Imagen: geralt. Fuente: Pixabay.
Después de tan sólo nueve semanas de terapia conductual cognitiva a través de Internet, el cerebro de pacientes que sufren trastorno de ansiedad social cambia de volumen. La ansiedad se reduce, y partes de los cerebros de los pacientes disminuyen en volumen y actividad. Este estudio podría ayudar a desarrollar terapias más eficaces para uno de los problemas más comunes de la salud mental.
Se sabe desde hace muchos años que el cerebro es muy adaptable. Por ejemplo, se ha demostrado que los malabares y los videojuegos afectan el volumen del cerebro. Sin embargo, quedan sin responder muchas preguntas acerca de cómo se produce esa adaptación.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Linköping y otras universidades suecas ha estudiado cómo afecta la terapia conductual cognitiva a través de Internet al volumen del cerebro y su actividad. Los investigadores se centraron en pacientes con trastorno de ansiedad social (TAS), uno de los problemas de salud mental más comunes. Antes y después del tratamiento los cerebros de los pacientes fueron examinados con imágenes de resonancia magnética (MRI).
Los investigadores encontraron que en pacientes con TAS, el volumen del cerebro y la actividad de la amígdala disminuían como resultado de la terapia. Los resultados se presentan en Traslational Psychiatry, del grupo Nature.
"Cuanto mayor era la mejora que veíamos en los pacientes, menor era el tamaño de su amígdala. El estudio también sugiere que la reducción del volumen impulsa la reducción de la actividad cerebral", dice el estudiante de doctorado Kristoffer Månsson, que dirigió el estudio junto con su colega Gerhard Andersson y otros investigadores, del Instituto Karolinska, la Universidad de Uppsala, la Universidad de Umeå y la Universidad de Estocolmo.
Se sabe desde hace muchos años que el cerebro es muy adaptable. Por ejemplo, se ha demostrado que los malabares y los videojuegos afectan el volumen del cerebro. Sin embargo, quedan sin responder muchas preguntas acerca de cómo se produce esa adaptación.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Linköping y otras universidades suecas ha estudiado cómo afecta la terapia conductual cognitiva a través de Internet al volumen del cerebro y su actividad. Los investigadores se centraron en pacientes con trastorno de ansiedad social (TAS), uno de los problemas de salud mental más comunes. Antes y después del tratamiento los cerebros de los pacientes fueron examinados con imágenes de resonancia magnética (MRI).
Los investigadores encontraron que en pacientes con TAS, el volumen del cerebro y la actividad de la amígdala disminuían como resultado de la terapia. Los resultados se presentan en Traslational Psychiatry, del grupo Nature.
"Cuanto mayor era la mejora que veíamos en los pacientes, menor era el tamaño de su amígdala. El estudio también sugiere que la reducción del volumen impulsa la reducción de la actividad cerebral", dice el estudiante de doctorado Kristoffer Månsson, que dirigió el estudio junto con su colega Gerhard Andersson y otros investigadores, del Instituto Karolinska, la Universidad de Uppsala, la Universidad de Umeå y la Universidad de Estocolmo.
Estudio
En el estudio participaron 26 personas tratadas en internet durante nueve semanas, lo que es un estudio relativamente pequeño. Sin embargo, es único porque investiga varios factores al mismo tiempo: los cambios post-tratamiento tanto en el volumen cerebral como en la actividad cerebral.
"Aunque no estudiamos un gran número de pacientes, este trabajo proporciona un conocimiento importante, especialmente para los enfermos. Varios estudios han señalado que ciertas áreas del cerebro difieren entre los pacientes con y sin trastornos de ansiedad. Hemos demostrado que los pacientes pueden mejorar en nueve semanas, y que esto conduce a diferencias estructurales en el cerebro", dice Månsson, en la nota de prensa de la universidad.
Månsson ve el estudio como un primer paso de un proyecto más grande. En última instancia, el objetivo es entender mejor los efectos psicológicos y biológicos de los tratamientos, con el fin de desarrollar terapias más eficaces. El equipo de investigación está realizando estudios con más pacientes. Uno de ellos tiene como objetivo identificar el punto durante el tratamiento en el que se produce el cambio en el cerebro.
Un estudio anterior, realizado en Austria, muestra igualmente una reducción de la actividad del sistema límbico, al que pertenece la amígdala, con psicoterapia.
En el estudio participaron 26 personas tratadas en internet durante nueve semanas, lo que es un estudio relativamente pequeño. Sin embargo, es único porque investiga varios factores al mismo tiempo: los cambios post-tratamiento tanto en el volumen cerebral como en la actividad cerebral.
"Aunque no estudiamos un gran número de pacientes, este trabajo proporciona un conocimiento importante, especialmente para los enfermos. Varios estudios han señalado que ciertas áreas del cerebro difieren entre los pacientes con y sin trastornos de ansiedad. Hemos demostrado que los pacientes pueden mejorar en nueve semanas, y que esto conduce a diferencias estructurales en el cerebro", dice Månsson, en la nota de prensa de la universidad.
Månsson ve el estudio como un primer paso de un proyecto más grande. En última instancia, el objetivo es entender mejor los efectos psicológicos y biológicos de los tratamientos, con el fin de desarrollar terapias más eficaces. El equipo de investigación está realizando estudios con más pacientes. Uno de ellos tiene como objetivo identificar el punto durante el tratamiento en el que se produce el cambio en el cerebro.
Un estudio anterior, realizado en Austria, muestra igualmente una reducción de la actividad del sistema límbico, al que pertenece la amígdala, con psicoterapia.
Referencia bibliográfica:
C-J Boraxbekk et al.: Neuroplasticity in response to cognitive behavior therapy for social anxiety disorder. Translational Psychiatry (2016). DOI: 10.1038/tp.2015.218.
C-J Boraxbekk et al.: Neuroplasticity in response to cognitive behavior therapy for social anxiety disorder. Translational Psychiatry (2016). DOI: 10.1038/tp.2015.218.