al gobierno norteamericano para que tome medidas para combatir el cambio climático.
La revista Fortune informa de esta alianza con una cierta sorpresa, señalando que es el resultado de dos años de trabajo y del alumbramiento de un llamamiento para la acción, llamado Evangelical Climate Initiative (Iniciativa Evangélica por el Clima), que ha sido firmado ya por 85 líderes evangelistas norteamericanos, según reseña The New York Times.
Entre los líderes firmantes se encuentran Rick Warren, autor del best-seller "Una vida con propósito", los líderes de The Salvation Army y de World Vision, dos de las más importantes organizaciones cristianas de caridad, así como significados representantes del mundo académico, incluido el presidente del Wheaton College, Duane Litfin.
Algunos de los firmantes de la Iniciativa Evangélica por el Clima han expresado su apoyo a las grandes empresas que también solicitan medidas políticas para corregir el impacto humano sobre el medio ambiente. Incluso han anunciado la próxima celebración de una conferencia mixta entre líderes evangelistas y altos ejecutivos de multinacionales, para definir una estrategia conjunta respecto al cambio climático.
Sensibilidad medioambiental
La Iniciativa Evangélica por el Clima ha surgido como consecuencia de la toma de conciencia del problema que supone el medioambiente para el conjunto de la sociedad, problema al que se considera en el fondo como una cuestión espiritual, tal como explica al respecto el Evangelical Environmental Network (EEN).
La EEN advierte de los peligros que entraña el daño que estamos ocasionando a nuestro entorno, y da pautas para protegerse contra ellos. Partiendo de la llamada Declaración Evangélica del Cuidado de la Creación, que desde 1994 ha conseguido reunir miles de firmas, los líderes evangelistas han hecho un llamamiento a la Administración Bush para que promueva la reducción de las emisiones de CO2 a la atmósfera.
La EEN advierte de los peligros del aumento de las emisiones de CO2, señalando que el calentamiento global minará la salud de los niños, provocará grandes sequías y desastres climáticos, y traerá amenazantes enfermedades, como la malaria, al primer mundo.
La EEN ha lanzado además una campaña educativa llamada Healthy Families, Healty Environment (Familias Saludables, Medioambiente Saludable), que proporciona información práctica acerca de cómo protegerse y proteger a los seres queridos contra los efectos de los cambios que está produciendo el hombre en el medioambiente.
Un movimiento más amplio
La Iniciativa Evangélica por el clima fue anunciada el pasado febrero en Washington en el curso de una conferencia de prensa en la que, junto a líderes evangelistas, participó el biólogo Edward O. Wilson, de la Universidad de Harvard.
Wilson lanzó un alegato a favor de la unión de ideologías en la lucha contra la destrucción de nuestro planeta, tal como informó la cadena ABC. La cuestión, según Wilson, es si queremos o no destruir la Creación porque, de hecho, eso es lo que estamos haciendo, y a un paso acelerado, señaló.
Wilson es uno de los más importantes científicos estadounidenses y opina que es necesaria la alianza entre ciencia y religión en lo que al calentamiento global se refiere, así como en lo referente a la destrucción de los hábitats y especies de nuestro planeta.
Para prevenir la catástrofe es necesario aunar fuerzas, señaló el biólogo. Según Wilson, da igual que se crea en las teorías evolucionistas de Darwin o en el origen de la vida sobre la Tierra que describe la Biblia. Lo que importa es que lo que nos rodea no sea destruido.
Los conservadores cristianos que acudieron al encuentro estuvieron de acuerdo con Wilson, considerado como uno de los 100 científicos más influyentes de toda la historia. Durante décadas, Wilson ha alertado acerca de la extinción de las especies y de los ecosistemas como consecuencia de la destrucción de sus hábitats.
Resistencias
Sin embargo, no todos los líderes cristianos están de acuerdo con Iniciativa Evangélica por el Clima. Un segundo grupo más conservador de cristianos evangelistas, The Interfaith Stewardship Alliance, que representa a la mayoría de este movimiento cristiano, se resiste a apoyar la Iiniciativa Evangélica por el Clima y tiene su propia estrategia respecto al cambio climático.
Por otro lado, no todas la grandes empresas comparten la misma preocupación por las cuestiones ambientales, ni finalmente toda la comunidad científica se plantea una colaboración con los movimientos religiosos como instrumento de sensibilización social frente al cambio climático.
Pero tal como señala Fortune, ello no impide descubrir por dónde van las tendencias de las religiones, las empresas y la ciencia en las cuestiones que afectan a todos, como son los problemas medioambientales.
La importancia de la reflexión ecológica en el diálogo ciencia-religión actual puede verse también en la temática del nuevo congreso de la Sociedad Europea para el estudio de las relaciones ciencia y la religión, que tendrá lugar el mes próximo en Rumanía.
La revista Fortune informa de esta alianza con una cierta sorpresa, señalando que es el resultado de dos años de trabajo y del alumbramiento de un llamamiento para la acción, llamado Evangelical Climate Initiative (Iniciativa Evangélica por el Clima), que ha sido firmado ya por 85 líderes evangelistas norteamericanos, según reseña The New York Times.
Entre los líderes firmantes se encuentran Rick Warren, autor del best-seller "Una vida con propósito", los líderes de The Salvation Army y de World Vision, dos de las más importantes organizaciones cristianas de caridad, así como significados representantes del mundo académico, incluido el presidente del Wheaton College, Duane Litfin.
Algunos de los firmantes de la Iniciativa Evangélica por el Clima han expresado su apoyo a las grandes empresas que también solicitan medidas políticas para corregir el impacto humano sobre el medio ambiente. Incluso han anunciado la próxima celebración de una conferencia mixta entre líderes evangelistas y altos ejecutivos de multinacionales, para definir una estrategia conjunta respecto al cambio climático.
Sensibilidad medioambiental
La Iniciativa Evangélica por el Clima ha surgido como consecuencia de la toma de conciencia del problema que supone el medioambiente para el conjunto de la sociedad, problema al que se considera en el fondo como una cuestión espiritual, tal como explica al respecto el Evangelical Environmental Network (EEN).
La EEN advierte de los peligros que entraña el daño que estamos ocasionando a nuestro entorno, y da pautas para protegerse contra ellos. Partiendo de la llamada Declaración Evangélica del Cuidado de la Creación, que desde 1994 ha conseguido reunir miles de firmas, los líderes evangelistas han hecho un llamamiento a la Administración Bush para que promueva la reducción de las emisiones de CO2 a la atmósfera.
La EEN advierte de los peligros del aumento de las emisiones de CO2, señalando que el calentamiento global minará la salud de los niños, provocará grandes sequías y desastres climáticos, y traerá amenazantes enfermedades, como la malaria, al primer mundo.
La EEN ha lanzado además una campaña educativa llamada Healthy Families, Healty Environment (Familias Saludables, Medioambiente Saludable), que proporciona información práctica acerca de cómo protegerse y proteger a los seres queridos contra los efectos de los cambios que está produciendo el hombre en el medioambiente.
Un movimiento más amplio
La Iniciativa Evangélica por el clima fue anunciada el pasado febrero en Washington en el curso de una conferencia de prensa en la que, junto a líderes evangelistas, participó el biólogo Edward O. Wilson, de la Universidad de Harvard.
Wilson lanzó un alegato a favor de la unión de ideologías en la lucha contra la destrucción de nuestro planeta, tal como informó la cadena ABC. La cuestión, según Wilson, es si queremos o no destruir la Creación porque, de hecho, eso es lo que estamos haciendo, y a un paso acelerado, señaló.
Wilson es uno de los más importantes científicos estadounidenses y opina que es necesaria la alianza entre ciencia y religión en lo que al calentamiento global se refiere, así como en lo referente a la destrucción de los hábitats y especies de nuestro planeta.
Para prevenir la catástrofe es necesario aunar fuerzas, señaló el biólogo. Según Wilson, da igual que se crea en las teorías evolucionistas de Darwin o en el origen de la vida sobre la Tierra que describe la Biblia. Lo que importa es que lo que nos rodea no sea destruido.
Los conservadores cristianos que acudieron al encuentro estuvieron de acuerdo con Wilson, considerado como uno de los 100 científicos más influyentes de toda la historia. Durante décadas, Wilson ha alertado acerca de la extinción de las especies y de los ecosistemas como consecuencia de la destrucción de sus hábitats.
Resistencias
Sin embargo, no todos los líderes cristianos están de acuerdo con Iniciativa Evangélica por el Clima. Un segundo grupo más conservador de cristianos evangelistas, The Interfaith Stewardship Alliance, que representa a la mayoría de este movimiento cristiano, se resiste a apoyar la Iiniciativa Evangélica por el Clima y tiene su propia estrategia respecto al cambio climático.
Por otro lado, no todas la grandes empresas comparten la misma preocupación por las cuestiones ambientales, ni finalmente toda la comunidad científica se plantea una colaboración con los movimientos religiosos como instrumento de sensibilización social frente al cambio climático.
Pero tal como señala Fortune, ello no impide descubrir por dónde van las tendencias de las religiones, las empresas y la ciencia en las cuestiones que afectan a todos, como son los problemas medioambientales.
La importancia de la reflexión ecológica en el diálogo ciencia-religión actual puede verse también en la temática del nuevo congreso de la Sociedad Europea para el estudio de las relaciones ciencia y la religión, que tendrá lugar el mes próximo en Rumanía.