Posible relación entre el consumo de antibióticos y el asma infantil

Un estudio descubre una incidencia elevada de la enfermedad en niños medicados el primer año de vida


Un análisis de los diagnósticos realizados a casi 40.000 niños en Canadá apunta a que podría haber una relación entre el consumo de antibióticos durante el primer año de vida y el desarrollo de la enfermedad del asma en la infancia. Los especialistas advierten de que el abuso de estos medicamentos podría ser un factor de riesgo, y piden que se hagan nuevos análisis al respecto. El asma es una enfermedad crónica que afecta sobre todo a los habitantes de los países desarrollados, y que se calcula mata a 200.000 personas al año en todo el mundo. Por Marta Morales.


Marta Morales
16/03/2006

Podría existir una relación entre el consumo de antibióticos en niños pequeños y la aparición del asma u otros problemas pulmonares crónicos, señalan los resultados de un extenso estudio realizado por la University of British Columbia en Vancouver, Canadá.

El estudio descubrió que incluso la exposición a un solo tratamiento de antibióticos duplica el riesgo de asma. El riesgo aumenta por cada ciclo adicional de antibióticos que se toma durante el primer año de vida, constata el informe.

El objetivo del estudio, cuyos resultados publica la revista especializada Chest, era determinar la relación entre la exposición a antibióticos durante el primer año de vida y el desarrollo del asma durante la infancia.

Los resultados, que han sido obtenidos de otros ocho estudios publicados al respecto desde el año 1966, son claros: el porcentaje de incidencia de esta enfermedad aumenta entre aquellos individuos que han tomado antibióticos durante ese ciclo de vida. Los diagnósticos analizados comprendían a personas de entre uno y 18 años.

Cuantos más, peor

El estudio comprobó que los niños que tomaron antibióticos antes de cumplir un año mostraron tener 2,9 veces más de riesgo de convertirse en asmáticos que aquellos a los que no se les habían recetado estos medicamentos.

Los investigadores compararon los diagnósticos realizados a un total de 12.802 bebés, analizando tanto los que habían sido expuestos a antibióticos como los que no. Del total de historiales analizados, se contabilizaron 1.817 casos de asma.

En un segundo análisis, en el que se estudiaron los historiales de 27.167 niños para hacer una comparativa de las dosis, se contabilizaron hasta 3.392 casos de asma, y apareció que el riesgo aumenta en un 16% cada vez que se toman antibióticos suplementarios.

El problema, señalan los especialistas, radica en que se recetan demasiados antibióticos, muchos de ellos para tratar infecciones víricas que no pueden ser curadas con este tipo de medicamentos, destinados a acabar con las bacterias, no con los virus.

Una enfermedad del primer mundo

A modo de conclusión, el equipo de investigación la University of British Columbia, co-liderado por el profesor de dicha universidad, Carlo Marra, señalan que la exposición a antibióticos durante el primer año de vida parece ser uno de los factores de riesgo para el desarrollo del asma y otras enfermedades crónicas de los pulmones durante la infancia. Por ello, proponen que se hagan nuevos estudios que definan aún más esta posibilidad, de manera que pueda evitarse cierto número de casos.

El asma es una de las enfermedades crónicas más comunes del mundo. Se calcula que unos 300 millones de personas la sufren, y que mata a unas 200.000 personas al año. La mayor parte de los enfermos que la padecen se concentra en los países desarrollados.

Matices

Los investigadores señalan sin embargo que, a pesar de la relación observada entre el uso de antibióticos y el desarrollo del asma, no puede establecerse todavía una conclusión definitiva, por lo que serán necesarios nuevos estudios al respecto.

No obstante señalan la conveniencia de extremar la precaución en los tratamientos con antibióticos en los primeros años de vida, que en la actualidad son frecuentes para infecciones de oído, respiratorias y bronquitis.

La investigación publicada en Chest muestra dos debilidades: los historiales médicos empleados se basaron frecuentemente en recuerdos de los padres, a falta de estar documentados, por lo que el valor de su testimonio es relativo.

Por otro lado, en gran parte de los casos no se tuvo en cuenta si los niños ya padecían asma antes de la exposición a los antibióticos, lo que impide determinar con exactitud si en estos casos existe una relación directa entre la enfermedad y el uso de antibióticos.




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