En el momento de la muerte, el cerebro registra una insólita actividad neuronal en los lóbulos temporal, parietal y occipital. Estos lóbulos cubren la superficie del encéfalo y constituyen la “zona caliente” del cerebro, fuertemente vinculada a la actividad consciente que experimentamos durante la vigilia, así como en los estados alterados de consciencia y en las experiencias cercanas a la muerte. ¿Sobrevive la consciencia a la muerte cerebral?
Fuente : https://www.levante-emv.com/tendencias21/2023/05/0...
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