Prueban un laboratorio de bolsillo que se enciende con un smartphone

El dispositivo fue creado por Qloudlab, y ahora está siendo probado en el Hospital Universitario de Lausana


Un dispositivo desarrollado por la empresa suiza Qloudlab podría sacudir el mundo de los análisis médicos. Tiene un tamaño de bolsillo, un diseño modular que aumenta su versatilidad al permitir distintos tipos de análisis, y basta con un Smartphone para hacerlo funcionar. Las primeras pruebas se están llevando a cabo en el Hospital Universitario de Lausana. Por Jorge Lázaro.


Jorge Lázaro
11/06/2015

La herramienta, junto con varios de los módulos intercambiables. Fuente: Qloudlab.
La tendencia del aumento de las pruebas diagnósticas en el lugar de asistencia del paciente (en inglés las llamadas POCT, o “Point-of-care testing ”), es algo inevitable en un mundo donde prolifera la conectividad absoluta y la necesidad de llevar la medicina a cada rincón del planeta. Estas pruebas, sin embargo, se enfrentan aún hoy a dos problemas principales, solventado ya el de su precio: la especificidad de los análisis, y la transmisión de la información.

Ahora, gracias a una aplicación desarrollada por la compañía Qloudlab, ambos problemas podrían haberse resuelto. La herramienta, llamada Sceptre, utiliza dispositivos electrónicos integrados que combina con módulos intercambiables para realizar diferentes análisis. La conectividad se soluciona mediante la compatibilidad con dispositivos smartphone, que permiten almacenar la información de manera online. Y todo ello con un tamaño que cabe en la palma de la mano.

Por el momento, el dispositivo ya está siendo probado en el Hospital Universitario de Lausana (CHUV), con el módulo para realizar mediciones de lípidos. De los resultados de estas pruebas dependerá la comercialización a gran escala a principios del próximo año, pues el prototipo ya está listo para su uso.

Versatilidad y sencillez

La gran baza que juega Sceptre frente a otros POCT es el hecho de que puede realizar gran número de pruebas diferentes. “Gracias a los conectores intercambiables”, señala Arthur Queval, fundador de Qloudlab, “el dispositivo podrá realizar análisis de sangre, orina o saliva, midiendo un amplio número de parámetros”. Por el momento, los módulos están pensados para pruebas que realiza el personal médico, aunque la compañía espera que en un futuro se desarrollen otras más cercanas a los pacientes, como puedan ser mediciones de colesterol.

El uso de estos módulos es muy sencillo: basta con desconectar el anterior y conectar el que sea necesario en cada momento. La herramienta se ocupa de todo lo demás. Además, para realizar cada test basta con muestras (de sangre, por ejemplo) muy pequeñas, “30 veces más pequeñas que las que se usan en test de laboratorio”, afirma Queval.

Una vez realizado el test, el dispositivo se conecta con un smartphone para mostrar los resultados, y permite al usuario almacenarlos en un servidor seguro, pudiéndose crear así historiales de los pacientes. Se facilita así el uso por parte de los profesionales, que son los destinatarios del dispositivo por el momento.

Pero Qloudlab no se queda ahí. No solo están en el horizonte esos módulos para realizar otro tipo de test, sino que el dispositivo tiene guías y un “entrenamiento” online que permite a cualquiera aprender a usarlo; por otro lado, se pueden configurar distintos perfiles en la aplicación, que van desde el simple paciente hasta diferentes tipos de especialistas.
 
Un paso más allá

Sceptre no es la primera herramienta de este tipo que ve la luz. Científicos europeos desarrollaron el año pasado un laboratorio que permitía detectar sustancias en sangre, infecciones bacterianas, o contaminación medioambiental, y desde hace media década se vienen desarrollando herramientas portátiles para abaratar el coste y acelerar los diagnósticos. Una de estas herramientas, desarrollada por la Universidad de Columbia, consistía en un simple accesorio para móvil que costaba 34 dólares y en un cuarto de hora diagnosticaba si el paciente padecía enfermedades como el SIDA o la sífilis.

Sin alcanzar un abaratamiento de costes tan grande como el del dispositivo de la Universidad de Columbia (los análisis tradicionales para esas enfermedades cuestan alrededor de 18.000 dólares), Sceptre sí que supone un gran ahorro con respecto a otros test de laboratorio, de hasta la mitad del precio, según afirman sus creadores.

Al margen del precio, todo son ventajas de esta aplicación sobre otras anteriores, especialmente en lo tocante a esa versatilidad combinada con un tamaño verdaderamente portátil, una gran facilidad de uso, y las ventajas que ofrece la conexión online.

Todo ello hace que Queval se muestre muy optimista con respecto al dispositivo que ha diseñado su compañía: “Poder realizar pruebas y usar los resultados sin problemas gracias a una interfaz de usuario clara e intuitiva permite una comodidad que aún resulta extraña en otros tests que ya están en el mercado”. Por el momento, habrá que esperar para ver cómo se comporta la aplicación en esas pruebas que está realizando el CHUV.



Jorge Lázaro
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