Recopilación de poemas de Eduardo Milán en “Derrotero. Sentido de un destino”

La Colección Once de Amargord Ediciones presenta un reciente libro del poeta y ensayista uruguayo


Hay caminos que se llenan de escritura. Esos son los elegidos por Milán. En cada kilómetro hay un zumbido barroco. Un declive en la certeza. Se continúa para imaginar que hay una puerta a los lejos, pegada a un macizo. El poeta se deja llevar por una extraña pasión y la abre con la mente. Al otro lado, observa parajes donde existen inusuales animales que no saben de colonialismo. Por Aldo Alcota.




“La poesía es política como todo acto humano. Y puede ser política como forma de resistencia. En la medida en que se acepte que la palabra está gastada porque la poesía es gasto ejercido, no ahorro, no capitalizable. De modo que hay un deseo.”, responde Eduardo Milán a la pregunta que en una ocasión le hizo el poeta argentino Arturo Borra sobre el aporte de la poesía en los cambios sociales.

De lo anterior se infiere que el poeta no solo escribe para crear algo original y llegar a un grupo de lectores. Es ir más allá: romper los discursos hegemónicos, romper la vulgar realidad que rodea a la humanidad. “La poesía se propaga por todas partes, iluminando sus consumaciones con estremecimientos de placer o de agonía”, propone Huidobro en Altazor. Y eso se llama avanzada, electrizante faro visto por Milán en su vasta trayectoria.

Derrotero, Sentido de un destino , es una recopilación de poemas que van desde 1978 a 2014 (algunos inéditos), además de añadirse un ensayo llamado Dar Salida Denso, Un ensayo sobre la poesía desde lo que se siente. Es una vehemente antología, vigente vanguardia de la confusión y maestría arraigada en la figura de Milán, de significativa importancia para las letras hispanoamericanas.

 Es imprescindible destacar en Uruguay la enérgica y singular escena literaria a la que pertenece el autor de Errar (con residencia hace tiempo en México), junto a Marosa di Giorgio, Felisberto Hernández, Julio Inverso o Roberto Echavarren. Y un considerable antecedente del siglo XIX a tener en cuenta: Laforge y Lautréamont, incomprendidos parisinos marcados por su nacimiento y niñez en Montevideo.     

Salvarlos de ser quemados

Tras aceptar una invitación de los directores de la Colección Once, Milán les entrega está selección de textos y así salvarlos de ser quemados. Hay una materia experimental en el exquisito metalenguaje, vértebra provocadora de su plan poético. El juego deambula en el desajuste junto al humor, la repetición pone su música y envuelve la lectura con su conmocionada médula, reforzada por un cruce de imágenes y de idiomas.

Brasil es importante para Milán y lo revela como un lugar “pionero en muchas cosas”, anticipación mágica donde surge Joaquim de Sousa Andrade, el Manifiesto Antropofágico de Oswald de Andrade o la Poesía Concreta en Sao Paulo, todo aludido por el poeta en este nuevo libro. Haroldo de Campos es crucial y en Dar Salida Denso deja estampada su fascinación por aquel representante del concretismo y de sus compañeros Augusto De Campos y Décio Pignatari.

 En una entrevista a El Telégrafo de Ecuador, Milán se refiere a Haroldo De Campos como “una iluminación de la poesía latinoamericana” y “que logró mantener vivo el espíritu de las vanguardias” (se me viene a la memoria, y no puedo dejar de nombrarlos, la obra de Paulo Leminski y Arnaldo Antunes, encandilados también por ese destello). Se inhala un nuevo aire, un credo de la renovación: “El verso no puede recostarse más en un modelo idealista y tradicional, queda solamente la dialéctica inmanente de un verso nuevo que pueda reconstituir “el ritmo esencial”, razón última del trabajo poético”  (Aguilar Gonzalo. Poesía concreta brasileña: las vanguardias en la encrucijada modernista. Beatriz Viterbo Editora. Rosario, Argentina. 2003).

El lenguaje devora reflexión, recuerdo, dolor, enunciación simbólica de la rareza, fraccionamiento. Milán conjetura en uno de sus poemas: “Nos afirma la continuidad escrita”. Y sigue la aventura con mayor potencia en lo mutable. Su viaje condensa pisadas vanguardistas y no las quiere ver a la entrada de un museo. Se obstina, da la sensación que siempre lo hará, en definir las aristas de la libertad y descoser su problemática.

En una revoltosa agua, desentraña las ondas fabricadas por Baudelaire, Girondo, pasa por Joyce, Perlongher, Paz, entre otros. Y no podía faltar Parra, inventor de la montaña rusa llamada antipoesía (el uruguayo lo compara con Duchamp). La periferia cosecha una masticada sublime que llega a las grandes capitales. Los dados de Mallarmé también son tirados por muchos en el sur, entre ellos Milán. Para él la poesía es una zona donde llegar.  

Referencias bibliográficas:

Huidobro Vicente. Altazor. Madrid. Ediciones Cátedra. (2003).

Aguilar Gonzalo, Poesía concreta brasileña: las vanguardias en la encrucijada modernista. Rosario, Argentina. Beatriz Viterbo Editora. (2003).

Diez preguntas sobre la urgencia: una entrevista a Eduardo Milán de Arturo Borra . Archipiélago en resistencia. (3 de enero de 2012).

Traducir es un acto edípico . Entrevista a Eduardo Milán por Marcelo Báez Meza. El Telégrafo de Ecuador. (6 de enero de 2014).


Miércoles, 14 de Enero 2015
Aldo Alcota
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