Portada de la revista.
Poemas inéditos en castellano y otras lenguas, poesía visual, escénica; y una sección de reflexión y debate. Esto es lo que ofrece el primer número de Caja de resistencia, una nueva revista de poesía crítica de libre acceso a través de Internet, gestionada y confeccionada de manera colectiva y asamblearia, con periodicidad semestral (con números en mayo y en octubre).
El objetivo principal de la publicación es reflejar e impulsar la poesía crítica actual, en el sentido en que nos explica en la siguiente entrevista el poeta Alberto García-Teresa, miembro de la asamblea editora de la revista.
El primer número de Caja de resistencia contiene materiales inéditos (135 poemas) de 55 poetas, de 18 nacionalidades (España, Uruguay, Francia, Argentina, Libia, Australia, Suecia, Jordania, Bolivia, México, Marruecos, Italia, Venezuela, Rumanía, Siria, EEUU, Kosovo e Irlanda).
Adrienne Rich, Suheir Hammad, Abdellatif Laabi, Ana Pérez Cañamares, Robyn Rowland, Eladio Orta, María Salgado y Antonio Gómez son algunos de los poetas que han participado en dicho número.
Los poemas se ofrecen en nueve lenguas: castellano, catalán, gallego, esperanto, árabe, francés, inglés, serbio y rumano. De aquellos cuya lengua original no es el castellano, se ofrece traducción.
Caja de resistencia, que aspira a construir un espacio de referencia, intercambio y descubrimiento, según sus editores, abarca la poesía en sus distintas manifestaciones. Lo hace en diversas secciones: “Caja de imprenta”, de poesía textual; “Encajarte”, dedicada a la poesía visual; “Entre cajas”, destinada a muestras de poesía escénica; y “Caja abierta”, dedicada a la reflexión teórica a través de conversaciones o ensayos.
En este primer número, la revista publica una conversación abierta a comentarios “sobre, desde, entre y con poesía”, con intervenciones de Enrique Falcón, Patricia Olascoaga y Pilar Serrano.
El objetivo principal de la publicación es reflejar e impulsar la poesía crítica actual, en el sentido en que nos explica en la siguiente entrevista el poeta Alberto García-Teresa, miembro de la asamblea editora de la revista.
El primer número de Caja de resistencia contiene materiales inéditos (135 poemas) de 55 poetas, de 18 nacionalidades (España, Uruguay, Francia, Argentina, Libia, Australia, Suecia, Jordania, Bolivia, México, Marruecos, Italia, Venezuela, Rumanía, Siria, EEUU, Kosovo e Irlanda).
Adrienne Rich, Suheir Hammad, Abdellatif Laabi, Ana Pérez Cañamares, Robyn Rowland, Eladio Orta, María Salgado y Antonio Gómez son algunos de los poetas que han participado en dicho número.
Los poemas se ofrecen en nueve lenguas: castellano, catalán, gallego, esperanto, árabe, francés, inglés, serbio y rumano. De aquellos cuya lengua original no es el castellano, se ofrece traducción.
Caja de resistencia, que aspira a construir un espacio de referencia, intercambio y descubrimiento, según sus editores, abarca la poesía en sus distintas manifestaciones. Lo hace en diversas secciones: “Caja de imprenta”, de poesía textual; “Encajarte”, dedicada a la poesía visual; “Entre cajas”, destinada a muestras de poesía escénica; y “Caja abierta”, dedicada a la reflexión teórica a través de conversaciones o ensayos.
En este primer número, la revista publica una conversación abierta a comentarios “sobre, desde, entre y con poesía”, con intervenciones de Enrique Falcón, Patricia Olascoaga y Pilar Serrano.
Alberto García-Teresa. Imagen: Julio Camarillo.
¿Qué entienden ustedes por 'poesía crítica'?
Hablamos de prácticas poéticas que presentan, desarrollan y manifiestan, en un sentido amplio, un planteamiento crítico de la configuración del mundo en el que vivimos (a nivel ideológico, económico, político, social, de género, ecológico...)
Somos conscientes de la complejidad y de lo escurridizo de este concepto (inasible en tanto que las barreras de la hegemonía son difusas, también en su interiorización subjetiva), así que atendemos a su plasmación (que no tiene por qué ser explícita ni ceñirse a una única línea estética o un formato concreto).
Además, entendemos que, precisamente, la diversidad de posiciones teóricas y perspectivas que tenemos y aportamos los distintos miembros de la asamblea editora supone una virtud, y posibilita una reflexión y un cuestionamiento continuo para conocer mejor la realidad y las posibilidades (o no) de transformarla.
Una revista “confeccionada y gestionada de manera colectiva y asamblearia", ¿podría detallar su funcionamiento?
Sin mitificar y sin perder la perspectiva de los errores y de las dificultades, consideramos que es importante mantener una coherencia entre el discurso y la praxis, también en los modos de relación y de producción cultural.
La revista funciona mediante una asamblea, en contacto continuo, que toma las decisiones en común, supervisándose sólo ella a sí misma, y que distribuye las tareas atendiendo a las capacidades, deseos y posibilidades de cada integrante.
A su vez, la selección de contenidos de cada sección es realizada por grupos de trabajo rotativos, que responden ante la asamblea. Asimismo, contamos con un amplio y fundamental conjunto de colaboradoras/es. Apostamos por trabajar en red, por buscar la riqueza que proporciona el intercambio, la inteligencia colectiva y una actitud abierta y receptiva.
Así, aparte de las/os integrantes de la asamblea, más de medio centenar de personas de todo el mundo están sosteniendo y haciendo posible el proyecto en su forma actual (se ocupan de las traducciones, de la búsqueda, consejo y contacto de poetas en otras lenguas, ayuda en la difusión, etc.)
De esta manera, podemos considerar Caja de resistencia un proyecto colectivo, que va tejiendo complicidades culturales e ideológicas, que se nutre de ellas y que busca, en definitiva, abrir y consolidar cauces para poner en comunicación formas de teoría y de acción poética, política y vital disidentes.
¿Cómo y por qué se han escogido a los 55 poetas del primer número?
Tras un trabajo de búsqueda que continúa y que continuará permanentemente abierto, los materiales que se recibían para cada una de las secciones de la revista fueron evaluados por el equipo de selección correspondiente.
Consideramos que ese trabajo en equipo, esa evaluación colectiva, contribuye, por un lado, a fomentar la diversidad (por la propia diversidad de las/os integrantes de los grupos) y, por otro, a una criba más exigente de las piezas.
Al respecto, hemos de agradecer la generosidad de todas las personas que han accedido a nuestra solicitud y que nos han enviado poemas, aunque no hayan sido finalmente publicados. En este primer número, al no poder enseñar ninguna referencia de la revista, porque aún no existía, realmente los autores han mostrado una gran confianza en el proyecto, especialmente aquellas/os poetas de otras regiones con las que hemos contactado a través de terceras o cuartas personas, o que hemos tenido que leer en una segunda lengua para finalmente buscar una traducción directa.
Y queremos remarcar nuestra gratitud a todas ellas/os. De igual modo, hay que especificar que incluimos piezas inéditas en poemarios en castellano y, en el caso de obras en otros idiomas, que hayan sido publicadas originalmente en el siglo XXI, pues tratamos de acoger la pluralidad de expresiones poéticas antagonistas que se están generando en la actualidad.
De hecho, no se repetirán nombres es números sucesivos para reforzar la diversidad. Por último, si alguien quiere enviarnos sus poemas para que sean valorados, puede remitirlos a info@cajaderesistencia.cc.
Hablamos de prácticas poéticas que presentan, desarrollan y manifiestan, en un sentido amplio, un planteamiento crítico de la configuración del mundo en el que vivimos (a nivel ideológico, económico, político, social, de género, ecológico...)
Somos conscientes de la complejidad y de lo escurridizo de este concepto (inasible en tanto que las barreras de la hegemonía son difusas, también en su interiorización subjetiva), así que atendemos a su plasmación (que no tiene por qué ser explícita ni ceñirse a una única línea estética o un formato concreto).
Además, entendemos que, precisamente, la diversidad de posiciones teóricas y perspectivas que tenemos y aportamos los distintos miembros de la asamblea editora supone una virtud, y posibilita una reflexión y un cuestionamiento continuo para conocer mejor la realidad y las posibilidades (o no) de transformarla.
Una revista “confeccionada y gestionada de manera colectiva y asamblearia", ¿podría detallar su funcionamiento?
Sin mitificar y sin perder la perspectiva de los errores y de las dificultades, consideramos que es importante mantener una coherencia entre el discurso y la praxis, también en los modos de relación y de producción cultural.
La revista funciona mediante una asamblea, en contacto continuo, que toma las decisiones en común, supervisándose sólo ella a sí misma, y que distribuye las tareas atendiendo a las capacidades, deseos y posibilidades de cada integrante.
A su vez, la selección de contenidos de cada sección es realizada por grupos de trabajo rotativos, que responden ante la asamblea. Asimismo, contamos con un amplio y fundamental conjunto de colaboradoras/es. Apostamos por trabajar en red, por buscar la riqueza que proporciona el intercambio, la inteligencia colectiva y una actitud abierta y receptiva.
Así, aparte de las/os integrantes de la asamblea, más de medio centenar de personas de todo el mundo están sosteniendo y haciendo posible el proyecto en su forma actual (se ocupan de las traducciones, de la búsqueda, consejo y contacto de poetas en otras lenguas, ayuda en la difusión, etc.)
De esta manera, podemos considerar Caja de resistencia un proyecto colectivo, que va tejiendo complicidades culturales e ideológicas, que se nutre de ellas y que busca, en definitiva, abrir y consolidar cauces para poner en comunicación formas de teoría y de acción poética, política y vital disidentes.
¿Cómo y por qué se han escogido a los 55 poetas del primer número?
Tras un trabajo de búsqueda que continúa y que continuará permanentemente abierto, los materiales que se recibían para cada una de las secciones de la revista fueron evaluados por el equipo de selección correspondiente.
Consideramos que ese trabajo en equipo, esa evaluación colectiva, contribuye, por un lado, a fomentar la diversidad (por la propia diversidad de las/os integrantes de los grupos) y, por otro, a una criba más exigente de las piezas.
Al respecto, hemos de agradecer la generosidad de todas las personas que han accedido a nuestra solicitud y que nos han enviado poemas, aunque no hayan sido finalmente publicados. En este primer número, al no poder enseñar ninguna referencia de la revista, porque aún no existía, realmente los autores han mostrado una gran confianza en el proyecto, especialmente aquellas/os poetas de otras regiones con las que hemos contactado a través de terceras o cuartas personas, o que hemos tenido que leer en una segunda lengua para finalmente buscar una traducción directa.
Y queremos remarcar nuestra gratitud a todas ellas/os. De igual modo, hay que especificar que incluimos piezas inéditas en poemarios en castellano y, en el caso de obras en otros idiomas, que hayan sido publicadas originalmente en el siglo XXI, pues tratamos de acoger la pluralidad de expresiones poéticas antagonistas que se están generando en la actualidad.
De hecho, no se repetirán nombres es números sucesivos para reforzar la diversidad. Por último, si alguien quiere enviarnos sus poemas para que sean valorados, puede remitirlos a info@cajaderesistencia.cc.
Adrienne Rich, una de las autoras del primer número de 'Caja de resistencia'. Fuente: Caja de resistencia.
¿Por qué una selección de autores de tantos países?
La idea es explorar y tender puentes (cuyos caminos son de ida y de vuelta). Partimos de la premisa de que existen prácticas de poesía crítica en multitud de regiones y de lenguas, y que conocerlas constituye un aprendizaje (en ambas direcciones). Esto, en última instancia, ayuda a ampliar y a fortalecer un movimiento más amplio de resistencia en la cultura, y es fundamental para que nos demos cuenta de las auténticas dimensiones y consecuencias que tiene este sistema (de implantación y relación global, como sabemos). Escuchar nos parece básico para construir otro mundo distinto a este.
¿A qué público quieren llegar?
Nuestra intención es que Caja de resistencia se mueva tanto el ámbito de la poesía como en el ámbito de los movimientos sociales y de las organizaciones políticas. Consideramos que la poesía crítica se dirige y camina recorriendo ambos espectros, que se solapan en muchas ocasiones pero que también siguen permaneciendo separados. En cualquier caso, rechazamos una práctica poética autocomplaciente, que es recibida y comentada sólo por poetas y que hace su viaje sólo pendiente de ellas/os.
¿Por qué consideráis que Caja de Resistencia puede llegar a ser un "espacio de referencia"?
Trabajamos con la perspectiva de construir, lentamente, un semillero; un semillero que nos abra ventanas, que invite al descubrimiento y al diálogo. Y la idea es irradiar; que la revista sea un punto de partida, un comienzo (tanto en las lectura de autoras/es –sólo se incluyen un máximo de seis piezas por poeta– como en el intercambio cultural, de ideas, de propuestas). En ese sentido, manteniendo esa perspectiva, con el tiempo, creemos que sí puede llegar a convertirse en una herramienta que abra vías y que las asiente.
¿Cuántas y qué personas están implicadas en el proyecto?
La asamblea editora de la revista está formada por once personas (poetas, artistas, activistas y militantes de movimientos sociales y organizaciones políticas), que son las que se encargan de las tareas, gestión y confección de la publicación (específicamente: Rosana Acquaroni, Gsús Bonilla, Eva Fernández, Jazmina Fuentes, Belén García Nieto, Alberto García-Teresa, Ana Belén Martín Vázquez, Antonio Orihuela, Zackary Payne, David Trashumante y Felipe Zapico).
Pero no podemos olvidar, insistimos, porque constituyen un apoyo básico, al enorme grupo de colaboradoras/es. En estos momentos: Miguel Armas, Milan Balinda, Zhivka Baltadzhieva, Eduardo Barbero, Limam Boisha, Piedad Bonnet, Isabel Cadenas Cañón, Julia Calver, Blanca Camell, Marta Camell, Laura Casielles, Ana Cibeira, Amina Damerdji, Jordi Doce, Aurore Ducellier, Mai G. Eguskiza, Gonzalo Escarpa, Enrique Falcón, Andrés Fisher, Concha García, Verónica García, Ernesto García López, Alba González Sanz, Ana Gorría, Guadalupe Grande, Eva Hiernaux, Victoria Khraiche Ruiz-Zorrilla, Nadia Jallad, María Lanese, Gabriela Lungu, Giuseppe Maio, Esteban Martínez Serra, Mira Mattar, Silvia Monrós de Stojaković, Federico Ocaña, Julia Otxoa, Juan Pablo Pedemonte Stalla, Javier Quevedo Arcos, César Reglero, Miriam Reyes, Miguel Rodríguez Andreu, Robyn Rowland, Marisol Sánchez Gómez, Sandra Santana, Bojan Savić Ostojić, Frosina Stojkovska, Ana Vega y Steven White.
La idea es explorar y tender puentes (cuyos caminos son de ida y de vuelta). Partimos de la premisa de que existen prácticas de poesía crítica en multitud de regiones y de lenguas, y que conocerlas constituye un aprendizaje (en ambas direcciones). Esto, en última instancia, ayuda a ampliar y a fortalecer un movimiento más amplio de resistencia en la cultura, y es fundamental para que nos demos cuenta de las auténticas dimensiones y consecuencias que tiene este sistema (de implantación y relación global, como sabemos). Escuchar nos parece básico para construir otro mundo distinto a este.
¿A qué público quieren llegar?
Nuestra intención es que Caja de resistencia se mueva tanto el ámbito de la poesía como en el ámbito de los movimientos sociales y de las organizaciones políticas. Consideramos que la poesía crítica se dirige y camina recorriendo ambos espectros, que se solapan en muchas ocasiones pero que también siguen permaneciendo separados. En cualquier caso, rechazamos una práctica poética autocomplaciente, que es recibida y comentada sólo por poetas y que hace su viaje sólo pendiente de ellas/os.
¿Por qué consideráis que Caja de Resistencia puede llegar a ser un "espacio de referencia"?
Trabajamos con la perspectiva de construir, lentamente, un semillero; un semillero que nos abra ventanas, que invite al descubrimiento y al diálogo. Y la idea es irradiar; que la revista sea un punto de partida, un comienzo (tanto en las lectura de autoras/es –sólo se incluyen un máximo de seis piezas por poeta– como en el intercambio cultural, de ideas, de propuestas). En ese sentido, manteniendo esa perspectiva, con el tiempo, creemos que sí puede llegar a convertirse en una herramienta que abra vías y que las asiente.
¿Cuántas y qué personas están implicadas en el proyecto?
La asamblea editora de la revista está formada por once personas (poetas, artistas, activistas y militantes de movimientos sociales y organizaciones políticas), que son las que se encargan de las tareas, gestión y confección de la publicación (específicamente: Rosana Acquaroni, Gsús Bonilla, Eva Fernández, Jazmina Fuentes, Belén García Nieto, Alberto García-Teresa, Ana Belén Martín Vázquez, Antonio Orihuela, Zackary Payne, David Trashumante y Felipe Zapico).
Pero no podemos olvidar, insistimos, porque constituyen un apoyo básico, al enorme grupo de colaboradoras/es. En estos momentos: Miguel Armas, Milan Balinda, Zhivka Baltadzhieva, Eduardo Barbero, Limam Boisha, Piedad Bonnet, Isabel Cadenas Cañón, Julia Calver, Blanca Camell, Marta Camell, Laura Casielles, Ana Cibeira, Amina Damerdji, Jordi Doce, Aurore Ducellier, Mai G. Eguskiza, Gonzalo Escarpa, Enrique Falcón, Andrés Fisher, Concha García, Verónica García, Ernesto García López, Alba González Sanz, Ana Gorría, Guadalupe Grande, Eva Hiernaux, Victoria Khraiche Ruiz-Zorrilla, Nadia Jallad, María Lanese, Gabriela Lungu, Giuseppe Maio, Esteban Martínez Serra, Mira Mattar, Silvia Monrós de Stojaković, Federico Ocaña, Julia Otxoa, Juan Pablo Pedemonte Stalla, Javier Quevedo Arcos, César Reglero, Miriam Reyes, Miguel Rodríguez Andreu, Robyn Rowland, Marisol Sánchez Gómez, Sandra Santana, Bojan Savić Ostojić, Frosina Stojkovska, Ana Vega y Steven White.