Primer sistema de control que permite a los satélites pensar por sí mismos

La herramienta se basa en el uso de lenguaje de programación natural


Científicos británicos han diseñado un método que mejora la capacidad de respuesta de los satélites a las situaciones imprevistas con las que pueden encontrarse en el espacio. La tecnología está programada para leer y ejecutar las órdenes escritas en documentos redactados en inglés técnico y puede ser utilizada en otros vehículos autónomos como submarinos o aeronaves. Por Elena Higueras


Elena Higueras
16/02/2011

Un equipo de investigadores de la Universidad de Southampton ha desarrollado el primer sistema de control de inteligencia artificial que permite a los ingenieros programar satélites y naves espaciales para que piensen por sí mismas, según un comunicado de la citada universidad. Los autores de la investigación, liderados por el profesor Sandor Varess, han bautizado su prototipo como “Sysbrain”.

La tecnología que lo conforma se basa en el uso de lenguaje de programación natural. Mediante este lenguaje, los agentes de software (programas informáticos que ayudan a los usuarios en tareas relacionadas con la utilización del ordenador) pueden leer documentos especiales redactados en inglés técnico sobre los métodos de control del satélite o la nave.

Esta habilidad proporciona a los vehículos una forma de guía avanzada para su orientación y navegación en el espacio, además de dotarlos de una capacidad de respuesta inmediata frente a los imprevistos, lo que hace, por ejemplo, que eviten chocar con otros objetos. Así, las naves pueden adaptarse a cada misión, identificando los problemas, efectuando reparaciones en el momento preciso y tomando sus propias decisiones sobre la mejor forma de llevar a cabo una tarea.

Además de naves espaciales y satélites, esta innovadora tecnología se puede transferir a otro tipo de vehículos autónomos como submarinos u otros vehículos terrestres o aéreos.

Banco de pruebas

Con el objetivo de comprobar los sistemas de control inteligente que podrían utilizarse en un entorno espacial, el profesor Veres y su equipo construyeron un banco de pruebas único y una flota de modelos de satélites que fueron controlados por el sistema cognitivo de control de agente “sysbrain”.

El banco de pruebas del sistema autónomo consiste en una mesa cubierta con un cristal bordeado con un marco de metal, el cual es utilizado para montar los marcadores visuales, las cámaras de observación y las cortinas de aislamiento que evitan que cualquier fuente de luz externa pueda interferir con la experimentación. La navegación visual se realiza mediante cámaras de a bordo para observar el sistema de marcadores generales situados sobre la zona de ensayo. Esto reproduce cómo la nave podría usar puntos concretos en el sistema solar para determinar su orientación.


Los modelos de satélites utilizados giran en torno a un punto, con características mecánicas similares a las de los satélites reales, colocados sobre la mesa y deslizándose a través de ella casi sin fricción, con el objetivo de imitar las propiedades de la gravedad cero del espacio. Cada modelo de máquina cuenta con ocho propulsores para controlar el movimiento, un conjunto de sensores de inercia y cámaras adicionales para proporcionar a las máquinas una conciencia del espacio y hacer que puedan verse entre sí. Además, la estructura del modelo también permite implementar diversas formas de hardware para ampliar la experimentación.

En la citada nota de prensa, el profesor Veres declara que su invento ha sido concebido para controlar máquinas inteligentes y lo define como “una raza especial de agentes de software con características únicas tales como el hecho de utilizar programación en lenguaje natural para crearlos, el que se basen en el razonamiento humano y, lo más importante de todo, que sean capaces de leer documentos especiales redactados en inglés técnico”. Lo autores de estos documentos pueden subirlos a la web en forma de publicaciones y “sysbrain” los leerá para mejorar su habilidad a la hora de resolver problemas.



Elena Higueras
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