El radiotelescopio Parkes, en Australia oriental. Fuente: Swinburne Astronomy Productions.
Un extraño fenómeno ha sido observado por los astrónomos justo cuando estaba ocurriendo: un estallido rápido de radio. La erupción se describe como un fogonazo extremadamente corto e intenso de ondas de radio procedentes de una fuente desconocida del universo. Los resultados han sido publicados en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.
Un fogonazo como este, de unos pocos milisegundos, fue visto por primera vez por casualidad en 2007, cuando los astrónomos analizaron los datos de archivo del Radio Telescopio Parkes, en el este de Australia.
Desde entonces se han visto seis más de estos estallidos en los datos del telescopio Parkes y una séptima explosión en los datos del telescopio de Arecibo, en Puerto Rico. Casi todos ellos fueron descubiertos mucho después de que se hubieran producido, por lo que los astrónomos comenzaron a buscarlos específicamente en el momento de producirse.
Una técnica
Un equipo de astrónomos de Australia desarrolló una técnica para detectar estas rápidas explosiones de radio en tiempo real. La técnica funcionó y ahora un grupo de astrónomos, liderado por Emily Petroff (Swinburne University of Technology, de Melbourne), han observado por fin la primera explosión "en vivo", con el telescopio Parkes (Nueva Gales del Sur). Las características del evento indicaron que el origen de la explosión estaba a unos 5,5 mil millones de años luz de la Tierra.
Una vez que tenían la ubicación de la ráfaga, y tan pronto como la observaron, un buen número de otros telescopios de todo el mundo -tanto en tierra como en el espacio- fueron alertados, con el fin de realizar observaciones de seguimiento en otras longitudes de onda, además de las de radio.
"Usando el telescopio espacial Swift podemos observar la luz en la región de los rayos X, y vimos dos fuentes de rayos X en esa posición", explica Daniele Malesani, astrofísico del Centro de Cosmología Oscura, del Instituto Niels Bohr de la Universidad de Copenhague (Dinamarca), en la nota de prensa de esta última.
Luego, las dos fuentes de rayos X se observaron utilizando el Telescopio Óptico Nórdico de La Palma. "Observamos en luz visible y pudimos ver que había dos cuásares, es decir, agujeros negros activos. No tenían nada que ver con las ráfagas de ondas de radio, simplemente se encontraban en la misma dirección", explica el astrofísico Giorgos Leloudas, del Centro de Cosmología Oscura.
Un fogonazo como este, de unos pocos milisegundos, fue visto por primera vez por casualidad en 2007, cuando los astrónomos analizaron los datos de archivo del Radio Telescopio Parkes, en el este de Australia.
Desde entonces se han visto seis más de estos estallidos en los datos del telescopio Parkes y una séptima explosión en los datos del telescopio de Arecibo, en Puerto Rico. Casi todos ellos fueron descubiertos mucho después de que se hubieran producido, por lo que los astrónomos comenzaron a buscarlos específicamente en el momento de producirse.
Una técnica
Un equipo de astrónomos de Australia desarrolló una técnica para detectar estas rápidas explosiones de radio en tiempo real. La técnica funcionó y ahora un grupo de astrónomos, liderado por Emily Petroff (Swinburne University of Technology, de Melbourne), han observado por fin la primera explosión "en vivo", con el telescopio Parkes (Nueva Gales del Sur). Las características del evento indicaron que el origen de la explosión estaba a unos 5,5 mil millones de años luz de la Tierra.
Una vez que tenían la ubicación de la ráfaga, y tan pronto como la observaron, un buen número de otros telescopios de todo el mundo -tanto en tierra como en el espacio- fueron alertados, con el fin de realizar observaciones de seguimiento en otras longitudes de onda, además de las de radio.
"Usando el telescopio espacial Swift podemos observar la luz en la región de los rayos X, y vimos dos fuentes de rayos X en esa posición", explica Daniele Malesani, astrofísico del Centro de Cosmología Oscura, del Instituto Niels Bohr de la Universidad de Copenhague (Dinamarca), en la nota de prensa de esta última.
Luego, las dos fuentes de rayos X se observaron utilizando el Telescopio Óptico Nórdico de La Palma. "Observamos en luz visible y pudimos ver que había dos cuásares, es decir, agujeros negros activos. No tenían nada que ver con las ráfagas de ondas de radio, simplemente se encontraban en la misma dirección", explica el astrofísico Giorgos Leloudas, del Centro de Cosmología Oscura.
Un 'estallido rápido de radio' dura sólo unos pocos milisegundos. Fuente: Credit: Swinburne Astronomy Productions.
Nuevas investigaciones
¿Y ahora qué? A pesar de la captura en tiempo real, y del seguimiento en otras longitudes de onda, no encontraron nada. ¿Pero descubrieron algo?
"Nos enteramos de lo que no era. La explosión podría haber arrojado tanta cantidad de energía en unos pocos milisegundos como el Sol en un día entero. Pero el hecho de que no viéramos luz en otras longitudes de onda descarta una serie de fenómenos astronómicos que están asociados con eventos violentos, como los estallidos de rayos gamma de las estrellas que explotan y las supernovas, que de otro modo habrían sido las mayores candidatas a ser el origen de la explosión", aclara Malesani.
Pero la explosión dejó otra pista. El sistema de detección Parkes capturó la polarización de la luz, es decir, la dirección en la que oscilan las ondas electromagnéticas y que puede ser lineal o circularmente polarizada. La señal de la explosión de la onda de radio tenía más de un 20 por ciento de polarización circular, lo que sugiere que existe un campo magnético en las proximidades.
"Las teorías son ahora que el estallido podría estar vinculado a un tipo muy compacto de objeto, como estrellas de neutrones o agujeros negros, y o que podría estar relacionado con colisiones o terremotos estelares. Ahora sabemos más sobre lo que deberíamos buscar", resume Malesani.
¿Y ahora qué? A pesar de la captura en tiempo real, y del seguimiento en otras longitudes de onda, no encontraron nada. ¿Pero descubrieron algo?
"Nos enteramos de lo que no era. La explosión podría haber arrojado tanta cantidad de energía en unos pocos milisegundos como el Sol en un día entero. Pero el hecho de que no viéramos luz en otras longitudes de onda descarta una serie de fenómenos astronómicos que están asociados con eventos violentos, como los estallidos de rayos gamma de las estrellas que explotan y las supernovas, que de otro modo habrían sido las mayores candidatas a ser el origen de la explosión", aclara Malesani.
Pero la explosión dejó otra pista. El sistema de detección Parkes capturó la polarización de la luz, es decir, la dirección en la que oscilan las ondas electromagnéticas y que puede ser lineal o circularmente polarizada. La señal de la explosión de la onda de radio tenía más de un 20 por ciento de polarización circular, lo que sugiere que existe un campo magnético en las proximidades.
"Las teorías son ahora que el estallido podría estar vinculado a un tipo muy compacto de objeto, como estrellas de neutrones o agujeros negros, y o que podría estar relacionado con colisiones o terremotos estelares. Ahora sabemos más sobre lo que deberíamos buscar", resume Malesani.
Referencia bibliográfica:
E. Petroff, M. Bailes, E. D. Barr, B. R. Barsdell, N. D. R. Bhat, F. Bian, S. Burke-Spolaor, M. Caleb, D. Champion, P. Chandra, G. Da Costa, C. Delvaux, C. Flynn, N. Gehrels, J. Greiner, A. Jameson, S. Johnston, M. M. Kasliwal, E. F. Keane, S. Keller, J. Kocz, M. Kramer, G. Leloudas, D. Malesani, J. S. Mulchaey, C. Ng, E. O. Ofek, D. A. Perley, A. Possenti, B. P. Schmidt, Yue Shen, B. Stappers, P. Tisserand, W. van Straten, y C. Wolf. A real-time fast radio burst: polarization detection and multiwavelength follow-up. Monthly Notices of the Royal Astronomical Society (2015). DOI: 10.1093/mnras/stu2419
E. Petroff, M. Bailes, E. D. Barr, B. R. Barsdell, N. D. R. Bhat, F. Bian, S. Burke-Spolaor, M. Caleb, D. Champion, P. Chandra, G. Da Costa, C. Delvaux, C. Flynn, N. Gehrels, J. Greiner, A. Jameson, S. Johnston, M. M. Kasliwal, E. F. Keane, S. Keller, J. Kocz, M. Kramer, G. Leloudas, D. Malesani, J. S. Mulchaey, C. Ng, E. O. Ofek, D. A. Perley, A. Possenti, B. P. Schmidt, Yue Shen, B. Stappers, P. Tisserand, W. van Straten, y C. Wolf. A real-time fast radio burst: polarization detection and multiwavelength follow-up. Monthly Notices of the Royal Astronomical Society (2015). DOI: 10.1093/mnras/stu2419